Las cartas invitación que envía el Servicio de Administración Tributaria (SAT) a los contribuyentes para que corrijan su situación fiscal, pasarán de tener un carácter persuasivo a ser el inicio de un acto de fiscalización, por lo que se convierten en ‘el as bajo la manga’ del fisco para presionar a los pagadores de impuestos durante 2021.
Mario Barrera, socio de la Práctica Fiscal de Thompson & Knight, señaló que en 2021 las cartas invitación toman un carácter formal ante la eficacia que han mostrado en años pasados, lo que está en línea con la tendencia del SAT de apostarle a la automatización y fiscalización focalizada a través de sus bases de datos en las que detecta comportamientos atípicos.
“La importancia de las cartas invitación es que pueden llevar a una restricción de sellos digitales u otros supuestos de cancelación de sello, eso parece algo secundario, pero el SAT es un ‘tiburón con muchos dientes’ porque una cancelación de sellos ya no permite al contribuyente facturar y eso lo colocaría en una posición de alto riesgo”, sostuvo.
Catalina Mandujano, abogada de la firma, indicó que las cartas invitación antes de 2021 no estaban reguladas en ninguna norma, pero a partir de este año ya están incluidas en el Artículo 33 del Código Fiscal de la Federación.
“Una nueva facultad es la asistencia y difusión digital que es una nueva facultad para las autoridades fiscales y que es enviar propuestas de pago o declaraciones prellenadas para promover el cumplimiento o para informar de inconsistencias detectadas, esto básicamente lo que está haciendo es formalizar la práctica de las cartas invitación que normalmente eran el preámbulo para una cancelación de los sellos digitales”, expuso.
Miguel Rosas, abogado del despacho, apuntó que con las cartas invitación la autoridad buscará “simplemente” una diferencia entre lo declarado y lo que el SAT tenga conforme los CFDI.