Desde principios de febrero, en redes sociales comenzó a circular un vídeo de unos cuantos segundos de un grupo de hombres con escopetas de caza y cubiertos del rostro reivindicando acciones de insurgencia social en Michoacán, ante el fracaso de la estrategia militar y policiaca del gobierno de Enrique Peña Nieto que sólo descabezó a “Los Caballeros Templarios” pero no terminó con la violencia y el poder del crimen organizado que ahora tiene otros nombres, pero sigue siendo lo mismo, de acuerdo con el semanario “Proceso”.
El grupo se hizo llamar IRIS (Insurgencia por el Rescate Institucional y Social) y la primera reacción del gobierno de Silvano Aureoles fue decir que eran una broma, mientras que la Iglesia advirtió que eran delincuentes y la reacción de otros sectores sociales fue decir que era un nuevo grupo del crimen organizado.
“No es una broma”
En un nuevo vídeo, más extenso, este grupo de hombres embozados advirtió que no son “llamarada de petate ni una broma, sino una expresión de la sociedad michoacana harta nuevamente de la violencia, de las bandas criminales que hacen lo que quieren, de la ineptitud y nulidad del gobierno perredista de Silvano Aureoles, del poder del ex comisionado Alfredo Castillo que envió a gente del Estado de México a gobernar Michoacán, y de la crisis social que se vive en esta entidad”.
Este grupo se deslindó de los nuevos grupos criminales como “La Nueva Familia Michoacana”, “Los Viagras”, “El H3”, así como de los remanentes de “Los Caballeros Templarios”, que una vez más han tomado el trasiego de las drogas y la producción de metanfetaminas a pesar de que el gobierno federal dijo que ya no existían esos flagelos.
Integrado por académicos, pequeños empresarios, campesinos, estudiantes, historiadores, entre otros, IRIS irrumpe en el complicado escenario de crisis en Michoacán reivindicando un clamor generalizado por acabar con la corrupción entre la clase política que se ha asociado con el crimen organizado y sentar las bases de una insurgencia social que ponga un alto a lo que ahora llamamos “crimen institucionalizado”, dijeron.
El grupo se hizo llamar IRIS (Insurgencia por el Rescate Institucional y Social) y la primera reacción del gobierno de Silvano Aureoles fue decir que eran una broma, mientras que la Iglesia advirtió que eran delincuentes y la reacción de otros sectores sociales fue decir que era un nuevo grupo del crimen organizado.
“No es una broma”
En un nuevo vídeo, más extenso, este grupo de hombres embozados advirtió que no son “llamarada de petate ni una broma, sino una expresión de la sociedad michoacana harta nuevamente de la violencia, de las bandas criminales que hacen lo que quieren, de la ineptitud y nulidad del gobierno perredista de Silvano Aureoles, del poder del ex comisionado Alfredo Castillo que envió a gente del Estado de México a gobernar Michoacán, y de la crisis social que se vive en esta entidad”.
Este grupo se deslindó de los nuevos grupos criminales como “La Nueva Familia Michoacana”, “Los Viagras”, “El H3”, así como de los remanentes de “Los Caballeros Templarios”, que una vez más han tomado el trasiego de las drogas y la producción de metanfetaminas a pesar de que el gobierno federal dijo que ya no existían esos flagelos.
Integrado por académicos, pequeños empresarios, campesinos, estudiantes, historiadores, entre otros, IRIS irrumpe en el complicado escenario de crisis en Michoacán reivindicando un clamor generalizado por acabar con la corrupción entre la clase política que se ha asociado con el crimen organizado y sentar las bases de una insurgencia social que ponga un alto a lo que ahora llamamos “crimen institucionalizado”, dijeron.