Aunado a las dudas que hay en torno a la inversión de $49.7 millones en los hospitales de Tekax y Valladolid, obras que siguen inconclusas, el gobierno del Estado se topa también frente a una realidad muy distinta a la que expresa en el III Informe en materia de atención médica, en particular ginecobstétrica.
"Para el gobierno 'de la nueva mayoría ciudadana', la prioridad es mejorar las condiciones de salud de la población, promoviendo la atención institucional del parto, 'con calidad y calidez' para asegurar un entorno favorable a la mujer y sus hijos recién nacidos", asegura el III Informe de la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco.
Sin embargo, el discurso contrasta con el drama que se vive en los hospitales de Mérida y el interior del Estado, con mujeres y bebés muertos por presunta negligencia y baños convertidos en salas de parto, porque los servicios están rebasados. Algunos ejemplos son:
-El 7 de febrero de este año, Rosely Herrera Arcila fue atendida de urgencia en el Centro Materno Infantil, su bebé nació muerto y le dijeron que tenía cinco días de fallecido, no obstante que ¡tres días antes le aseguraron que todo estaba bien!
-Su hermana Norma también perdió a su bebé el 16 de septiembre de 2009, en otra aparente negligencia en ese lugar.
-El 30 de agosto de este año, en el hospital San Carlos de Tizimín, Griselda Vázquez Ornelas, vivió un drama similar al de Rosely: su bebé nació muerta, tenía dos o tres días de fallecida, no dos horas como dijeron los médicos, según señaló el médico que llevó su control prenatal.
-El 18 de junio, Wilma Esquivel Pat, agobiada por los fuertes dolores y desesperada porque no la atendían, tuvo a su bebé en un baño del área de Urgencias del San Carlos de Tizimín.
-El 19 de este mes, Rosa María Cupul dio a luz en el baño de un albergue, luego de que en tres ocasiones le negaron la atención también en el San Carlos.
-El 5 de abril de este año, Yolanda Caballero Sulú tuvo a su bebé en una caseta de policía de San Antonio Kaua, debido a que la ambulancia llegó tarde.
Frente a la "calidez" de la que habla el Informe, está también el caso de la joven Valentina Cervera Gómez, quien falleció en mayo a causa de la hemorragia que no le detectaron a tiempo en el Centro Materno Infantil.
Su padre, José Alfonso Cervera Ríos, clama justicia por este otro caso de presunta negligencia que pesa sobre la Secretaría de Salud de Yucatán.
El III Informe dice que el sector salud atendió 28,948 partos, 13,992 de los cuales corresponden a hospitales de la SSA. Los demás son del IMSS y el Issste.
Otro cuestionado aspecto es el relativo a la inversión en infraestructura. Según el gobierno de Ivonne Ortega, invirtieron $49.7 millones en los hospitales de Tekax y Valladolid.
Sin embargo, el millonario gasto no se refleja en las obras, pues prácticamente siguen detenidas: "No es posible que con más de $120 millones que dicen que ya invirtieron en el hospital, que empezó en mayo de 2005, no se haya terminado hasta ahora", opina, en Valladolid, el contratista Tomás Moo Pool.
"Con ese dinero ya estuviera funcionando, alguien se lo está robando", considera Moo.
Otro vecino, Jacinto Alcocer Castillo, dice que a la gobernadora sólo le preocupa su imagen y no resolver los problemas de atención en los hospitales.
En Tekax, Antonio Peniche Salas culpa al secretario de salud, Alvaro Quijano Vivas, del retraso en la obra y señala que no empezará a funcionar en diciembre como, según dijo, anunció el funcionario.- Armando Ruiz Talavera/ Juan Antonio Osorio Osorno/ Félix Ucán Salazar
El III Informe en Salud contrasta con lo que pasa en el terreno de los hechos en obras y servicios.
"Consecución"
"Este gobierno incrementó sus acciones con el propósito de avanzar en la consecución de los objetivos prioritarios de contribuir al bienestar físico y mental, mejorar la calidad de vida y poner los servicios de salud al alcance de todos los habitantes del Estado, en especial los más vulnerables".
Impacto
Sin embargo, el Informe admite que en los hospitales de la SSA no creció el número de camas (508) ni de quirófanos (10) y bajó el de médicos familiares (de 378 a 340), el de enfermeras (de 1,929 a 1,452) y de las salas de parto (de 17 a sólo 7), lo que habría impactado negativamente en la atención de los pacientes, incubando las quejas.
