Noticias de Yucatán
El ex presidente de México Carlos Salinas de Gortari reapareció este jueves en la escena política para cuestionar en un extenso artículo del diario español El País, si los aspirantes a gobernar tras las elecciones de 2018 están preparados para enfrentar los retos en materia de seguridad, convivencia democrática, economía y política exterior.
En principio, Salinas de Gortari dice que como ex mandatario no está en aptitud de ofrecer consejos ni recomendaciones de campaña, y tampoco propuestas de gobierno a los precandidatos a la presidencia de la República. Sin embargo, dice que sí puede hacer una serie de preguntas de lo que podría ser parte de la agenda del electorado mexicano.
Relativo a soberanía y justicia, dice que si muchas de las disputas nacionales han tenido y tienen su origen más allá de nuestras fronteras, ¿continuarán algunos de los aspirantes atados al localismo y al simplismo, o asumirán finalmente que en México la política siempre ha sido y seguirá siendo geopolítica? ¿Se contará con información para ubicar el origen de numerosas disputas por el poder dentro de México en hechos que tienen lugar más allá de nuestras fronteras, y cómo proponen prepararse para las quiebras sistémicas y la próxima crisis mundial que nos golpeará de manera inesperada?
Pregunta cómo se podrá enfrentar en el ámbito diplomático los cambios en Estados Unidos mientras se da una división tanto en el Partido Republicano como en el Partido Demócrata, además frente al resurgimiento del racismo blanco, en defensa de los migrantes y los llamados "dreamers".
¿Seguirá el debate electoral anclado como desde hace 30 años al falso dilema neoliberalismo-populismo? ¿Se precisará que el neoliberalismo deje a la ciudadanía desarticulada en una sociedad disminuida y a merced de los abusos del mercado y que el populismo arrase las iniciativas ciudadanas con sus métodos clientelares de control social y los abusos de gobiernos que se atribuyen organizar las fuerzas sociales en una especie de socialismo de Estado? ¿O habrá, más bien, una propuesta de combate a la injusticia con miras a recuperar el legado histórico del liberalismo y la justicia en una nueva etapa del Liberalismo Social?", cuestiona Salinas de Gortari.
Enseguida dice que frente a la crisis de la economía mundial iniciada en 2008, ¿cómo proteger a México de la caída libre de ese sistema y de su incapacidad de reformarse? Y si esa crisis es cíclica pero puede ser histórica, ¿qué acciones proponen los aspirantes para proteger a la economía mexicana y colocarla en una senda diferente de prosperidad creciente e incluyente, con un compromiso explícito de protección del medio ambiente? ¿Cómo actuar en la nueva realidad dominada por el capital financiero internacional, y ante la nueva hegemonía de China?
Y ante el cambio tecnológico y la robotización, ¿cómo responder ante el creciente número de trabajadores capaces cuyo horizonte es el subempleo y el desempleo? ¿Cómo propiciar que se organicen los nuevos trabajadores en defensa de sus intereses y qué respuestas han pensado para estas nuevas legiones de "autoempleados" o de "trabajadores contingentes", no permanentes, de la economía, llamados gig, o sea, de chambas no fijas?
En torno a la democracia disminuida, dice que la democracia mexicana se ha enredado, se habla de su baja calidad y de que es excesivamente costosa. Y de nuevo pregunta: "¿Existe un compromiso para revertir nuestros enredos democráticos? ¿Las propuestas atacan el origen del problema o son meros paliativos discursivos para usar contra el rival? ¿Con cuál definición de democracia está comprometido cada aspirante? ¿Del pueblo, por el pueblo y para el pueblo? ¿De un solo dirigente? ¿Plebiscitaria, propiedad del líder populista? ¿O participativa tanto como representativa?"
¿Cuál es la propuesta de los precandidatos para jóvenes y mujeres? ¿Cómo convertir la ambición y el idealismo rebelde de los jóvenes en ciudadanos participativos y organizados? ¿Cómo generar para las mujeres salarios justos y equitativos que erradiquen la pobreza y se combata la violencia que se ejerce en su contra, y se fomente su participación en todos los ámbitos?", añade.
Y también pone sobre la mesa el tema de qué harán los precandidatos para revertir la violencia y los efectos corrosivos de la inseguridad. ¿Y frente al narcotráfico, que amenaza la esencia misma de la soberanía y del Estado? ¿Y con la falta de confianza en las fuerzas públicas y los sistemas de justicia?
"Y en último lugar, intelectuales orgánicos y equipo. ¿Quiénes son sus "intelectuales orgánicos"? ¿Están dispuestos a "dudar de las verdades supuestas y convenientes, y a saber la verdad a fondo", o sólo nos proporcionan historietas en lugar de la historia profesional? ¿Promueven estereotipos y "hechos alternativos" (auténticos enemigos de la verdad), incapaces de una comprensión seria y profunda de la historia nacional e internacional?", pregunta.
Cuestiona a los candidatos con quiénes piensan gobernar. "¿Estarán dispuestos a apoyarse "en hombros de gigantes para ver más lejos"? ¿Saben de la ciencia, las artes? ¿Serán los mejor preparados, honestos, con "una larga experiencia de las cosas actuales y una continua lectura de las antiguas" o solo sus incondicionales? ¿Se han preparado para los golpes de "fortuna", inesperados y adversos?", agrega.
"Estas y otras preguntas podrían hacerse a quienes aspiran a gobernarnos. Este mundo tan complejo y amenazante, en una realidad mexicana tan crispada, reclama un perfil humano que conozca y asuma las grandes transformaciones que los mexicanos han impulsado durante décadas, sin inventar soluciones falsas o simples, y con una sincera capacidad de autocrítica y de identificarse con las sentidas y profundas aspiraciones de los ciudadanos para convertirlas en realidades", finaliza. La Silla Rota