A 25 años de creado el fraccionamiento Francisco de Montejo, en él conviven vecinos originarios de distintas partes del país.
Durante muchos años los terrenos y predios abandonados o desocupados fueron el principal problema al que se enfrentaron, pues ello traía consigo la inseguridad porque se volvían refugio de vagos y malvivientes.
La construcción de las avenidas 128 (que conecta con la calle 50 y se prolonga hasta el Anillo Periférico) y la Marcelino Champagnat (que se une a la 51), junto con la que parte de la glorieta de Las Palmas hacia Liverpool, dio un impulso inusitado al fraccionamiento.
En los últimos cinco años se ha registrado un acelerado crecimiento comercial en la zona. Establecimientos de todos los tamaños, desde micro, hasta grandes tiendas departamentales y academias de todo tipo surgen por los cuatro puntos cardinales del fraccionamiento.
Los antiguos baldíos son transformados en comercios, escuelas, guarderías, iglesias o parques y áreas verdes, entre otros servicios. Las casas desocupadas hoy están en su mayoría habitadas o transformadas en negocios.
Pero, como señala el dicho: “Para conocer a Manuel, vive con él”; por ello realizamos una encuesta entre algunos vecinos para conocer sus actuales necesidades.
Rosario Posadas Solís, enfermera jubilada, señaló:
—Hace ocho años que vivo en el fraccionamiento y me gusta mucho, sobre todo por su tranquilidad y porque tienes de todo cerca. Es como una ciudad dentro de otra ciudad pues hay bancos, plazas comerciales, restaurantes, farmacias, parques y mucha accesibilidad para donde quieras moverte, aunque también el tráfico ha aumentado en la misma proporción.
—Al principio fue muy difícil, pues mi casa colinda con un área de maleza o monte bajo, y entre los incendios y los robos nunca estábamos tranquilos. A los cinco meses de vivir aquí entraron a robar a la casa y al poco tiempo me tocó igual un incendio, ojalá ahora que viene la seca se limpie esta área cercana a la calle 29 con 58 y no corramos el peligro de más incendios.
—Yo creo que ahora que el fraccionamiento ya está consolidado, se debe tener mayor vigilancia policíaca, aumentarla para mantener tranquilo el fraccionamiento. También el Ayuntamiento debe velar para que se mantenga limpio y vigilar que no se tire basura en las áreas verdes o parques aprovechando la falta de iluminación en algunos.
A su vez, Miguel Ángel Guerrero Castellanos, ingeniero en Sistemas, dijo:
—Llevo como 20 años de vivir aquí en Francisco de Montejo por la calle 58. Soy originario de Ciudad de México. El cambio más sustancial que he notado en este tiempo es la actitud de los vecinos. Hoy todos, o la mayoría de los que vivimos aquí estamos preocupados del entorno, nos cuidamos, vigilamos nuestras casas, limpiamos el jardín que construimos, convivimos de manera continua y estamos al pendiente de todos.
—A través de nuestros grupos de Whatsapp damos a conocer cualquier información que sea de interés vecinal y les avisamos si notamos algo extraño en sus viviendas, o si nos vamos a ausentar de ellas avisamos para que estén al pendiente.
—Me ha tocado ver transformarse la avenida 50 de vía con baldíos a los lados a calle de intenso tránsito y desarrollo comercial, aunque no han ido a la par las señales viales.
Irán Loría Bastarrachea, ingeniero Químico Industrial, nos compartió:
—Nos gustan del fraccionamiento los parques, la tranquilidad y la amabilidad de la gente tanto local y foránea, en especial cuando hay una convivencia entre nosotros los yucatecos con los que vienen de fuera. Tenemos la ilusión de tener pronto nuestro Megaparque, nuestra propia clínica del IMSS y nuestra Unidad Deportiva.
—Nos disgusta que haya vecinos que no se integran a nuestra comunidad y también que algunos conductores no respeten las vialidades. Decidimos vivir aquí en Francisco de Montejo primero por su ubicación hacia el norte de la ciudad, donde las casas toman más plusvalía y porque en mi trabajo se dio la oportunidad de obtener una casa en esta zona, por la calle 57.
Finalmente, Lupita Alcocer Rivera, coordinadora de Pastoral Social Puente de Amor, expresó:
—Vivir en este fraccionamiento es para mi familia y para mí un reto en todos los aspectos. Empacando hace 13 años para el cambio de domicilio llegó el huracán Isidoro, fue presagio de cambios significativos en nuestras vidas. Ahora comprendo la razón por la cual Dios me estableció en este bendito rincón de mi ciudad al norponiente. Sólo deseo más áreas verdes y mayor conciencia ciudadana para cultivar y cuidar la naturaleza.— Luis Iván Alpuche Escalante
Experiencia Sector
La señora Reyna Guadalupe Ortiz Rejón, vecina de Fco. de Montejo, también opinó sobre la vida en el fraccionamiento.
En calma
“Me gusta la calidad de los servicios. No me gusta que no haya espacios recreativos para los jóvenes”, señaló. “Me gustarían más parques y un centro deportivo en los terrenos que tenemos a lado de la capilla del Espíritu Santo. Llevamos 20 años de vivir aquí. Hay seguridad y tranquilidad”.
Expectativas
En términos generales, los habitantes de Francisco de Montejo se dicen a gusto de vivir ahí, aunque también esperan más y mejores servicios públicos, como mantenimiento e iluminación de parques, reencarpetado de calles, señalética, vialidades ordenadas y mucha seguridad.
Durante muchos años los terrenos y predios abandonados o desocupados fueron el principal problema al que se enfrentaron, pues ello traía consigo la inseguridad porque se volvían refugio de vagos y malvivientes.
La construcción de las avenidas 128 (que conecta con la calle 50 y se prolonga hasta el Anillo Periférico) y la Marcelino Champagnat (que se une a la 51), junto con la que parte de la glorieta de Las Palmas hacia Liverpool, dio un impulso inusitado al fraccionamiento.
En los últimos cinco años se ha registrado un acelerado crecimiento comercial en la zona. Establecimientos de todos los tamaños, desde micro, hasta grandes tiendas departamentales y academias de todo tipo surgen por los cuatro puntos cardinales del fraccionamiento.
Los antiguos baldíos son transformados en comercios, escuelas, guarderías, iglesias o parques y áreas verdes, entre otros servicios. Las casas desocupadas hoy están en su mayoría habitadas o transformadas en negocios.
Pero, como señala el dicho: “Para conocer a Manuel, vive con él”; por ello realizamos una encuesta entre algunos vecinos para conocer sus actuales necesidades.
Rosario Posadas Solís, enfermera jubilada, señaló:
—Hace ocho años que vivo en el fraccionamiento y me gusta mucho, sobre todo por su tranquilidad y porque tienes de todo cerca. Es como una ciudad dentro de otra ciudad pues hay bancos, plazas comerciales, restaurantes, farmacias, parques y mucha accesibilidad para donde quieras moverte, aunque también el tráfico ha aumentado en la misma proporción.
—Al principio fue muy difícil, pues mi casa colinda con un área de maleza o monte bajo, y entre los incendios y los robos nunca estábamos tranquilos. A los cinco meses de vivir aquí entraron a robar a la casa y al poco tiempo me tocó igual un incendio, ojalá ahora que viene la seca se limpie esta área cercana a la calle 29 con 58 y no corramos el peligro de más incendios.
—Yo creo que ahora que el fraccionamiento ya está consolidado, se debe tener mayor vigilancia policíaca, aumentarla para mantener tranquilo el fraccionamiento. También el Ayuntamiento debe velar para que se mantenga limpio y vigilar que no se tire basura en las áreas verdes o parques aprovechando la falta de iluminación en algunos.
A su vez, Miguel Ángel Guerrero Castellanos, ingeniero en Sistemas, dijo:
—Llevo como 20 años de vivir aquí en Francisco de Montejo por la calle 58. Soy originario de Ciudad de México. El cambio más sustancial que he notado en este tiempo es la actitud de los vecinos. Hoy todos, o la mayoría de los que vivimos aquí estamos preocupados del entorno, nos cuidamos, vigilamos nuestras casas, limpiamos el jardín que construimos, convivimos de manera continua y estamos al pendiente de todos.
—A través de nuestros grupos de Whatsapp damos a conocer cualquier información que sea de interés vecinal y les avisamos si notamos algo extraño en sus viviendas, o si nos vamos a ausentar de ellas avisamos para que estén al pendiente.
—Me ha tocado ver transformarse la avenida 50 de vía con baldíos a los lados a calle de intenso tránsito y desarrollo comercial, aunque no han ido a la par las señales viales.
Irán Loría Bastarrachea, ingeniero Químico Industrial, nos compartió:
—Nos gustan del fraccionamiento los parques, la tranquilidad y la amabilidad de la gente tanto local y foránea, en especial cuando hay una convivencia entre nosotros los yucatecos con los que vienen de fuera. Tenemos la ilusión de tener pronto nuestro Megaparque, nuestra propia clínica del IMSS y nuestra Unidad Deportiva.
—Nos disgusta que haya vecinos que no se integran a nuestra comunidad y también que algunos conductores no respeten las vialidades. Decidimos vivir aquí en Francisco de Montejo primero por su ubicación hacia el norte de la ciudad, donde las casas toman más plusvalía y porque en mi trabajo se dio la oportunidad de obtener una casa en esta zona, por la calle 57.
Finalmente, Lupita Alcocer Rivera, coordinadora de Pastoral Social Puente de Amor, expresó:
—Vivir en este fraccionamiento es para mi familia y para mí un reto en todos los aspectos. Empacando hace 13 años para el cambio de domicilio llegó el huracán Isidoro, fue presagio de cambios significativos en nuestras vidas. Ahora comprendo la razón por la cual Dios me estableció en este bendito rincón de mi ciudad al norponiente. Sólo deseo más áreas verdes y mayor conciencia ciudadana para cultivar y cuidar la naturaleza.— Luis Iván Alpuche Escalante
Experiencia Sector
La señora Reyna Guadalupe Ortiz Rejón, vecina de Fco. de Montejo, también opinó sobre la vida en el fraccionamiento.
En calma
“Me gusta la calidad de los servicios. No me gusta que no haya espacios recreativos para los jóvenes”, señaló. “Me gustarían más parques y un centro deportivo en los terrenos que tenemos a lado de la capilla del Espíritu Santo. Llevamos 20 años de vivir aquí. Hay seguridad y tranquilidad”.
Expectativas
En términos generales, los habitantes de Francisco de Montejo se dicen a gusto de vivir ahí, aunque también esperan más y mejores servicios públicos, como mantenimiento e iluminación de parques, reencarpetado de calles, señalética, vialidades ordenadas y mucha seguridad.