¿Me abandonaron mis padres en una colina atada de manos para dejarme morir?

20 marzo 2018
Noticias de Yucatán

En el verano de 1937, una bebé de nueve meses fue escondida con las manos atadas tras un arbusto en una colina en el sur de Inglaterra. Anthea Ring, ahora de 80 años, ha pasado la mayor parte de su vida preguntándose por qué la dejaron allí para morir y quiénes eran sus padres. Ahora, gracias a los avances en genética por fin tiene algunas respuestas.
Jane Dodd estaba cansada. La niña de 11 años estaba caminando sobre las colinas de South Downs, en el sur de Inglaterra, con su familia en un brillante día de agosto, como solían hacer en sus vacaciones cada año. Por delante iban sus padres, Arthur y Margaret, y su hermana mayor, Elizabeth.
Ese día hacía mucho calor, incluso a las 6 de la tarde. no había ninguna zona de sombra, solo pradera y arbustos. De repente, su madre se paró.
"Hay un bebé ahí", dijo.
Su padre se giró. "Por su puesto que no hay nadie ahí", dijo él.
La familia empezó a buscar a través de los matorrales.
Minutos después encontraron una pequeña niña rubia de alrededor de un año escondida entre unas zarzas.
Llevaba puesto un vestido rosa y tenía rasguños y picadas de insectos. Sus manos estaban atadas por delante.
Revelación
Nueve años después, Anthea Ring estaba jugando con su amigo, Peter, afuera de su casa en Surrey, cuando empezaron a discutir y ella amenazó con quejarse a su madre.
"No es tu madre, eres adoptada", le replicó él.
Impactada, Anthea corrió a su casa y esa noche ella y sus padres tuvieron una conversación.
"Me dijeron que me habían dejado en la puerta del Hospital Worthing cuando era una recién nacida", cuenta Anthea.
"Ellos habían perdido a su hija, Veronica, tres años antes, y decidieron adoptarme".
Anthea estaba muy emocionada por las noticias. Los niños adoptados eran los héroes en los libros que ella devoraba.

"No se me pasó por la cabeza pensar quiénes eran mis padres biológicos".
Investigación por asesinato
Su padre adoptivo, Douglas Shannan, trabajaba para el Ministerio de Alimentación.
"Era un hombre muy amable", dice Anthea. Ella describe a su madre Margaret como cercana y amigable, pero algo nerviosa debido a la pérdida de su primera hija.
Con 15 años, Anthea se fue a trabajar a unos grandes almacenes en el centro de Londres. Años después se tituló como enfermera en Bath, donde conocería a su futuro marido, Francis. Tuvieron dos hijos, Jonathan y Christine.
Un día, en 1961, Anthea llevó fotos de Christine cuando era bebé a la casa de sus padres. Ellos le dijeron la pequeña era la viva imagen de Anthea cuando era bebé.
"Entonces mi padre le dijo a mi madre: tienes que mostrárselo ahora, Peggy", y ella subió las escaleras", recuerda Anthea.
Margaret regresó con un recorte de periódico, con la imagen de un bebé.
Anthea preguntó quién era. "Eres tú", respondió su madre.
Anthea supo en ese momento que la familia Dodd la había encontrado en una colina cerca de Worthing en 1937.
Scotland Yard lanzó una investigación de intento de asesinato y pidió información a nivel nacional, pero nunca descubrió cómo había llegado la bebé allí ni quiénes eran sus padres.
Después de recibir esta impactante noticia, Anthea se fue a su casa y lloró. Se lo dijo a su esposo, pero decidieron no contárselo a sus hijos.
Policía de Worthing
Las décadas pasaron, y los hijos de Anthea tuvieron los suyos propios. Su nieto, Aaron, también era el vivo retrato de Anthea y eso le hizo preguntarse, una vez más, quién era ella.
En 1994 se unió a un grupo llamado Norcap, que ayudaba a adultos que habían sido adoptados a encontrar información sobre su pasado.

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