"Me están quitando la vida"

23 marzo 2011
Noticias de Yucatán

(abuso, injusticia, )

23 marzo 2011
Más denuncias del presunto culpable yucateco, en el D.F.
Edmundo Martínez Niño fue detenido hace dos años en esta ciudad a petición de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, que lo vinculó con una supuesta red de pornografía infantil. Martínez Niño asegura ser inocente
Edmundo Martínez Niño fue detenido hace dos años en esta ciudad a petición de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, que lo vinculó con una supuesta red de pornografía infantil. Martínez Niño asegura ser inocente Ver fotos(1)

Es la historia de Edmundo, tan parecida al Presunto Culpable que protagoniza Toño Zúñiga y ha desnudado al Poder Judicial, a sus jueces, sus procesos, su preferencia por sentenciar sin que se acredite un delito...

Con diferentes nombres, el caso del yucateco Edmundo de Jesús Martínez Niño tiene los mismos protagonistas que el famoso documental que ha puesto en evidencia al sistema de justicia en nuestro país: un presunto culpable, un juez, una procuraduría que acusa y un Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal convertido en la esperanza del inculpado.

La historia de Edmundo es la de un ciudadano que pierde la libertad sin saber por qué. En su contra está una maquinaria judicial: la Procuraduría de Justicia de la ciudad de México que lo acusa de pertenecer a una banda organizada de pornografía infantil, y el juez 44 de lo penal, Paúl Martín Barba, que lo sentencia a 11 años y ocho meses de prisión en el Reclusorio Norte de la capital del país.

Entrevistado telefónicamente desde ese penal, Edmundo Martínez clama su inocencia, argumenta su verdad y siente la impotencia de enfrentarse a un Poder que lo tiene recluido desde hace casi dos años por un delito que, reitera, no cometió.

El yucateco es acusado junto con otras seis personas, entre ellas el sacerdote Rafael Muñiz López, de Veracruz, de pertenecer a una banda del crimen organizado dedicada a la pornografía infantil a través del ciberespacio en varios estados del país, entre ellos Yucatán.

De acuerdo con las autoridades, se hallaron evidencias en la cuenta de correo y la computadora del yucateco.

Sin embargo, Edmundo Martínez se dice inocente. Su voz delata su desesperación por un encierro que considera injusto y le ha cambiado la vida para siempre. No para de hablar.

El primer golpe le llega con su detención, en abril de 2009 en Mérida. No sabía qué pasaba cuando lo trasladaron a México. El segundo golpe lo siente al darse cuenta que su proceso estaba plagado de irregularidades. Luego se desmorona: es sentenciado a 11 años de prisión por el delito de delincuencia organizada y pornografía infantil.

Una esperanza está abierta aún para Edmundo: que la quinta sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal decrete su inmediata libertad, valorando las probanzas de su inocencia. Es la misma sala judicial que ordenó la inmediata liberación de Toño en Presunto Culpable al revocar la sentencia del juez que lo había condenado a 20 años de reclusión.

"No he visto Presunto Culpable, no necesito verla, ya me la sé, lo que pasa ahí es lo que estoy viviendo", dice Edmundo Martínez desde el reclusorio.

El yucateco da a conocer una serie de irregularidades desde su detención: es acusado por un delito "que no cometí, y lo he pro bado"; lo incomunicaron una semana, sin derecho a que una persona de su confianza o un abogado lo asista; dormía esposado en el centro de arraigo, con la luz prendida las 24 horas del día; lo acusan de pertenecer a una banda de la delincuencia organizada y no conoce a los otros acusados de pertenecer a la presunta red de pornografía infantil.

Sólo en dos ocasiones vio al juez que lo sentenció; el juzgador no estuvo presente cuando se emitió el fallo en su contra; peritajes de la Procuraduría General de la República (PGR) demostraron y dictaminaron que en sus equipos de cómputo incautados por la autoridad no había evidencias de que almacenara, distribuyera o usara pornografía infantil; ese dictamen no fue valorado por el juez al momento de dictar sentencia; la Procuraduría del Distrito Federal no aplicó el procedimiento legal correcto al asegurar sus computadoras y atribuirle la propiedad de los equipos, y se demostraron irregularidades en la acumulación de pruebas de la Procuraduría.

Además, a otro acusado por este caso lo detuvieron a las 10 de la noche y 30 minutos después aparecieron supuestas pruebas de pornografía en su computadora, es decir, aparecieron cuando estaba detenido.

Martínez Niño también denuncia que en la Procuraduría capitalina manipularon sus computadoras y sus cuentas de correo electrónico para incriminarlo en la red de pornografía infantil, y su testimonio ministerial fue acomodado a la conveniencia de esa dependencia, agregando declaraciones que no hizo o quitando sus dichos.

"Somos un botín publicitario de la Procuraduría del Distrito Federal y del jefe de gobierno de la ciudad de México, Marcelo Ebrard", denuncia Edmundo.

Afirma que las autoridades de la ciudad de México armaron un "show mediático" para presentarlos como una banda dedicada a la pornografía infantil.

"Estuve 48 horas en los separos sin comida, sin tomar nada, sin abogado, me incomunicaron una semana. Rendí mi declaración en la madrugada y luego me arraigaron, sin que yo pueda hablar con mi familia. Me involucran en una asunto en el que no tengo nada que ver, no sé cómo llegué hasta acá", insiste.

"Me sometieron a un proceso viciado. Presentamos pruebas para demostrar que no estoy relacionado con lo que me involucran y no se valoran.

"Me relacionan con una banda y no conozco a ninguno de los otros detenidos. Estoy seguro que el juez ni siquiera leyó el expediente y dictó una sentencia en mi contra.

"Apelamos ante la quinta sala del Tribunal, la misma que aparece en Presunto Culpable. Sé que después de la película se cerraron más, y que tienen fama de confirmar las sentencias de los jueces penales", asegura.

"En el proceso se comprobó que no estoy metido en nada, en mis equipos de cómputo no hay nada de pornografía, ya lo probé... Comprobé y demostré que soy inocente y aún así me culpan. Que me dejen ir, no quiero quedarme a vivir acá... Me están quitando la vida".


23 marzo 2011
La PGR no le encontró nada
Computadora sin rastros de la red de pornografía infantil
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"Me acusan de delitos en los que no estoy involucrado: delincuencia organizada y pornografía infantil. Según los acusadores, intercambiábamos cuentas de correo electrónico con pornografía Dicen que almacenábamos y distribuíamos ese material. No sé por qué me acusan de eso", afirma Edmundo de Jesús Martínez Niño desde el Reclusorio Norte de la ciudad de México.

"Ya se hizo un peritaje a mi equipo de cómputo, a cargo de la PGR, y salió todo limpio... En la Procuraduría del Distrito Federal manipularon información y armaron todo esto.

"Me ponen cuentas de correo que no conozco, ellos las manipularon para involucrarme.

"Alguien me agregó a su cuenta de correo y por eso creo que me vinculan. Fue una cadenita, no se cómo llegaron hasta mí... Los agentes acusadores se quieren hacer pasar como peritos en informática y son simples bachilleres", añade.

Maloso30

El correo electrónico malo so30@hotmail.com, perteneciente a Edmundo, no tiene vínculos con las otras cuentas de correos de los demás procesados, según consta en el reporte que emitió la licenciada María Andrea Valles Ibáñez, apoderada legal de Yahoo de México.

Además, en la computadora decomisada a Martínez Niño, al ser analizada por peritos de la PGR, no había imágenes ni rastros relacionadas con pornografía infantil.

Edmundo también dice que "me tomaron mis declaraciones sin que yo tuviera conocimiento de lo que me acusaban. Me obligaron a firmar papeles y mi declaración"

"Estuve arraigado tres meses y ocho días permanecí incomunicado. En el centro de arraigo me daban alimentos raquíticos y dormía esposado.

"No quieren absolvernos porque nuestra detención se hizo con bombo y platillo, como si fuéramos la gran banda. Si nos liberan no habrá servido tanto show para nada".

Los niños de la cuadra

Edmundo vivía en Pacabtún antes de su detención. En esta ciudad tenía un negocio propio, una escuela de manejo.

"Tenía buena relación con mis vecinos. La calle donde vivía estaba llena de niños. ¿Crees que si estuviera involucrado en la pornografía infantil no estaría ya quemado?

"En mi negocio de manejo daba clases a señoritas de 16 a 17 años y nunca surgió algún problema o denuncias contra mí".

Edmundo Martínez también habla de su vida en reclusión. Dice que ya no respira el aire al que estaba acostumbrado. Ahora siente cerca el olor de la mariguana, que no conocía hasta su llegada al Reclusorio Norte.

Está por cumplir los dos años preso en el penal y aún conserva la esperanza de regresar pronto a Mérida para retomar su vida.

Sin embargo, recalca que su detención ha sido un golpe demoledor que lo desprestigia ante la sociedad.

En el reclusorio capitalino tiene que sobreponerse a incomodidades y al hacinamiento. El penal se construyó para albergar a una población de 5,000 reos y en la actualidad hay 12,000.

Un aspecto positivo de su reclusión es que se acercó a Dios. Había olvidado rezar e ir a misa, confesarse. Ahora se confiesa, acude a misa y comulga todos los domingos.

Trabajo en el penal

Martínez Niño afirma que al principio de su encierro eran más estrictos con él. Con el paso del tiempo las cosas cambiaron y ahora incluso atiende un puesto de comida y fritangas en el interior del penal.

Por las mañanas se levanta a las ocho. Hace un poco de deporte y, junto con otros compañeros, se dedican a preparar los alimentos que ofrecen a los demás reclusos. La oferta incluye alitas de pollo y banderillas.

En la tarde ve televisión y alrededor de las seis empieza la venta en la tienda. Luego, como a las 10 de la noche, se acuesta a dormir. Es la rutina que sigue desde hace casi dos años.

"Me tratan bien acá, tuve que adaptarme. También tengo el apoyo de mi familia. Sólo me queda esperar".- Alejandro Acevedo Vales

En contexto:

Quién es |Edmundo

Negocio perdido

Edmundo de Jesús Martínez Niño tiene 39 años de edad y es soltero. Vivía en Pacabtún y contaba con una escuela de manejo y educación vial, que ya se perdió.

Detención

Martínez Niño fue detenido en 2009 en esta ciudad a petición de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, que lo vinculó con una supuesta red de pornografía infantil que operaba en varias ciudades del país. Su hermano Sergio también fue detenido por este caso, pero fue liberado posteriormente.

Apelación

En su sentencia, el juez 44 penal de Distrito Federal, Paúl Martín Barba, condenó a Edmundo Martínez a 11 años y ocho meses de prisión. Ya se apeló la resolución.

Amparo

El caso recayó en la quinta sala penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal. En caso que se confirme la sentencia aún le queda promover un amparo ante las autoridades judiciales

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