Un equipo internacional de 13 expertos de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) comenzará este jueves, en Wuhan su misión sobre el
terreno para investigar el origen del coronavirus una vez que concluya la
preceptiva cuarentena de 14 días que pasa en un hotel de la ciudad.
Una misión complicada -salpicada de retrasos y
enfrentamientos entre China y EE. UU.- pero que puede ser clave para
investigar, de forma independiente, cómo se originaron los primeros casos
conocidos del virus que continúa asediando a la humanidad.
Wuhan fue el primer lugar del mundo en que se identificó el
SARS-CoV-2 a finales de 2019 y aquí los científicos internacionales seguirán la
pista de los primeros contagios, relacionados supuestamente con el mercado de
pescado y mariscos de Huanan, donde se vendían también animales salvajes.
Todas las hipótesis sobre la mesa
“Todas las hipótesis están sobre la mesa y es demasiado
pronto para llegar a una conclusión sobre dónde empezó exactamente el virus, si
fue dentro o fuera de China”, afirmó el pasado viernes el director de
emergencias sanitarias de la OMS, Mike Ryan.
El equipo de investigación internacional desplazado a Wuhan,
integrado por miembros de la OMS y otros científicos internacionales incluye a
expertos de EEUU, Japón, Rusia, Reino Unido, Holanda, Dinamarca, Alemania,
Australia, Vietnam y Catar.
Está encabezado por el danés Peter Ben Embarek, el principal
experto en enfermedades de transmisión animal de la organización con sede en
Ginebra.
También incluye a otros especialistas de reconocido
prestigio, como la viróloga holandesa Mariom Koopmans, el microbiólogo y
veterinario alemán Fabian Leendertz o el zoólogo británico Peter Daszak, que
investigó hace años los coronavirus de los murciélagos en China.
Daszak dijo hoy en un mensaje de Twitter, desde el hotel de
cuarentena en Wuhan, que en los primeros momentos, tras detectar el brote en la
ciudad a finales de diciembre, los expertos chinos estaban “intensamente
concentrados en gestionar el caos” de enfermedades y muertes, lo que consideró
“normal” en una respuesta a una epidemia.
“Hablé con muchos colegas de China en esos momentos. Todos
estaban trabajando frenéticamente en el brote. No digo que no quisieran ayuda,
pero la investigación de la vida salvaje no era una prioridad en medio de la
rápida evolución” de la epidemia, aseguró en otro mensaje.
El zoólogo destacó que trabajan para que, en próximas
epidemias, los científicos puedan estar sobre el terreno en cuanto se origine
un brote para poder entender mejor sus orígenes y sus causas.
Los expertos internacionales visitarán junto a científicos
chinos el mercado de Huanan, todavía clausurado desde hace más de un año, y
otros lugares clave de la ciudad como el Instituto de Virología de Wuhan y su
laboratorio P4 de máxima seguridad.
Investigación entre pugnas políticas
La administración de Donald Trump en EE.UU. insistió durante
meses, e incluso días antes de finalizar su mandato, en que el virus había
salido de ese laboratorio de la capital de Hubei.
El pasado 17 de enero, el Departamento de Estado aseguraba
tener “nuevas pruebas” de que se originó allí al afirmar que investigadores del
laboratorio habían caído enfermos en otoño de 2019, aunque no aportó ninguna
evidencia que lo demostrara.
China, por su parte, calificó las afirmaciones de Washington
de “mentiras y teorías de la conspiración” y a través de la prensa oficial ha
resaltado en reiteradas ocasiones que el virus se detectó ya en el otoño de
2019 en varios países, lejos del gigante asiático.
Algunos científicos chinos han dejado entrever, además, la
posibilidad de que pudiera haber llegado a China a través de productos
congelados importados de otros países, en los que detecta trazas del virus con
frecuencia desde hace tiempo.
“La posición oficial del Gobierno chino es que trazar el
origen es un asunto científico muy serio. Debemos confiar en los científicos y
los expertos médicos para llegar a una conclusión basada en la ciencia y los
hechos”, afirmó recientemente la portavoz del Ministerio de Exteriores, Hua
Chunying.
El jefe de la misión de la OMS dijo que su equipo
investigará la hipótesis de que el virus se hubiera escapado de un laboratorio,
“incluso aunque sea improbable”.
“No hay evidencias hasta el momento que indiquen que alguien
estuviera trabajando con el virus en el pasado; no hay pruebas que indiquen que
podría haber escapado de alguna forma del laboratorio, pero, por supuesto, lo
tendremos en cuenta cuando busquemos el origen de este virus”, dijo Ben Embarek
en un video publicado por la OMS este mes.
La gran mayoría de la comunidad científica internacional
coincide en que lo más probable es que el virus llegara al ser humano desde la
naturaleza, no desde un laboratorio.
La misión también tiene previsto examinar los registros de
los hospitales en Wuhan o las muestras recogidas de aguas residuales y las
donaciones de sangre, además de visitar granjas de animales salvajes y
entrevistar a los primeros pacientes, que se detectaron entre el 9 y el 12 de
diciembre, según las autoridades chinas.
China no ha detallado qué mostrará a los expertos
internacionales, quienes antes de viajar reconocían que no tenían aún una
imagen clara de los progresos en la investigación del país asiático.
“Sentarse todos juntos en una mesa ya tiene sentido”,
aseguró Leendertz, microbiólogo que identificó en 2014 en el oeste de África el
árbol plagado de murciélagos en el que probablemente se originó la epidemia del
virus del Ébola.
El murciélago de herradura, principal sospechoso
Gran parte de la comunidad científica sitúa el origen del
SARS-CoV-2 en los murciélagos de herradura, que habitan en muchas partes del
mundo y son numerosos en Asia.
El material genético del coronavirus que causó la pandemia
es en un 96.22 por ciento igual al del coronavirus RaTG13, aislado en un
murciélago de herradura en el sur del país asiático por científicos chinos.
A partir del murciélago, algunos creen que el virus pudo
transmitirse al ser humano directamente y otros piensan que lo hizo por medio
de algún tercer animal, como el pangolín o la serpiente.
También están los que consideran que el virus pudo estar
adaptándose a los humanos durante un tiempo prolongado hasta alcanzar su gran
capacidad de transmisión y contagio actual.
El equipo de la OMS deberá identificar primero al paciente
cero y a partir de ahí tirar del hilo para comprobar cuál de esas hipótesis es
la correcta, aunque probablemente se necesiten más misiones y varios meses.
La OMS estudia también las informaciones que apuntan a la
aparición del virus en otros lugares antes de que lo hiciera en China, aunque
ello no invalida que comiencen su misión en Wuhan.
“Este es un gran rompecabezas de 10 mil piezas y no puedes
completar la imagen viendo solo una”, resumió el director de emergencias
sanitarias de la OMS.
Fuente: López-Dóriga Digital