Cuarto Informe Ciudadano
Yáab maashoob ku k’aatchiitkubaob tush bim maaaya maacoob,----- tush p’át nojoch meyaj naajiloob,---- na’ at shooquilo’ob---- yeetel shan u ka’ aanal tuukul maacoob Uxmal-- yeetel Chi’ chen Itssá.
Ti’ leti’oobe’, quim waaliqtioob,--- maaya maacoobe’,--- maa’ shiikoobi’,---- tóon le maayaoobo’,---- laayli’ tiaanoom waaye’, ----dzookole’--- ti’ le cam ppéel jaabooba’ tank meyaj u tia’ alq dzaik u noj paaj talil tuum bem cushtal u tia’ al u lu’ umil Yucatán.
Muchos se preguntan a dónde fueron los mayas, en dónde están los grandes arquitectos, los matemáticos y los sabios de Uxmal y Chichén Itzá.
A ellos yo les digo que los mayas nunca se fueron, que esos mayas somos nosotros, que seguimos aquí, y que en los últimos cuatro años hemos trabajado para cimentar un nuevo tiempo de grandeza para Yucatán.
Por eso, si me pidieran que definiera ¿cómo ha sido mi gobierno?
Yo contestaría que ha sido un gobierno para volver a nuestros orígenes.
Para volver al origen de nuestra milenaria grandeza.
Para volver al rumbo que alguna vez hizo a Yucatán el corazón de una civilización.
Y si me preguntaran ¿cuál ha sido la intención fundamental de mi administración?
Yo contestaría, sin titubear, que la mayor intención de mi administración ha sido impulsar políticas públicas que despierten la herencia maya que traemos en nuestra sangre.
Cada día, cada segundo que he sido Gobernadora, he hecho todo lo posible para despertar a los grandes matemáticos, a los observadores de astros, a los líderes que traemos en nuestras venas.
A los grandes constructores que traemos en nuestros genes, en nuestra cultura, y que otros, en otros tiempos, dejaron que se durmieran.
Y, por supuesto, si me preguntaran ¿cuál es mi máximo orgullo por estos cuatro años de trabajo?
Yo contestaría, con toda franqueza, que mis máximos orgullos son los jóvenes y ciudadanos que desde ahora auguran un gran porvenir para Yucatán.
Es Didier Omar Gamboa, el joven estudiante de una escuela pública, de la Prepa 1, que ganó el tercer lugar en la Olimpiada Mundial de Física.
Son los jóvenes de universidades técnicas que ganaron para Yucatán 20 de los 90 lugares que se ofrecieron en toda la República para especializarse en Europa.
Son los adolescentes que nos dieron el primer lugar en el Concurso Nacional de Ortografía de Secundaria.
Y los niños, los pequeños Javier Ramos, Manuel Ceballos y Gabriel Pool Quintal que nos dieron tres primeros lugares en la Olimpiada Nacional de Matemáticas para escuelas primarias.
Son todos y cada uno de los nuevos valores de Yucatán que nos convirtieron en la quinta potencia deportiva nacional, sin importar que seamos el estado número 20 del país por el tamaño de su población.
Son los trabajadores, los obreros y los emprendedores que hacen que seamos el tercer estado con menos desempleo del país, aún en tiempos difíciles y llenos de retos.
Son los servidores públicos que nos hacen líderes a nivel nacional en certificación de procesos de gobierno, y la única entidad del país que ha certificado sus procedimientos de gestión y atención ciudadana, especialmente de las familias más vulnerables.
Es mi orgullo, nuestro orgullo, el Servicio de Empleo en Yucatán, que ocupa el tercer lugar en eficiencia en toda la República.
Y nuestro Instituto Nacional de Educación para Adultos, también el tercero del país, y que decir de nuestros jóvenes de la Escuela Superior de Arte, que por dos años consecutivos han ganado el primer lugar en el concurso nacional de Arte Joven.
Y claro, también es un orgullo nuestra política de vivienda, una de las dos más dinámicas del país y que ha convertido a Mérida en uno de los municipios más competitivos en la oferta de viviendas de interés social a nivel nacional.
Y todo eso ha sido puntualmente acompañado de una política decidida de combate a la corrupción.
Porque si recibí un estado que ocupaba un vergonzoso lugar 24 a nivel nacional en sus esfuerzos contra ese mal, ya hemos avanzado 19 lugares, y hoy somos el quinto estado de la República con menores niveles de corrupción.
Y claro, por supuesto, también son mi máximo orgullo, los miembros de nuestras fuerzas de seguridad que nos han hecho el estado más seguro del país.
Un estado con cero secuestros, con la tasa mas baja de feminicidios de México y la entidad con el mayor número de defensores públicos certificados.
Son los médicos y enfermeras que han hecho de Yucatán, el primer lugar nacional en la calidad de los servicios médicos públicos.
Son todos esos lugares de excelencia, decenas de ellos, que Yucatán y sus habitantes ganan con dedicación y sacrificio.
En suma, mi máximo orgullo son todos los habitantes del Estado que están empezando a utilizar la gran base que en los últimos cuatro años hemos construido.
Una plataforma para que, sin importar dónde hayas nacido, ni cómo te apellides, ni cuál sea tu situación económica, todos tengamos una oportunidad real para ser dueños de nuestro destino.
Porque mi máximo orgullo NO es lo que ha hecho mi gobierno, porque gobernar bien y con resultados era, es y será mi obligación.
Gobernar bien, a mí no se me olvida, es poner el corazón y la emoción en la oportunidad única en la vida de dirigir los destinos de mi estado.
Gobernar bien es escuchar, es entender que la confianza ciudadana es sagrada, es saber que sólo con trabajo incansable se deja una huella.
Así, la certeza de mi optimismo sobre este nuevo Yucatán, es ver cómo han regresado a miles de familias de escasos recursos, a cientos de miles de jóvenes, a los productores del campo…
… a tantos miembros de nuestra sociedad, la chispa, el atrevimiento y la garra para que Yucatán recupere el
lugar que le corresponde y supere los rezagos que NO se merece.
Y por todo eso, en una palabra, mi mayor aportación a mi estado en estos mil 459 días, con toda modestia y humildad, es haberle dado una nueva base completa e integral sobre la cual se podrá crecer y se podrá ir más lejos.
Porque recordemos que debajo de cada gran pirámide Maya hay pirámides previas.
Pirámides completas, hermosas e imponentes, que fueron la base y el punto de partida de una nueva.
Así dimensiono yo mi gobierno, como una pirámide completa sobre la que los que están por nacer, los que aún son niños, los jóvenes, podrán construir nuevas y más grandes pirámides y nuevos tiempos.
Y claro, en muchos casos, no seré yo, ya no será este equipo, el que vea germinar la semilla y rendir frutos.
Pero si podremos decir que nosotros dejamos completa la fase que a nosotros nos tocó trabajar en cada proyecto, en cada obra y en cada programa.
Porque yo no quiero que ningún gobernante vuelva a vivir lo que esta administración tuvo que enfrentar.
Lo que tuvimos que enfrentar y superar con enormes sacrificios financieros y trabajo sin descanso, al recibir obras truncadas, proyectos distorsionados, planes y planos que no hacían sentido y que hubiera sido más simple volver a empezar.
Dejarle a Yucatán un proyecto de desarrollo coherente y muy responsable, significará dejar obras emblemáticas, pero también significará dejar bases que son fundamentales y que quizá hoy no son tan visibles.
Junto con obras como el Museo Maya de Mérida o el Malecón Internacional, quedarán obras también completas en su fase respectiva como la Red Digital y el Parque Científico y Tecnológico.
Obras y proyectos que darán sus mejores frutos en un futuro en el que ya no seré gobernadora.
Acepto, con lealtad y amor a mi tierra, que no seremos nosotros los que escriban algunas de las mejores páginas de Yucatán.
Pero las generaciones por venir, SÍ podrán decir que fuimos nosotros, en este tiempo, los que preparamos la tinta y el papel para que esas páginas pudieran ser escritas.
Porque yo he gobernado pensando en las próximas generaciones.
Pensando en que los jóvenes y niños que están por empezar su tiempo, NO sufran las carencias que tantos sufrimos en carne propia.
He gobernado pensando en dejarles a ellos algo mejor, mucho mejor, que lo que nosotros vivimos.
He gobernado y seguiré gobernando aspirando a ser juzgada por la historia y NO por la coyuntura o la popularidad efímera del momento.
Y llegado su momento, desde donde me corresponda seguir sirviendo a México, seguiré contribuyendo con Yucatán.
Siempre seré fiel a los principios de generosidad y solidaridad social que aprendí de mi familia, de mi hermana María Isabel y, especialmente, de mi madre.
Mujer ejemplar a la que tanto debo, y que tanto me ha inspirado con su amor por esta tierra y su carácter inquebrantable para salir adelante.
Así, leal a ese ejemplo, mi amor por el Mayab seguirá igual de fuerte cuando ya no lo gobierne…
Porque eso de verdad es ser Yucateca… no sólo de nacimiento, sino como realmente importa … eso es ser Yucateca de corazón.
Pero todavía queda mucho por hacer para tener la mejor base de las nuevas pirámides y de los nuevos logros que vendrán
Por ello, antes de que concluya este año, iniciará la construcción, a través del moderno esquema de PPS, de tres hospitales.
Uno en Tizimín, otro en Ticul y uno más en el Sur de Mérida.
Un Sur de Mérida que ahora sí es parte de la Capital, no sólo en el papel, sino con obras que han cambiado la vida de su gente.
Porque ahí, donde más existían los hirientes contrastes sociales, mi gobierno ha construido después de 30 años de espera ciudadana, una nueva preparatoria con un currículum académico único, que abre las puertas del empleo a los jóvenes.
Porque ahí hemos impulsado un ambicioso plan de vialidades integrales, ampliaciones de redes de agua potable y regularizaciones de terrenos.
Porque ese espacio urbano habitado por las familias más modestas y que necesitaba una nueva coherencia social, tiene ahora una Unidad Deportiva de vanguardia y en menos de 50 días tendrá un Parque Metropolitano.
Con infraestructura social de gran magnitud, de verdad estamos regenerando el tejido y la cultura social donde más hacia falta, para que Mérida de verdad sea para todos.
Como para todos serán los hospitales que asegurarán la atención de calidad para la población del estado en los próximos 20 años.
De esa forma, si recibí un estado donde sólo 6 de cada 10 ciudadanos tenían acceso a cobertura médica, y hoy ya tenemos un estado donde 9 de cada 10 tienen esa protección social…
Yo pienso dejar la base lista para que durante los próximos 20 años… 10 de cada 10 habitantes de Yucatán tengan la atención médica y hospitalaria que se merecen.
Y con esa misma audacia y respeto por Mérida como el motor del estado, como la ciudad que nos da identidad a todos, vamos a transformar en alianza con agencias internacionales, el Centro Histórico de la Capital.
Porque no es posible que una de las grandes joyas urbanísticas y coloniales de México y Latinoamérica, se quede en el rezago y en el abandono que sufrió por 20 años.
Y en esa misma línea de romper inercias e inyectar nueva energía al estado, vamos a dejar el terreno listo para ser una de las 10 potencias turísticas del país…
… Así en noviembre de este año, consolidaremos la serie de grandes conciertos a nivel mundial que se han llevado a cabo en Chichén Itzá, con la actuación de uno de los grandes artistas y compositores de México.
Me refiero a Alberto Aguilera Valadez, a Juan Gabriel.
De quien espero marcará el inicio de la cuenta final hacia el nuevo baktún, con un concierto tan memorable y tan inmortal, como aquel legendario concierto de Bellas Artes.
Por otra parte, en el 2012, la Civilización Maya, contará con dos grandes proyectos emblemáticos que la celebren y la honren.
En mayo del próximo año, abrirá sus puertas el Museo Maya de Mérida, que albergará tesoros de esa civilización en un entorno arquitectónico y tecnológico único, convirtiéndose en la sede museográfica mundial de esa milenaria cultura.
Y también estará la lista la primera etapa del Palacio de la Civilización Maya, a 14 kilómetros de Chichén Itzá, a la orilla del cenote Abán de mágica belleza y valor místico.
Tendremos un verdadero centro interactivo sobre la cosmovisión del pueblo que construyó ciudades en la selva coronado por una Ceiba imponente, por el árbol que los mayas sabían que sostiene el cielo de Yucatán
A estos dos grandes proyectos ancla, se sumará un Museo Itinerante que desde enero de 2012 llevará a las principales ciudades de la República el misticismo del Mayab.
La visión, la mitología y los logros más destacados de la cultura Maya recorrerán el país como a sus sabios les hubiera honrado… con vanguardia tecnológica y científica; y lo visitarán empezando como empieza el abecedario, con el estado amigo y hermano de Aguascalientes.
Y en ese marco de proyectos aún por venir, quiero dejar muy claro que hasta el último minuto de mi trabajo como Gobernadora, no cejaré en impulsar planes y acciones complejas y de largo plazo que sean necesarios.
Porque ya es hora que los tiempos de impulso a los cambios estructurales, dejen de estar regidos por el capricho de las elecciones
Por encima de ideologías o partidos, el gobierno y los gobernantes deben servir a los ciudadanos, cuyo interés y bienestar están mucho más allá de los tiempos y calendarios del proselitismo y la rentabilidad política.
Y hago esta aseveración muy consciente de que en los próximos meses, vendrán decisiones políticas fundamentales.
Algunas de las cuales, me habrán de corresponder.
Y creo que este momento y esta tribuna es el lugar ideal para asegurar que, como Gobernadora, como depositaria de la confianza ciudadana y también como líder de un proyecto y heredera de una ideología que destila desde Felipe Carrillo Puerto, tomaré las decisiones que más beneficien a Yucatán.
Las decisiones que contribuyan a consolidar todo lo positivo que hemos construido.
Las que merezcan el respaldo y la confirmación de la confianza ciudadana.
Y por supuesto, y lo digo sin cortapisas, tomaré decisiones siempre apegadas a la más estricta legalidad y principios democráticos.
Sé que en 11 meses, mi gobierno será evaluado por la más fiel y la más justa de las balanzas.
Y enfrento con aplomo y con la calma de quien trabaja duro y no deja de sacrificarse, ese juicio decisivo, positivo y de fiesta cívica que, no tengo duda, seguirá haciendo fuerte a este Gran Yucatán.
Y hablo de este Gran Yucatán como también me gustaría hablar de una nueva grandeza mexicana, porque de verdad es tiempo que este país despierte y recupere el camino.
Cuando yo era una pequeña niña, recuerdo muy bien haber visitado la zona arqueológica de Xcambó.
La única zona arqueológica de Yucatán que mira al mar, la que estaba cerca de mi pueblo y que podía visitar en una bicicleta prestada.
Y en esos momentos me preguntaba, ¿qué es lo que nos había pasado?
¿Por qué parecía que habíamos perdido el camino?
¿Por qué ya no construíamos esas grandes pirámides?
¿Por qué sufríamos, incluida yo misma, tanta pobreza y marginación?
¿Me preguntaba cuándo volveríamos a construir grandes ciudades y grandes maravillas como Chichén Itzá?
Y creo que lo mismo le debe pasar a millones de mexicanos cuando hoy visitan las miles de zonas arqueológicas que cubren todo el país.
Lo mismo deben sentir quienes tienen el privilegio de encumbrar nuestra Pirámide del Sol en Teotihuacán, o los miles de jóvenes y familias que por la estrechez económica sólo contemplan en fotos o imágenes El Tajín o el Palacio Nacional y sus murales.
Lo mismo se deben preguntar miles de hombres y mujeres del campo, cuando recuerdan los antiguos distritos de riego agrícola en el Noroeste de México, o en La Laguna.
De verdad, los mismos cuestionamientos sobre ¿cómo perdimos la ruta? deben llegarle a miles de académicos y estudiantes cuando ven nuestra Ciudad Universitaria construida hace más de medio siglo…
… Cuando tienen presentes a los científicos que inventaron la televisión a color o a los que fueron pioneros en la agenda del cambio climático.
Lo mismo le debe pasar a miles de servidores públicos cuando revisamos la doctrina diplomática o jurídica mexicana, que era una doctrina ejemplar y seguida a nivel internacional.
El mismo deseo de recuperar la ruta deben sentir muchos líderes cuando recuerdan que nosotros éramos los pioneros del cambio mundial en el libre comercio.
Sé que a todos los que estamos aquí, nos deben de asaltar las mismas inquietudes sobre ¿cómo perdimos el camino?
El camino en el que Juan Rulfo nos daba una nueva narrativa nacional o cuando Octavio Paz escribía su Piedra de Sol y su Laberinto de la Soledad.
Y de esa reflexión sobre la grandeza mexicana que hay que recuperar, a uno le nace un fuego y una rabia en las entrañas.
Un fuego, un hambre y una determinación para empezar un nuevo tiempo.
Y yo sé, que en todos nosotros, hay el deseo de que el 2012, como lo profetizaron los mayas hace 5 mil 125 años, de verdad sea el comienzo de una nueva era.
El comienzo de un nuevo baktún que no sólo llegue a Yucatán o al Mundo Maya, sino que irradie a todo México.
De verdad, señoras y señores, qué mejor pretexto, qué mejor motivo y qué mejor inspiración que el nuevo ciclo del calendario maya para refundarnos.
Para decir que ya es tiempo de volver a dar los pasos correctos, los pasos correctos que desde hace más de una década este país no ha vuelto a dar.
Qué mejor momento que el 2012 para decir que NO volveremos a perder otra carrera del desarrollo, como la que perdimos contra los tigres asiáticos y Europa del Este.
Que no vamos a quedarnos en la inercia y la indecisión, mientras que México es desplazado y rebasado como la nación líder y punto de referencia en América Latina.
Despertémonos, despertemos ya.
Llenémonos de coraje, de valor, de atrevimiento y de audacia.
Recuperemos todo nuestro orgullo, toda nuestra casta y todo nuestro amor propio.
Este es el tiempo, incluso el tiempo de una profecía mística, para cambiar las cosas.
Ésa es la energía, ése es el espíritu, esa es la entrega total con el que he servido a mi gente, con el que puedo verlos a los ojos y decir que llevo al Mayab en el corazón y que mi corazón es el Mayab.
Tu yoolal tulaacal le baalo’ oba’--- dzó’ok u maam ca’ a ppel jaboob tan in meyaj yeetel tuláacal in yabilaj te’ t luumila’--- jeel u beytal in jedzík tune’--- jee’ bish jun ten tin beetej bey shan bey tu qu’inil ca caajene’, ---beey tuno’, le quen in wuu’uy in winquilil tac u ca’an le’, ---in puc si’ i c’al cun c’aasic ten--- tuláacal ba’ash cu binectic in beetic, bey shan u ya’ abil cu binectik in c’ubic ti’ u lu’umil Yucatám.
Y por todo eso, después de cuatro años de trabajar con toda mi alma por esta tierra, puedo jurar, como nunca antes y como el primer día, que cuando mi cuerpo se quiera cansar, mi corazón le recordará lo mucho que aún queda por hacer y lo mucho que aún tengo por entregar a Yucatán.
En Chichén Itzá… En el templo de los guerreros… En una de las mil columnas… hay un relieve grabado en piedra hace mil años…
En ese grabado un guerrero victorioso quiebra su lanza… Quiebra su lanza porque él ya ha vencido a las fuerzas oscuras y cumplido su misión…
Ahora, como ya lo conseguimos en Yucatán… vamos juntos a quebrar en todo México la lanza que diga que ganaremos la batalla contra la violencia...
… que terminará el tiempo de la fuerza y vendrá el tiempo de la paz y la seguridad…
Que invirtiendo en educación, en tecnología y en ciencia…
… Nunca más será necesaria la fuerza para ahora sí hacer nuestros sueños realidad
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