El hallazgo de una esfera metálica de unos 1,5 metros de diámetro en la ciudad costera de Hamamatsu, unos 200 kilómetros al suroeste de Tokio, ha desatado una ola de especulaciones. Un paseante descubrió la gigante bola este martes (21.02.2023) en la playa de Enshu y avisó a la policía, según informan los medios locales.
Las fuerzas de seguridad acordonaron la zona en un radio de 200 metros. Rastreaon el entorno en busca de objetos similares o pistas, sin encontrar nada sospechoso. También se enviaron fotos de la esfera de color marrón anaranjado con manchas más oscuras a las Fuerzas de Autodefensa japonesas y a la Guardia Costera para que siguieran investigando.
Horas después del hallazgo, las autoridades japonesas descartaron que pueda tratarse de una bomba, ya que los expertos pudieron examinar mediante utilizaran rayos X el interior del objeto y descubrir que está hueco, según The Guardian.
Después de que se detectaran objetos no identificados en China, EE. UU. y Canadá en las últimas semanas, el tema del espionaje vuelve a estar más presente. Sin embargo, no se han encontrado indicios de que la bola hallada en japón pueda ser un artilujo de espionaje. La presencia de dos asas en la superficie de la esfera indicaría que se puede enganchar a otra cosa. Eso llavó a los expertos a asumir que el objeto no es tan misterioso como parece: podría tratarse de una boya de amarre que se soltó y se alejó flotando.
Un corredor entrevistado por la cadena de televisión japonesa NHK dijo que la bola llevaba un mes tirada en la playa, semienterrada en la tierra, sin que nadie se percatara de ella. No acaba de entender por qué de pronto ha atraído el interés público.
ies (Der Spiegel, CNN)