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Un equipo de biólogos, liderado por Alejandro Alvarado del Instituto de Investigación Médica Stowers, identificó y aisló una célula viva de un organismo adulto capaz de regenerar cualquier órgano, tejido o sistema, y salvar al organismo de la muerte. El informe fue publicado por la revista científica Cell.
Se trata de las células madre que hacen que las planarias —una familia de gusanos—, al ser cortados en trozos, pueden regenerar cada trozo en un individuo completamente formado. Esta capacidad ha atraído el interés científico durante décadas.
Se sabe que esta regeneración se debe a la multiplicación de unas célulasllamadas ‘neoblastos’. Pero los experimentos demostraron que no todas eran aptas para la regeneración. Cuando se descubrieron las células madre pluripotentes, quedó claro que son el tipo de neoblasto que hace posible la regeneración. Sin embargo, hasta hace poco los investigadores carecían de herramientas que ayudaran a identificar estas células, aislar una de ellas y estudiarla sin destruirla.
Los investigadores selecionaron las células que generan la proteína piwi-1, un conocido marcador de las células madre, y determinaron que éstas se dividen en dos clases: las que producen una gran cantidad de piwi-1 y las que producen menos. Al estudiar el ADN de ambas, los biólogos concluyeron que sólo la primera se conforma por verdaderos neoblastos.
Enseguida, los investigadores eligieron unas 8 mil células de este tipo e hicieron la secuenciación de ARN, el cual arrojó 12 variedades de células madre con alto nivel de piwi-1; tras descartar candidatas con especialización ya formada, restaron sólo dos variedades pluripotentes. Los científicos las llamaron Nb1 y Nb2.
La última resultó ser generadora de la proteína TSPAN-1, perteneciente a las llamadas ‘tetraspaninas’, una familia de proteínas muy antigua. Para verificar si ésta realmente era el ‘elixir de la vida’, los biólogos bombardearon unas planarias con una dosis letal de radiación y trasplantaron una célula Nb2. Para sorpresa de los científicos, este trasplante salvó a los gusanos, pues una célula madre reemplazó a todas las células muertas de tejidos y órganos.
Los científicos admitieron que el organismo humano podría contar con antiguos mecanismos de regeneración en estado durmiente, los cuales podrían ser activados.
Un equipo de biólogos, liderado por Alejandro Alvarado del Instituto de Investigación Médica Stowers, identificó y aisló una célula viva de un organismo adulto capaz de regenerar cualquier órgano, tejido o sistema, y salvar al organismo de la muerte. El informe fue publicado por la revista científica Cell.
Se trata de las células madre que hacen que las planarias —una familia de gusanos—, al ser cortados en trozos, pueden regenerar cada trozo en un individuo completamente formado. Esta capacidad ha atraído el interés científico durante décadas.
Se sabe que esta regeneración se debe a la multiplicación de unas célulasllamadas ‘neoblastos’. Pero los experimentos demostraron que no todas eran aptas para la regeneración. Cuando se descubrieron las células madre pluripotentes, quedó claro que son el tipo de neoblasto que hace posible la regeneración. Sin embargo, hasta hace poco los investigadores carecían de herramientas que ayudaran a identificar estas células, aislar una de ellas y estudiarla sin destruirla.
Los investigadores selecionaron las células que generan la proteína piwi-1, un conocido marcador de las células madre, y determinaron que éstas se dividen en dos clases: las que producen una gran cantidad de piwi-1 y las que producen menos. Al estudiar el ADN de ambas, los biólogos concluyeron que sólo la primera se conforma por verdaderos neoblastos.
Enseguida, los investigadores eligieron unas 8 mil células de este tipo e hicieron la secuenciación de ARN, el cual arrojó 12 variedades de células madre con alto nivel de piwi-1; tras descartar candidatas con especialización ya formada, restaron sólo dos variedades pluripotentes. Los científicos las llamaron Nb1 y Nb2.
La última resultó ser generadora de la proteína TSPAN-1, perteneciente a las llamadas ‘tetraspaninas’, una familia de proteínas muy antigua. Para verificar si ésta realmente era el ‘elixir de la vida’, los biólogos bombardearon unas planarias con una dosis letal de radiación y trasplantaron una célula Nb2. Para sorpresa de los científicos, este trasplante salvó a los gusanos, pues una célula madre reemplazó a todas las células muertas de tejidos y órganos.
Los científicos admitieron que el organismo humano podría contar con antiguos mecanismos de regeneración en estado durmiente, los cuales podrían ser activados.
Fuente: Milenio