Pericos, Mocorito.- “Se la acabó, le despedazó la cara, le destrozó sus muñecas; su cuerpo no lo vi, pero ha estar desgarrada. Con un golpe que le hubiera dado, no ocupaba tantos, para que le hizo eso”, reprochaba con llanto desgarrador la mamá de Ariana Villa.
Sentada bajo la sombra de un árbol, la madre de esta mujer brutalmente asesinada por el hombre que se suponía debía protegerla, lamentaba el por qué no le había hecho caso cuando le decía que lo dejara, que se fuera a escondidas o que le hablara y ellos iban por ella, porque sabía que era maltratada.
PUDO MÁS EL AMOR QUE SENTÍA POR ÉL QUE EL MALTRATO Y LOS GOLPES, COMENTÓ CON EL ROSTRO DESENCAJADO POR EL DOLOR.
Antecedentes
La historia de maltrato de Ariana ya tenía años, pero primero fue verbal, después pasó a los golpes. La mamá de la víctima relató que un día lluvioso del mes de agosto del año pasado, cuando la pareja y sus tres hijos vivían en Rancho Viejo, Mocorito, una de las niñas fue a avisarle que su papá quería asesinar a su mamá. En esa ocasión, ella en compañía de otros seres queridos fueron en su auxilio, y al llegar vieron que él la tenía desnuda con un cuchillo en el cuello y lograron quitársela. En esa ocasión fueron policías y se llevaron a Efrén Alan, pero luego lo dejaron en libertad.
Pese al maltrato, ella volvió a su lado porque este la abrazaba y le decía que la amaba.
El amor de esta joven mujer se convirtió en pesadilla el mediodía de ayer, cuando familiares de su esposo escucharon sus gritos, pero por más que trataron no pudieron evitar que le quitara la vida frente a ellos y sus tres hijos, de 12, 6 y 4 años. Tenía demasiada fuerza, parecía fuera de sí. Primero, el brutal ataque fue con un cuchillo, luego con una barra, hasta despedazarle partes del cuerpo.
Nostalgia
A Ariana le sobreviven tres hijos, un varón de 12 años y dos niñas de 6 y 4 años. El mayor era quien ayer entendía más lo sucedido y relataba el terror que vivió al presenciar el ataque e intentar sin éxito salvar a su madre. También contaba cómo durante los últimos días el deseo de su madre era volver a Rancho Viejo con su familia para ya no soportar los maltratos de su padre, sobre todo cuando este llegaba drogado. De lejos, los niños veían una y otra vez cómo su progenitor estaba amarrado y herido, pero por más que intentaban no alcanzaban a ver el cadáver de su madre. Los menores se refugiaban al lado de su abuela materna y le decían que querían irse con ella.
Por su parte, la mamá de Efrén Alan estaba sentada a varios metros de distancia de la madre de Ariana, pero hasta allá oía su llanto, allí contaba cómo intentó sin éxito arrancarla de las manos de su hijo. Decía una y otra vez que su nuera no merecía lo que le pasó.
EL HOMICIDIO DE ARIANA
Ariana Villa Sagaste, de 38 años de edad, fue brutalmente asesinada por su pareja y frente a sus hijos en su domicilio en el poblado El Platanar, municipio de Mocorito
El presunto responsable fue identificado como Efrén Alan Cázarez, de 38 años, quien tras cometer el salvaje crimen fue baleado por sujetos que llegaron al domicilio y lo dejaron amarrado mientras llegaba la policía.
Los hechos fueron reportados a las autoridades aproximadamente a las 13:00 horas de ayer.
A decir de testigos, los gritos de Ariana fueron los que alertaron a varias personas sobre la agresión que estaba sufriendo.
La mamá de Efrén estaba cerca y al acudir para ver lo que pasaba observó cómo su hijo golpeaba salvajemente a su nuera.
La señora intentó detener a su hijo para evitar que siguiera golpeando a Ariana, pero le fue imposible, debido a que la fuerza de Efrén era mucho mayor.
Dicen que Efrén Alan estaba como loco y hasta golpeó a su mamá en la cabeza.
Uno de los hijos de Efrén también intentó defender a su mamá y fue atacado por su propio padre. Afortunadamente el menor sólo resultó con lesiones leves y salió corriendo del lugar.
En el lugar se mencionó que Efrén atacó con un cuchillo a su esposa y además utilizó una barra de acero para golpearla en el rostro y la cabeza hasta dejarsela clavada.
La joven también presentó heridas en ambas manos y brazos.
Iinsólito
Minutos después de que Efrén cometiera el crimen, al lugar arribaron varios sujetos armados, quienes le dispararon con rifles ‘cuerno de chivo’ y luego lo amarraron con un mecate amarillo presuntamente para que no huyera.
El cuerpo de Ariana quedó sin vida en la parte trasera del inmueble, mientras que su esposo quedó tirado con varios impactos de bala en la espalda y amarrado a la entrada del domicilio.
Policías preventivos fueron los primeros en llegar al lugar y tras confirmar el deceso de la joven, colocaron un cordón de seguridad para evitar el paso de personas a la vivienda.
Paramédicos de Cruz Roja llegaron y revisaron a Efrén, pero por causas desconocidas lo dejaron así como lo habían encontrado, amarrado y con heridas de bala en el cuerpo; luego se retiraron.
Fue hasta las 15:00 horas que llegaron los socorristas, y luego de desatar a Efrén y brindarle los primeros auxilios, lo subieron a la ambulancia y lo trasladaron a un hospital de esta ciudad. Ningún familiar acompañó al herido en el trayecto, sólo se limitaron a verlo de lejos mientras la mamá de Ariana se tapaba los ojos y decía que no lo quería ver y pedía que le aplicaran todo el peso de la ley.
Antes de que llegara la ambulancia, personas que se encontraban en el lugar comentaban que Efrén ya había muerto desangrado y por la falta de atención médica, debido a que no se movía.
Cuando llegaron los paramédicos, Efrén todavía presentaba signos vitales.
Dos horas estuvo malherido tirado bajo el rayo del sol.
Los vecinos del poblado no podían creer lo que había sucedido. Hasta los mismos familiares de la pareja no daban crédito de la escena.
Los mismos familiares del joven dijeron que al parecer Efrén se encontraba bajo los efectos de alguna droga, porque ese comportamiento no era normal.
Autoridades indicaron que los niños quedarían bajo la custodia de los abuelos.
Afortunadamente, los menores salieron bien librados de esta amarga experiencia.
Familiares señalaron que anteriormente la pareja ya había tenido problemas de esta índole cuando vivía en Rancho Viejo, Mocorito.
Fuente: EL Debate