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Entre 2006 y 2016 cayó la confianza de los mexicanos en su Gobierno y aumentó la percepción de que la corrupción se extendió en el país, expone la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en un informe.
El reporte “Perspectivas económicas 2018: Repensando las instituciones para el desarrollo” señala que en 2006 la población que expresaba confianza en el Gobierno nacional era de 43 por ciento, y para 2016 el porcentaje pasó al 28 por ciento, por abajo del 37 por ciento promedio de los países integrantes de la OCDE y el 29 por ciento de los países de América Latina y El Caribe.
Señala además que la confianza en el sistema judicial y los tribunales disminuyó, en el mismo lapso, del 35 por ciento de 2006 pasó al 32 por ciento, también por abajo del promedio de los países que integran el organismo, y el de la región.
Otro dato que resalta es que el número de mexicanos que percibe que la corrupción se encuentra extendida en el país aumentó del 75 al 85 por ciento en los diez años tomados como referencia. La cifra es superior a los promedios de los miembros de la OCDE que es del 65 por ciento y al 79 por ciento de las naciones latinoamericanas y caribeñas
El reporte fue elaborado por el organismo internacional en conjunto con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (Cepal) y el Banco de Desarrollo de América Latina, y la Comisión Europea, y también toca la satisfacción de los ciudadanos con los servicios públicos.
Aumenta la percepción de los mexicanos de que la corrupción se ha extendido. Foto: Iván Stephens, Cuartoscuro
Señala que la población “satisfecha” o “muy satisfecha” con la educación pública pasó del 60 por ciento al 57 por ciento de 2005 a 2015. Algo similar ocurrió con el servicio en los hospitales públicos, decreció del 48.4 al 46 por ciento. Y por el contrario, la cantidad de mexicanos satisfechos con la seguridad pasó del 10.7 por ciento al 11.5 por ciento.
La satisfacción en los tres rubros es superior a la del promedio en America Latina y el Caribe.
El informe menciona que México la gobernanza sigue mejorando, especialmente en lo relativo a la eficacia del gobierno (0.21 puntos) y calidad regulatoria (0.40), con lo que superó el promedio regional pero siguió por debajo de la OCDE, que obtuvo 1.3 y 1.28 puntos, respectivamente.
Sin embargo, en cuanto a la participación (-0.13) y rendición de cuentas, así como a la estabilidad política (-0.87), México está por debajo de los promedios de América Latina y el Caribe (-0.18 y 0.019, respectivamente) y de la OCDE (1.12 y 0.64), respectivamente.
Y señala que durante la última década, una cuarta parte de la población se mantuvo en la clase media (individuos con ingresos diarios per cápita de 10-50 dólares), lo que “indica que México se ha mantenido relativamente estancado en cuanto a mejoras materiales del bienestar (es decir, ingresos) y a la movilidad social de su población.
La desafección de los ciudadanos hacia sus instituciones se debe, principalmente, a la falta de empleo de calidad y a una peor valoración de servicios públicos esenciales como la sanidad o la educación, de acuerdo con el director del Centro de Desarrollo de la OCDE, el italiano Mario Pezzini.
“Los ciudadanos se dirigen a servicios públicos y no salen satisfechos. La demanda y la oferta no encajan y esto genera frustración y debilita el contrato social, provocando que haya gente que salga del sistema”, expuso a la agencia Efe.
El informe revela que el número de mexicanos que considera que la evasión de impuestos no es justificable ha decrecido del 39.7 por ciento al 36 por ciento entre 2005 y 2015.
“Si las familias no pagan impuestos hay menos recursos para mejorar los servicios. Es un círculo vicioso”, explicó Pezzini sobre la tendencia en la región a justificar la evasión tributaria.
En el mismo sentido se pronunció el responsable de asuntos económicos del Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea (UE), el sueco Christian Leffler, quien indicó la necesidad de recuperar la confianza del ciudadano en que sus impuestos se utilizarán de forma eficaz.
“Un país donde el Gobierno tiene miedo de su sociedad no funciona. Hay que dialogar y explicar qué funciona y también escuchar para saber qué no funciona”, enfatizó.
México se encuentra en medio del proceso electoral más grande de su historia, que incluye el cambio de Presidente de la República. Los candidatos Ricardo Anaya Cortés, José Antonio Meade, Andrés Manuel López Obrador y Margarita Zavala han retomado en sus campañas la lucha contra la corrupción y la mejora de la condiciones económicas de los ciudadanos.
Analistas han señalado que el hartazgo de los mexicanos ante la impunidad y la corrupción definirá el sentido de las elecciones este año. Sin Embargo