Reflexión a fondo

23 abril 2015
Noticias de Yucatán ()

No bastan las propuestas
 
Daniel J. Carrillo Polanco (*)
Llegaron las campañas electorales y con ellas la saturación del espacio público con mensajes y contramensajes durante dos largos meses, tiempo para que los electores menos enterados conozcan a los candidatos y sus ofrecimientos para tratar ganar votos.
La primera recomendación que se hace a los potenciales votantes es que no sólo se dejen llevar por la imagen, sino que conozcan qué es lo que propone cada aspirante para ganar adhesiones a su causa.
Pongo a su consideración algunos puntos de reflexión, para que desde ahora comiencen a razonar a la hora de entrar a la mampara para tachar su elección.
1. Las propuestas. El elector debe analizar no sólo las propuestas en sí, sino quién las hace. Proponer o prometer no empobrece. Siempre ocurre en las campañas electorales de que el papel aguanta todo. Hay que echar un vistazo a los antecedentes de elecciones anteriores para que veas qué te propusieron y qué te cumplieron. Esto puede ser un factor importante de decisión.
2. Convicciones partidistas. El elector también debe considerar si el candidato en cuestión en verdad tiene alguna creencia ideológica, o es de aquellos que se la ha pasado brincando de partido en partido, sin importar lo disímbola que pueda ser su actual creencia o ideología política que algún día adoptó y defendió.
3. Respeto a los electores. Si el candidato ofrece alguna dádiva a cambio de la credencial de elector, el potencial votante debe aceptar el beneficio, ya que proviene de sus impuestos, pero debe analizar lo conveniente o inconveniente que puede resultar una autoridad que desde ahora procede de esta manera, ya que lo más seguro es que una vez en el puesto seguirá usando esa misma táctica.
4. Antecedentes del candidato. No basta con que la imagen o las propuestas sean atractivas, el elector también tiene que analizar la trayectoria de los candidatos en puestos anteriores, a fin de verificar si es limpia o se ha visto involucrado en manejos que ponen en duda su gestión. Quien no actuó bien en un puesto anterior, es casi seguro que hará lo mismo en el que sigue.
Votar de modo razonado es un ejercicio que todo ciudadano debe realizar sin importar el color del partido de que se trate, ya que, como lo señalo desde el principio de este escrito, las propuestas por sí solas no son el único factor que debe ser considerado.
El hecho de votar se trata de una decisión sumamente grave para la vida democrática y sobre todo para el futuro inmediato. La falta de una reflexión más completa a la hora de emitir el sufragio puede generar consecuencias.
Hoy requerimos de una sociedad más participativa, pero sobre todo más consciente acerca de lo que ocurre en su entorno y que la única manera de cambiar su realidad es mediante su participación responsable y activa.
En muchas ocasiones hemos escuchado de ciertas personas la frase: “Yo no me meto con la política”. Quienes piensan así, no saben que más temprano que tarde la política se meterá con ellos aunque no quieran.
De ahí radica la importancia de estar lo mejor enterados posibles y de tener mayores factores de análisis personal para que la decisión sea la más acertada. Hay tiempo para que los electores hagan en este mar de mensajes y contramensajes qué es lo que más conviene para su comunidad.— Mérida, Yucatán.
dajecapo@hotmail.com
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*) Maestro en Comunicación Política y Marketing Electoral, y consejero estatal del PAN
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