Más que perseguir a evasores, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) apelará al civismo contributivo, sobre todo empresarial, dice la jefa del organismo encargado del cobro de los impuestos, Margarita Ríos-Farjat, “para que paguen los que no pagan”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, la abogada fiscalista que dejó la comodidad de su despacho independiente para integrarse al sector público, dice que el enfoque filosófico de la recaudación debe ser justicia y redistribución.
Parte de la premisa de que la riqueza como tal se genera en el sector privado y la Constitución mandata que hay que contribuir al gasto público.
Y es el gobierno el encargado de redistribuirla, le da valor a los procesos y a las instituciones, asegura al citar al premio Nobel de Economía Douglass North: “Cuando una institución es sólida y fuerte da certeza”.
“Si no respetamos eso, entonces es como hacer trampa; no hay que buscar las excepciones todo el tiempo o interpretar (las leyes fiscales) de una manera muy forzada”, advierte al señalar que no habrá marcha atrás en la compensación universal, que se limitó precisamente para cerrar la evasión fiscal.
“La evasión no es sólo operaciones simuladas y empresas fantasmas y el contrabando, sino también las planeaciones fiscales agresivas; la evasión es lo que no llega”, pondera.
Por eso, considera que se necesita cambiar esa cultura o manera de pensar que es “como un deporte para ver cómo le hago para pagar menos impuestos” o pedir devoluciones que no se justifican, asegura la jefa del SAT.
Solidaridad
Ahora que se está reuniendo con integrantes de la iniciativa privada, Ríos-Farjat les habla de cómo pueden ayudar a combatir la evasión para mejorar la recaudación más que a obligarlos.
Lo anterior, con un sentimiento de solidaridad social ante un mal que padece México y a los empresarios les afecta porque impide la competencia económica.
La funcionaria comenta que ante los reclamos de que están pagando justos por pecadores, les hace ver que de ese tamaño es el desafío.
“Si logramos abatir este problema o reducirlo, deben regresar los incentivos económicos de crecimiento; ahora hay que alinearnos en un sentido de desincentivar los efectos perversos provocados por muchas ideas que se generaron”, afirma convencida en las instalaciones del SAT.
En ese contexto aboga por la comprensión, unidad y participación de todos los buenos mexicanos ejemplares que acatan lo que dice la Constitución que ya cumplió 102 años.
Invita a ver que si hay la mejor intención de ser un gobierno austero, abierto y transparente, todos debemos contribuir para una mejor redistribución en una sociedad tan desigual.
Margarita Ríos-Farjat, una abogada regiomontana con maestría y doctorado, señala que si bien el fisco no es una entidad popular en ninguna parte del mundo, su plan es que el SAT le facilite la vida al contribuyente y hacer que regrese la confianza en esta institución.
El Universal.