Las calles de Gaza permanecían desiertas este lunes después
de una nueva serie de bombardeos nocturnos del ejército israelí, tras una
semana que dejó más de 200 muertos, la gran mayoría palestinos, mientras Hamas
e Israel hacían oídos sordos a los llamamientos internacionales de desescalada.
En la noche del domingo al lunes, la aviación israelí
realizó decenas de bombardeos en la Franja de Gaza, donde varios grupos armados
dispararon cohetes contra Israel.
Cientos de edificios resultaron dañados y se intensificaron
los cortes de electricidad, según las autoridades locales, que no informaron de
víctimas en lo inmediato.
A primera hora de la mañana, las calles del enclave, donde
viven dos millones de personas, estaban desiertas, constató un periodista.
El ejército israelí indicó este lunes en un comunicado que
atacó nueve viviendas propiedad de altos mandos de Hamas, algunas de las cuales
eran utilizadas para “almacenar armas”.
La Yihad Islámica, segundo grupo armado palestino en la
Franja de Gaza, anunció que Hosam Abu Harbid, uno de sus comandantes, había
muerto en un ataque.
“Nunca ha habido bombardeos de este calibre”, aseguró Mad
Abed Rabbo, de 39 años, que vive en el oeste de la ciudad de Gaza y dice sentir
“horror, miedo”.
Unos 40 mil palestinos han abandonado sus hogares, según la
Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
Los equipos de rescate y los residentes intentaban retirar
los escombros y apagar los incendios, incluido uno en una fábrica de colchones
de espuma.
‘Objetivo legítimo’
Desde el 10 de mayo, cuando comenzó la actual espiral de
violencia, al menos 198 palestinos han perdido la vida, de ellos 58 niños, y
más de mil 300 han resultado heridos.
El domingo, 42 palestinos, entre ellos al menos ocho niños y
dos médicos, murieron en los bombardeos israelíes en Gaza, el mayor número de
muertos en un día, según el Ministerio de Sanidad local.
Los israelíes, especialmente los del sur del país que viven
con continuas alertas de cohetes, fueron llamados por el primer ministro
Benjamin Netanyahu a “limitar sus actividades al aire libre”.
Por el lado israelí, diez personas murieron, entre ellas un
niño, y 294 resultaron heridas por la explosión de los cohetes lanzados desde
Gaza.
Los grupos armados palestinos, entre ellos Hamas y la Yihad
Islámica, dispararon más de 3 mil 150 proyectiles contra Israel desde el inicio
de las hostilidades.
Se trata del mayor ritmo de lanzamiento jamás registrado
contra territorio israelí, precisó el ejército, según el cual gran parte fueron
interceptados por su escudo antimisiles Cúpula de Hierro.
“Nuestra campaña contra las organizaciones terroristas sigue
a pleno régimen”, aseguró el domingo Netanyahu, que justificó el bombardeo de
una torre de 13 plantas que albergaba los locales de la cadena de información
catarí Al Jazeera y la agencia de prensa estadounidense Associated Press (AP).
Era un “objetivo perfectamente legítimo”, declaró precisando
que se basó en informaciones de los servicios de inteligencia.
El ejército israelí, que asegura que su objetivo son los
locales y equipos de Hamas así como algunos comandantes y túneles subterráneos,
acusa al movimiento islamista de usar a los civiles como “escudos”.
La violencia “tiene el potencial de provocar una crisis de
seguridad y humanitaria incontrolable y fomentar todavía más el extremismo”,
alertó el domingo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en una
reunión de urgencia del Consejo de Seguridad.
La última gran confrontación entre Israel y Hamás remonta al
verano de 2014. El conflicto de 51 días destrozó la Franja de Gaza y dejó al
menos 2.251 muertos de lado palestino, la mayoría civiles, y 74 entre los
israelíes, en su mayoría soldados.
Fuente: Excélsior