“Se había pensado el día 8 o el 10 de febrero tener al menos
una parcialidad del embarque contemplado para el día 15 de febrero (de la vacuna
de Pfizer y BioNTech). Hoy es oficial, no será posible”, dijo Hugo
López-Gatell. Es decir, tal producto biológico no llegará a México en los
tiempos pactados.
El subsecretario de Salud dijo, con la pena, que de nada
sirvió la videollamada de hace unos días del presidente de México, Andrés
Manuel López Obrador, con el director ejecutivo global de Pfizer, Albert
Bourla.
No es culpa ni de Andrés Manuel ni del señor Bourla. La
verdad de las cosas es que Pfizer no ha podido cumplir sus
compromisos con México y otros países por disposiciones recientes de la Unión
Europea en el tema de la regulación comercial: sus autoridades
están obstaculizando la exportación de la mencionada vacuna.
En algún momento llegarán los viales de Pfizer y
BioNTech y se aplicará la segunda dosis a personal médico que hace más de
21 días recibió la primera y que ahora, con angustia, advierte que el proceso
de inmunización se realizará en las próximas semanas, lo que podría
ser ineficaz.
Ojalá Gatell tenga razón y que sea cierto lo que dijo
—basado en una recomendación de la Organización Mundial de la Salud— de
que el intervalo de aplicación entre las primeras y segundas dosis podría
ampliarse hasta 42 días. Si no es así, esto es, si como propusieron los científicos que
crearon la vacuna de Pfizer y BioNTech lo óptimo es un intervalo de tres
semanas, entonces todo el esfuerzo inicial en México se habrá ido a la
basura porque el personal médico y de enfermería que recibió la primera
dosis no estará protegido en la lucha diaria contra el covid-19.
La vacuna de Pfizer y BioNTech, ademas de lo anterior,
presenta otro inconveniente, que no es menor en países como el nuestro: su
manejo es muy complicado. Necesita mantenerse en congelación a temperaturas muy
bajas, de -70º C, y antes de inyectarla a la gente se requiere que
personal calificado realice un procedimiento que no es complejo, pero sí
delicado y que no admite fallas.
Es decir, se trata de una vacuna que solo puede ser aplicada
con la seguridad de que va a funcionar en centros urbanos, y no en cualquier
lugar: solo en hospitales de cierto nivel hacia arriba.
En barrios marginados de las ciudades y en los pueblos
más apartados podría ser riesgoso ofrecer una mercancía biológica que con
facilidad puede echarse a perder.
Gatell, como científico, avaló la Sputnik V (sin existencias
suficientes), y descalificó a CanSino (que no tiene problemas de fabricación)
La descalificación que hizo Hugo López-Gatell de la
vacuna china de Cansino fue implícita, por así llamarla, pero muy contundente.
Ocurrió hace unos pocos días cuando respondió a una reportera que le cuestionó
acerca de las críticas que la científica Irma Aguilar Delfín hizo
en SDP Noticias a propósito de que podría no ser eficaz la vacuna
rusa Sputnik V porque uno de sus vectores está basado en el adenovirus 5.
Sintetizo el diálogo de Gatell con la periodista:
Interlocutora:
"Por otro lado, doctor, ¿cuál es la prevalencia
del adenovirus 5 en la población mexicana?".
Hugo López-Gatell Ramírez:
"No está documentado, esta es una cosa interesante,
seguramente su pregunta se relaciona con una inquietud que algunas personas
científicas (la doctora Aguilar Delfín) tienen sobre la vacuna Sputnik
V; sobre la vacuna CanSino, que tienen en su composición adenovirus 5".
"Es un virus común…, igual que el adenovirus 26…
La inquietud que han formulado algunas personas es que, por la frecuencia alta
de estos virus, podría ser que se inhiba el efecto de la vacuna, lo cual
es científicamente razonable; es interesante porque las vacunas que
utilizan un solo adenovirus podrían ser las más susceptibles".
"¿Por qué razón? Porque se pone la vacuna si es que la
persona ya tiene anticuerpos contra adenovirus. Adenovirus es un virus que
causa infección respiratoria leve… en el caso de las vacunas contra covid se
utiliza como transportador, como vector, y lo que se hace es que se ponen las
componentes del virus SARS-CoV-2 que van a causar la respuesta
inmune… es un adenovirus modificado para que no cause enfermedad".
"Pero si hay anticuerpos contra el adenovirus puede
ser que se inhiba el transporte de las moléculas del SARS-CoV-2 y ya no se
logre toda la potencia del efecto."
"Esta es una consideración científica importante y
algunas vacunas, como decía, sólo tienen un adenovirus, es el caso de
CanSino, por ejemplo, tiene adenovirus cinco; es el caso de la vacuna de Janssen,
que tiene adenovirus 26".
"La vacuna Sputnik tiene ambos y la propia
información técnica de Sputnik lo que plantea como fundamento científico es que
la combinación de ambos es lo que permite una eficacia mayor".
"La eficacia está demostrada clínicamente, como lo
vimos en el documento que se publicó ayer en la revista Lancet, que es el
informe del ensayo clínico fase 3".
"La forma en que se utiliza Sputnik V es: primera
dosis, adenovirus 26; segunda dosis, adenovirus 5".
"Entonces, ante la circunstancia de que son dos
adenovirus diferentes que circulan en distintas intensidades en la población es
menos probable que haya personas que tengan anticuerpos contra ambos adenovirus
y el efecto neto es el que se ve en el ensayo clínico que la eficacia es de
91.6 por ciento".No es seguro que López-Gatell tenga razón —que
la vacuna rusa sea eficaz en todas partes por estar basada en dos
adenovirus, el Ad26 y el Ad5, y no nada más en este último—; podría el
epidemiólogo estar en lo cierto, o no: la misma publicación en Lancet de
los estudios sobre la Sputnik V plantea implícitamente la posibilidad de que se
presenten problemas en poblaciones con fuerte prevalencia de adenovirus 5.
Quizá, entonces, los expertos mexicanos de Cofepris, como el doctor Gustavo
Reyes Terán, que tan a la carrera y en forma tan “informal” (Gatell dixit)
aprobaron el biológico ruso, deberían realizar algún estudio mínimo para
garantizar que no es fuerte la prevalencia del Ad5 en México, ¿o no es razonable
hacerlo?
Pero al margen de eso, suponiendo que la vacuna rusa sea
de calidad porque está basada en dos adenovirus, el Ad26 y el Ad5, tal
como lo dijo el doctor Gatell en una conferencia de prensa reciente —en la que
con toda claridad aceptó que tiene sentido la crítica de la doctora Aguilar
Delfín a las vacunas diseñadas solo con un vector de Ad5, como la china CanSino—,
entonces él debería categóricamente recomendar al Comité de Moléculas
Nuevas de Cofepris no autorizar la aplicación en México de la mencionada
vacuna realizada en China, ya que se basa solo en el Ad5, que el propio Gatell
admite puede presentar problemas que la hagan inútil.
En resumidas cuentas
√ Hay escasez de vacunas de Pfizer y su manejo es
complicado, por lo tanto no es recomendable aplicarlas en numerosas regiones
pobres de México, donde por la falta de infraestructura se echarían a perder.
√ La vacuna rusa Sputnik V parece segura, aunque
se necesita más investigación acerca de si tendrá poca eficacia en México
debido al Ad5. El problema de esta vacuna es que tiene dificultades
de fabricación, sobre todo de la segunda dosis. En el mejor de los casos la
recibiremos en las cantidades que se necesitan ya muy avanzado el 2021. En el
mejor de los casos, que conste.
√ La vacuna china de CanSino no la recomienda el propio
Gatell por estar desarrollada sobre una vector de adenovirus 5.
√ La vacuna china de Sinovac tiene una efectividad muy
baja, apenas arribita del mínimo recomendado por la Organización
Mundial de la Salud. O sea, como en la escuela ocurre con los alumnos
burros, ha pasado de panzazo.
√ Otras vacunas México ni siquiera ha intentado negociarlas,
como las de Moderna, Johnson & Johnson y Novavax.
¿Cuál es la salida?
La opción para salvar a México, y al mundo, aunque
cuestionada, es AstraZeneca.
Dejaré para más tarde el análisis de lo dicho por ese diario
británico. Lo haré yo mismo, simple y sencillamente sintetizándolo o buscaré,
para que el texto se redacte con más profundidad, a gente experta en el tema.
AstraZeneca, que envasaremos en México gracias a Carlos
Slim, puede ser la salida al laberinto. Vale la pena entender sus detalles
técnicos, riesgos, problemas de fabricación y de control de calidad, etcétera.
Por lo pronto, solo diré: ¡¡¡Qué bueno que el ingeniero Slim
se puso las pilas!!!