Noticias de Yucatán
(ancianos, protesta, calderón)
Un nutrido grupo de personas de la tercera edad que demanda una pensión universal puso ayer acción a la visita presidencial y activó las medidas extremas de seguridad que rodearon al hotel Fiesta Americana, sede del informe regional que rindió Felipe Calderón en Mérida.
La visita del Presidente transcurría en calma hasta que a las 11:26 horas el Estado Mayor Presidencial pidió la formación de una valla de antimotines estatales porque se enteró que sobre la calle 60 venía en marcha un grupo de manifestantes.
Eran más de 200 personas de la tercera edad de Mérida, Progreso, Telchac, Kinchil, Motul, entre otras poblaciones, que después de un plantón en el Congreso del Estado y los palacios de Gobierno y Municipal enfilaron hacia el Fiesta Americana para pedir la intervención del Presidente.
A paso lento, con dolores en las rodillas y caderas, con sed y cansados por la caminata de poco más de 3 kilómetros, señores y señoras fueron frenados por un compacto bloque de antimotines federales y una camioneta de la policía estatal, la número 2044, que sirvió de barricada en la calle 60 con 35 para impedir que la marcha llegue al hotel.
En ese mismo lugar los manifestantes improvisaron un mitin para destacar su lucha y la necesidad de contar con la pensión universal, que ya se paga en Quintana Roo, Distrito Federal, Tabasco y Oaxaca, pero no en Yucatán.
Cuando el Estado Mayor se enteró que eran de la tercera edad mandó a un teniente como mediador y éste pidió a los líderes del movimiento, Jesús Solís Alpuche, Juan Francisco Mérida Pérez, Rosa María Canul Ricalde y Gabriel Marrufo Bacelis, entre otros, que designaran a tres para que hablaran con el Presidente y le escribieran una carta. De inmediato cumplieron la orden.
Pero la condición pacifista y agotamiento físico de los manifestantes por el sofocante sol ablandó a los jefes del EMP y en media hora llegó el general Miranda y anunció que les permitiría el paso a la avenida Colón para que estén bajo la sombra de los árboles.
"Me van a correr, pero vamos, los voy a dejar pasar. Vayan en orden, es lo único que les pido", recalcó el jefe militar, quien caminó junto con la larga columna de ancianos.
Apenas estuvieron bajo la sombra, buscaron acomodo en las aceras, arriates del hotel Hyatt y otros se apostaron detrás de las vallas con la mirada fija hacia el Fiesta Americana, donde estaba el convoy presidencial.
El general Miranda se ganó los aplausos y respeto de la gente. A las 12:54 horas el mismo general Miranda fue por los tres líderes elegidos y los llevó ante el Presidente.- Joaquín Chan Caamal
Tema: Ciudadanos y comunidades
(ancianos, protesta, calderón)
Publicada: 9 septiembre 2011
Uno de los soldados que formaba parte del equipo de seguridad del presidente juega con un perro 
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(6)Un nutrido grupo de personas de la tercera edad que demanda una pensión universal puso ayer acción a la visita presidencial y activó las medidas extremas de seguridad que rodearon al hotel Fiesta Americana, sede del informe regional que rindió Felipe Calderón en Mérida.
La visita del Presidente transcurría en calma hasta que a las 11:26 horas el Estado Mayor Presidencial pidió la formación de una valla de antimotines estatales porque se enteró que sobre la calle 60 venía en marcha un grupo de manifestantes.
Eran más de 200 personas de la tercera edad de Mérida, Progreso, Telchac, Kinchil, Motul, entre otras poblaciones, que después de un plantón en el Congreso del Estado y los palacios de Gobierno y Municipal enfilaron hacia el Fiesta Americana para pedir la intervención del Presidente.
A paso lento, con dolores en las rodillas y caderas, con sed y cansados por la caminata de poco más de 3 kilómetros, señores y señoras fueron frenados por un compacto bloque de antimotines federales y una camioneta de la policía estatal, la número 2044, que sirvió de barricada en la calle 60 con 35 para impedir que la marcha llegue al hotel.
En ese mismo lugar los manifestantes improvisaron un mitin para destacar su lucha y la necesidad de contar con la pensión universal, que ya se paga en Quintana Roo, Distrito Federal, Tabasco y Oaxaca, pero no en Yucatán.
Cuando el Estado Mayor se enteró que eran de la tercera edad mandó a un teniente como mediador y éste pidió a los líderes del movimiento, Jesús Solís Alpuche, Juan Francisco Mérida Pérez, Rosa María Canul Ricalde y Gabriel Marrufo Bacelis, entre otros, que designaran a tres para que hablaran con el Presidente y le escribieran una carta. De inmediato cumplieron la orden.
Pero la condición pacifista y agotamiento físico de los manifestantes por el sofocante sol ablandó a los jefes del EMP y en media hora llegó el general Miranda y anunció que les permitiría el paso a la avenida Colón para que estén bajo la sombra de los árboles.
"Me van a correr, pero vamos, los voy a dejar pasar. Vayan en orden, es lo único que les pido", recalcó el jefe militar, quien caminó junto con la larga columna de ancianos.
Apenas estuvieron bajo la sombra, buscaron acomodo en las aceras, arriates del hotel Hyatt y otros se apostaron detrás de las vallas con la mirada fija hacia el Fiesta Americana, donde estaba el convoy presidencial.
El general Miranda se ganó los aplausos y respeto de la gente. A las 12:54 horas el mismo general Miranda fue por los tres líderes elegidos y los llevó ante el Presidente.- Joaquín Chan Caamal
Tema: Ciudadanos y comunidades
En contexto:
Respuesta presidencial
Promesa
Rosa María Canul entregó una carta y habló con el presidente unos minutos: "No venimos a perjudicar ni estamos en contra de él. Le pedimos su apoyo. Nos dijo que iba a revisarlo y vería cómo nos pueden apoyar".
Esperanza "No dio plazo para dar una respuesta. Nos han engañado tanto, que esta es una lucecita de esperanza. Fue muy amable. Ojalá que no nos haya dado el avión".
Promesa
Rosa María Canul entregó una carta y habló con el presidente unos minutos: "No venimos a perjudicar ni estamos en contra de él. Le pedimos su apoyo. Nos dijo que iba a revisarlo y vería cómo nos pueden apoyar".
Esperanza "No dio plazo para dar una respuesta. Nos han engañado tanto, que esta es una lucecita de esperanza. Fue muy amable. Ojalá que no nos haya dado el avión".
