La traición, parte fea de la política

27 junio 2015
Noticias de Yucatán ()

https://www.youtube.com/watch?v=watdM6JHj7o

Charla con Diana Castillo Laviada, esposa del alcalde

Entrevista
Diana Castillo Laviada, esposa del alcalde Renán Barrera Concha, dice estar satisfecha de su paso por la presidencia del DIF-Mérida, pero decepcionada de la política… “más bien, de los políticos”, aclara.
“La política es buena —es un arte—, pero hemos estado rodeados de personas que se dicen ‘políticos’ y que realmente son unos farsantes. Es decepcionante”, afirma la señora Castillo Laviada de Concha en entrevista exclusiva con el Diario.
“Realmente siento mucha admiración por mi marido, por la persona que es, por el político que es, por la congruencia con la que siempre se ha manejado… ojalá todos fueran como él”.
Diana insiste en que no soporta la doble cara, la hipocresía, la traición de los políticos, el ‘hoy estoy contigo porque me conviene, pero no cuentes conmigo cuando dejes el poder’. Esa es la parte fea, de la política… perdón, de los políticos”.
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El DIF, escuela de vida

Diana Castillo Laviada aprendió en el DIF que la vida va en serio. En esta condensada confesión están los motivos de la entrega incondicional a la que ha sido su ocupación —velar por el bienestar de las familias meridanas, sobre todo de las más vulnerables— en los últimos tres años.


Diana Castillo Laviada
Mario S. Durán Yabur
La charla es en su casa, en el cuarto de la TV, donde la esposa del alcalde —anfitriona amabilísima— ha dispuesto café, pastel, bocadillos, refrescos. No hay necesidad de preguntar cuál es el pasatiempo preferido del matrimonio: equipos de música y video, sillones cómodos y una gran colección de películas lo revelan. En una pared, carteles enmarcados de filmes, obras de teatro musical y series de televisión de décadas pasadas decoran la habitación con recuerdos.
La joven licenciada en Nutrición produce empatía con la mirada. Con espontaneidad cuenta experiencias, comparte puntos de vista, habla de sus expectativas futuras, en las que por ahora sólo hay lugar para la espera de Renancito, el primogénito de la pareja, que nacerá alrededor del 10 de julio.
¿Cómo define su paso por la presidencia del DIF?
Como una experiencia que me ha marcado para siempre. Trabajar con la gente, conocer personas, compartir el dolor y la angustia de los meridanos más necesitados me hizo adquirir un compromiso para toda la vida.
¿Qué aprendió en estos tres años?
De todo, en todos los sentidos. Aprendí que cuando se trabaja con amor, cuando se pone en primer lugar a la gente, cuando se entregan alma, vida y corazón, los resultados siempre son los esperados. Que el entusiasmo despierta la inspiración.
¿Cuál ha sido su mayor reto?
Comenzamos a trabajar sin recursos. Usamos la imaginación y la creatividad para diseñar y poner en marcha programas que no necesitaran tanta inversión.
¿Qué ha sido lo mejor?
Ver que nuestro trabajo ayudó a familias enteras a salir de la miseria. Muchos de esos frutos se verán reflejados en cifras que daré a conocer en mi III Informe, el próximo miércoles. Es un privilegio ayudar a los demás, encontrarse con que algo que a lo mejor puede parecer poco incide en el cambio radical de una familia: un aparato ortopédico, una terapia de pareja, una consulta de orientación alimentaria o de diabetes, un programa como la Red Antibullying…
¿Cambió el DIF su perspectiva de las cosas?
Mi trabajo en el DIF me ha vuelto más sensible, me ha enseñado a detenerme un segundo para valorar esas cosas simples que le dan sentido a la vida y que disfrutamos sin darnos cuenta: la familia, los amigos, los momentos gratos con los seres queridos…
¿Qué le ha añadido a su vida el DIF?
Nuevas experiencias, nuevas personas, más lecciones aprendidas. No tenía idea de cuánto dan quienes llegan a pedir ayuda, cuántas lecciones se esconden en la fortaleza de una mamá que busca apoyo para sacar adelante a un hijo con discapacidad. Ese sentimiento en el que caben todos los afectos nos abre los ojos para ver cuán egoístas somos al lamentarnos por cuestiones irrelevantes y superfluas. Nos hace ver también cuánta necesidad hay a nuestro alrededor y cómo con un simple granito de arena podemos ayudar al que sufre. Mi estancia en el DIF ha sido enriquecedora, invaluable.
¿Su mayor satisfacción?
El Centro de Atención Nutricional en Diabetes porque la desnutrición es un gran problema en Yucatán. Hace días el Diario publicó que estamos “tronados en nutrición”. Alguien dirá que ese problema no es de nuestra competencia porque somos DIF-Municipal, pero una carencia alimentaria impide el desarrollo de una familia, por lo que le dimos prioridad. Sería excelente que se sumaran las autoridades estatales y federales.
¿Recuerda algún momento con especial cariño?
Al principio de la administración, durante un recorrido con el alcalde, conocimos a una familia muy pobre que tenía un niño con una afección respiratoria congénita. Como el pequeño se pasaba a morir constantemente, el papá o la mamá tenían que estar siempre a su lado… era una situación desesperante. Eso fue en 2013, hace menos de un mes me los topé y la señora, sin poder ocultar su felicidad, me dijo: “Mire a mi hijo, ya creció, no se ahoga, ya me lo aceptan en la escuela. Además pusimos una tiendita en la casa… cada vez nos va mejor”. La apremiante necesidad de esa familia puso a funcionar todo el engranaje del DIF-Municipal, que con la ayuda del Ayuntamiento brindó terapias, orientación, un pequeño apoyo económico y asesoría al esposo para abrir un negocio… Fue conmovedor ver la alegría de esa gente
¿Queda en deuda?
Desde luego, pero es natural. No estoy completamente satisfecha con lo que hemos realizado. Lo he comentado con mi equipo: hay proyectos que quisiéramos terminar, retomar o impulsar, pero no nos alcanzaron ni el tiempo ni los recursos. Sin embargo, tenemos una magnífica relación con la próxima presidenta del DIF, por lo que estoy segura de que continuará esta labor.
¿Cómo se imagina el 2 de septiembre de 2015?
Muy feliz, abrazando a mi bebé. Me voy con nostalgia por lo que dejo, pero con ilusión por lo que me espera. Este bebé llenará cualquier vacío que pudiera quedar. También me veo con ganas de seguir involucrada en esto, aunque ya como simple voluntaria.
¿Qué la hace feliz?
La armonía de mi familia, la tranquilidad de mi mente. Me hace feliz convivir con mis seres queridos, estar con mi marido… Tener una tarde libre y sentarnos a platicar, tomarnos un cafecito, compartir experiencias…
¿Le gusta la política?
No. Nunca imaginé vivir con un político, acompañarlo. Obviamente he aprendido mucho de Renán, pero buscar un puesto político o involucrarme a fondo en estas actividades, definitivamente no entra en mis planes.
¿Qué no soporta de la política?
La política no tiene nada de malo, es un arte. Pero hemos estado rodeados de personas que se dicen “políticos” y realmente son unos farsantes. Es decepcionante la doble cara, la hipocresía, la traición de quienes están contigo porque les conviene, pero que te abandonarán cuando dejes el poder. Esa es la parte fea de la política… perdón, de los políticos.
¿Se ve en el DIF Estatal dentro de tres años?
Me veo con mi familia, con mi bebé, que llevará el nombre de su papá. Obviamente mi función como esposa es acompañar a mi marido donde esté, por lo que en su momento actuaré según se den las cosas. Así como hoy me toca apoyarlo como alcalde, si mañana tiene otra responsabilidad estaré junto a él, con el mismo entusiasmo, con la misma entrega.
¿Cómo se define usted?
Como una persona sincera, dedicada, perfeccionista.
¿Qué se lleva en la maleta de los recuerdos?
Las cosas buenas, la alegría de haber sido útil para mejorar la vida de muchas familias. Me llevo la imagen del trabajo de un equipo comprometido, la satisfacción de haber puesto en marcha proyectos con los que lo único que perseguimos fue el bienestar de la gente. Me llevo en el corazón a tantas y tantas personas de las que aprendí mucho por su actitud y solidaridad. Nunca las olvidaré, nunca olvidaré estos tres años.
Datos Diana Castillo
Diana Castillo Laviada, presidenta del DIF-Municipal, nació en Mérida.
Cumpleaños
La esposa del alcalde Renán Barrera cumplirá mañana, 28 de junio, 34 años de edad.
Profesión
Se graduó como licenciada en Nutrición en la Universidad Autónoma de Yucatán y tiene una maestría en Tratamiento Integral de Síndrome Metabólico.
Formación
Tomó cursos de inglés, de elaboración de guías alimentarias y de orientación alimentaria a mujeres en menopausia; dos talleres de nutrición en el deporte y de composición corporal, y un diplomado en evaluación del estado nutricional.
Apostolado
Durante el tiempo que estuvo en la universidad, combinó los estudios con actividades de apostolado.
“Hemos estado rodeados de personas que se dicen ‘políticos’ y realmente son unos farsantes. Es decepcionante”
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