Noticias de Yucatán
(apro).- En busca de ganar simpatía entre los
capitalinos rumbo a las elecciones de 2018, el precandidato del PRI a la
jefatura de gobierno, Mikel Arriola, viajó en el Metro capitalino y caminó por
los pasillos del popular barrio de Tepito, donde hasta se paró en un puesto de
ropa de bebé y ofreció: “¡de a 70 el mameluco!”.
Respaldado todo el camino por Lourdes Ruiz, La reina
del albur, uno de los personajes más respetados del llamado “barrio bravo”, el
exdirector del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) llegó en Metro al
mercado de La Lagunilla y comenzó su caminata de más de 30 minutos.
Con un vaso de café en la mano derecha y su reloj Casio
en la izquierda –cuidado discretamente por un guarura– el abogado graduado en
la Universidad Anáhuac y maestro por la Universidad de Chicago anduvo entre
puestos de fayuca, ropa made in China,
teléfonos celulares –algunos de dudosa procedencia–, puestos de discos y
perfumes “pirata”, locales prohibidos de cerveza de barril y música de salsa y
reguetón.
Las calles del barrio estaban semivacías de compradores,
un día después de la Navidad, y de entre los pocos clientes que por ahí
pasaban, apenas uno que otro lo reconocía, pero porque iba rodeado de al menos
una decena de fotógrafos y reporteros. El tumulto lo obligó a bajarse de la
banqueta y caminar sobre el carril del Eje 1 exclusivo para el transporte
público.
Con gesto un tanto serio, a veces llevándose la mano a la
cara y echando un vistazo a su teléfono móvil, apenas saludaba a uno que otro
comerciante. “Buenas tardes”, les decía a lo lejos, sin acercarse a saludar o
sólo asentando la cabeza. “¿Y tú quién eres?”, le gritaban. Sólo un señor de
edad avanzada le pidió una selfie.
A lo lejos, un comerciante que sí lo reconoció, le gritó
“¡Fuera, fuera!”, pero nadie lo secundó. Otro, en cambio, le gritó: “Échale
ganas eh manito, necesitamos a alguien como tú!”. Una mujer que vestía mandil
le gritó: “Aquí sí estamos trabajando, somos gente humilde, de trabajo”.
Lourdes Ruiz le comentó que había pocos compradores y
escasa mercancía “porque no hay dinero ni en la ciudad ni en el país”.
–¿Ha bajado la venta?
–Pero cañón, como 85%.
El precandidato del PRI a gobernar la capital apretó el
paso, siempre guiado por La reina del albur, quien hacía comentarios en
doble sentido a la prensa, aunque el candidato no lograba captar. Así lo llevó
hasta su puesto de ropa interior y de bebé y custodiado por sus tres perros
chihuahueños.
Ahí, le “enseñó” a ofrecer su mercancía:
“Grítale: ¿qué talla, qué talla? ¡Enséñale tus mamelucos!
¡Grítale como si de a de veras!”, le instruyó la comerciante.
De dirigir la institución de seguridad social más
importante del país, Mikel Arriola pasó a tomar una trusa blanca –“calzones de
bajo color”, según Lourdes Ruiz– y gritar: “¡A 70, a 70! De a 70 el mameluco!”,
mientras posaba para las cámaras.
Ya en tono serio, el precandidato dijo que su visita al
barrio era “porque estamos muy cerca de la gente que trabaja en el comercio,
que trabaja todos los días desde que canta el gallo hasta que canta el grillo
–frase que le copió a su acompañante–. Venimos a reconocer ese gran trabajo que
hace la gente del comercio”.
Luego, dijo que les llevaría servicio de drenaje, que
taparía las coladeras y les llevaría más seguridad. También se pronunció por
que se generen más espacios para el comercio ambulante: “Tenemos que generar
espacios para todos”, dijo.
Antes de la visita al barrio, Mikel Arriola se reunió con
líderes priistas en el tradicional Café Tacuba del Centro Histórico, a donde
llegó también en Metro, luego de transbordar desde Observatorio entre las
líneas 1 y 2 hasta la estación Allende.
Durante su recorrido, el también extitular de la Comisión
Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) escuchó a los
pasajeros quejarse por las pésimas condiciones del Metro de la Ciudad de
México, la tardanza en los traslados y la insuficiencia de trenes en las “horas
pico”.
Al término del traslado, en entrevista con la prensa, el
aspirante a gobernar la Ciudad de México reiteró su propuesta de no subir la
tarifa del Metro. Y criticó que desde el aumento del costo del boleto –el 13 de
diciembre de 2013– el gobierno capitalino ha recaudado unos 10 mil millones de
pesos “pero no vemos que eso se haya invertido en infraestructura”.
También propuso aumentar el número de trenes en horas de
mayor demanda, revertir el deterioro de las instalaciones y ampliar la red del
Sistema de Transporte Colectivo 15 kilómetros al año. Aunque no explicó cómo,
sólo dijo que será “con la ayuda del gobierno federal”.