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La empresa mexicana Petróleos Mexicanos (Pemex), que ha quedado casi en ruina después de malas administraciones y de un esquema fiscal que la despoja de grandes porciones de su ingreso, tiene prisa. De acuerdo con el portal de Bloomberg, especializado en noticias de economía y financias, ha acelerado sus planes y cierra acuerdos ante la posible llegada de Andrés Manuel López Obrador.
Los bonos son, básicamente, deuda que se apalanca en las finanzas del Gobierno mexicano.
El candidato de izquierda ha prometido detener los planes de las empresas privadas en el sector energético si llega a la Presidencia. Eso es lo que apura a Pemex, dice Bloomberg.
López Obrador ha anunciado, además, el fin del reinado del líder sindical Carlos Romero Deschamps, un individuo ligado al partido del Presidente Enrique Peña Nieto, el Revolucionario Institucional (PRI), y a la corrupción endémica que sacude a México.
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El dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha pedido en público al Presidente Peña que detenga ya los contratos petroleros porque él tiene planes distintos. De acuerdo con la mayoría de las encuestas, AMLO lleva entre 20 y 25 puntos porcentuales por encima del segundo lugar.
“Petróleos Mexicanos está acelerando el paso para cerrar acuerdos petroleros y emitir bonos antes de que termine 2018, cuando un nuevo gobierno estará al mando. La petrolera estatal mexicana tiene una pesada agenda este año que incluye finalizar tres alianzas para sus negocios en refinería, cambiar los términos de dos farm-outs fallidos en sus campos offshore, licitar 11 áreas en tierra y lograr préstamos por unos 3,500 millones de dólares”, informó la agencia de noticias.
“Si las elecciones del 1 de julio ven triunfar al candidato puntero en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador, estas negociaciones podrían resultar más complejas. El candidato de izquierda busca desacelerar el paso (si no es que frenar por completo) de las reformas de 2013 que abrieron la industria petrolera a privados luego de casi ocho décadas de control estatal. La llamada ‘apertura’ buscaba que Pemex comparta su dominio petrolero a cambio de inversiones necesarias para el sector”, agrega.
Según Bloomberg, la incertidumbre política podría dañar el interés en una licitación programada para octubre, “donde Pemex buscaría asociarse con empresas privadas para desarrollar siete campos en tierra, así como otras 11 áreas en 2019 y dos campos en mar que no lograron atraer suficiente interés el año pasado”.
El 5 de junio pasado, el morenista Andrés Manuel López Obrador se reunió con integrantes del Consejo Mexicano de Negocios (CMN), organismo cúpula que integra a algunos de los empresarios más poderosos del país, y con los que el político tabasqueño tuvo un intercambio ríspido de declaraciones a lo largo de la campaña.
Ahí, dijo Alfonso Romo Garza, asesor económico y enlace con el empresariado mexicano del candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia”, López Obrador les informó que lo que hasta ahora está bien hecho y es bueno para México se va a quedar intacto durante su mandato, si es que el ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México llega a la Presidencia.
Pero también, afirmó Romo Garza, AMLO le comunicó a los empresarios más ricos del país que en el caso de la Reforma Energética y de los contratos petroleros que hasta ahora se han dado, producto de ese radical cambio constitucional, se revisará todo “ a puntualidad”.
El propio candidato presidencia ha dicho en reiteradas ocasiones que esos contratos deben ser analizados “uno por uno” para evitar que se hayan colado algunos “leoninos” o semejantes a los del caso Odebrecht.
“En el caso de los que están manchados de corrupción el procedimiento será legal, no vamos a confiscar nada y comenzaremos a partir del primero de diciembre con los anteproyectos”, expuso a finales de abril en Villahermosa, Tabasco.
López Obrador también ha anunciado que convertirá a Tabasco –su estado de nacimiento– en “la capital petrolera de México”, porque ahí se construirá una refinería para que en tres años ya no se venda el petróleo crudo al extranjero, y se produzcan gasolinas y diésel.
Antes, el 18 de marzo, justo en el aniversario de la expropiación petrolera de 1938, AMLO afirmó que luego de su triunfo, el próximo 1 de julio, le pedirá al Presidente Enrique Peña Nieto detener ya los contratos energéticos entre el Gobierno de México y empresas privadas.
“Sobre todo voy a pedirle que ya se detenga la entrega de las costas de Yucatán y de Quintana Roo, que no deben utilizarse para la explotación petrolera porque se trata de una de las regiones turísticas más importantes del país; el turismo ha crecido y no debe destinarse esa región del país para la explotación del petróleo, para evitar que haya contaminación y se aleje el turismo. Voy también a pedirle que no se entreguen campos petroleros ni en tierras ni aguas someras”, dijo en la Ciudad de México.
También aseguró que el Gobierno de Peña mintió cuando dijo que la Reforma Energética habría más producción petrolera y los precios de los energéticos bajarían en beneficio de los mexicanos.
“Decían los funcionarios del Gobierno federal que para este año se iban a estar produciendo 2 mil 800 millones de barriles diarios y la producción actual es de mil 800 millones y no se está trabajando en exploración ni en perforación de pozos, está en total abandono la industria petrolera”, expuso. Sin Embargo