Las actividades de despegue se daban con regularidad hasta que segundos antes de despegar la cabina de control informó que cuatro sujetos armados tenían el mando. El motivo del secuestro fue para pedir la liberación de cinco compañeros presos por las autoridades mexicanas.
Los guerrilleros obligaron a que sus compañeros fueran liberados y presentados en el avión, una vez que los secuestradores y sus compañeros estuvieron juntos, obligaron a la tripulación que los llevara a Cuba, país que les concedió asilo político. Al día siguiente la tripulación voló de regreso a México.
2. El siguiente secuestro registrado en México sucedió el 10 de abril de 1999. Un sujeto de nombre Víctor Pardo Gutiérrez intentó raptar el vuelo 232 con destino a la ciudad de Monterrey.
El avión llevaba aproximadamente cuarenta minutos de haber despegado de la Ciudad de México cuando el secuestrador amenazó con hacer volar el avión con las bombas que traía pegadas a la cintura, Pardo Gutiérrez ingresó a la cabina y amagó al piloto con un picahielos.
En un descuido, la tripulación logró desarmar y someter al sujeto, para después descender y entregarlo a las autoridades correspondientes.
Según la declaración el individuo sólo intentaba demostrar la poca seguridad y protocolos insuficientes que se tienen en los aeropuertos y aerolíneas del país.
3. El 9 de septiembre 2009, cuando un hombre de nacionalidad boliviana, llamado Josmar Flores Pereira, amenazó con explotar un avión Boeing de Aeromexico que transportaba 104 pasajeros, si no se le permitía hablar personalmente con el entonces presidente Felipe Calderón.
Una vez detenido Josmar Flores dijo que había tenido una "revelación divina" y que según un terremoto a gran escala estaba a punto de ocurrir en México y quería dar aviso personalmente al mandatario. También dio a conocer que “los explosivos” solo eran dos latas de jugo que en su interior tenían tierra.
