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Pese el beneficio legal con que cuenta una mujer sometida hoy en día, el temor y la ignorancia impiden que denuncie que es víctima de la violencia, afirmó la coordinadora de Ciencia Social Alternativa, Nancy Walker Olvera, quien lamentó el aumento de este flagelo.
Incluso, actualmente Yucatán ocupa el cuarto lugar nacional del índice de violencia en parejas casadas o unidas, problema que aumenta de manera notable.
En lo que va del año, mil 32 fueron atendidas en las clínicas y hospitales del Estado a consecuencia de las lesiones sufridas por la “violencia intrafamiliar”, de los cuales, 995 fueron mujeres, el 96.4 por ciento del total.
Es decir, cada ocho horas se diagnosticó un caso de mujer lesionada a consecuencia de la violencia intrafamiliar.
En entrevista, Nancy Walker destacó la importancia de fomentar la cultura de la denuncia, la divulgación de los diversos tipos de violencia, y la aplicación de la Ley.
Reconoció el esfuerzo y valor de las mujeres que decidieron sacar a la luz pública el problema que viven, denunciando ante el Ministerio Público.
“Sólo de esta manera se conocerá el problema que prevalece en la entidad, así como para establecer medidas para contrarrestar tal anomalía”, acotó.
Tal acción demuestra que Yucatán se ubica entre las nueves entidades del país con mayor índice de violencia, pero aún predomina el subregistro.
La socióloga reprobó los recientes casos de jóvenes que fueron atacadas por sus parejas, y debido a las lesiones sufridas, tuvieron que ser hospitalizadas.
Asevero que la violencia está presente en todas las parejas, en algunos casos no se nota, pues se trata de ligeras bofetadas o pellizcones,
Pero en el caso de violencia extrema, “el 50 por ciento de las mujeres fueron pateadas, amarradas, tratadas de ahorcar o asfixiar, agredidas con cuchillo o navaja, o lesionadas con un arma de fuego”.
Asimismo, el 36.4 por ciento tuvo que recibir atención médica o psicológica, hospitalizarse u operarse, a consecuencia de los problemas con su pareja, y el 22.6 porcentual restante sufrió cortadas, quemaduras, pérdidas de dientes, fracturas, abortos, inmovilidad de alguna parte de su cuerpo y el fallecimiento de algún integrante del hogar.
Finalmente, destacó la importancia de contar con un banco de datos estatal con clasificaciones específicas para conocer la dimensión y características del fenómeno de violencia de género.
Todo ello, con perspectiva de género elaborado por todas las instancias involucradas.
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