Noticias de Yucatán
Dice un refrán que “A nadie debe extrañar que en marzo empiece a tronar”. Sí, aumenta la temperatura del aire y aparecen las primeras tempestades de primavera. El mar se calienta lentamente, mas olvidamos el asunto de los huracanes, con todo un trimestre por delante para el inicio oficial de la temporada.
Hay zonas del Caribe y el golfo de México donde la temperatura superficial del mar ya puede alcanzar en esta época los 26-27 grados Celsius, el umbral mínimo necesario para la formación de depresiones y tormentas tropicales. No basta que el agua esté cálida, sino que los vientos en la troposfera media y alta sean débiles para que la energía se concentre y el sistema ciclónico adquiera forma, se desarrolle.
En marzo la circulación atmosférica predominante no facilita aún la aparición de estos fenómenos peligrosos en nuestra región geográfica. Hoy martes, de hecho, las corrientes de aire a 12 kilómetros de altura se están desplazando a velocidades entre 100 y 200 km/h sobre un área enorme del Atlántico norte.
Fuera del periodo junio-noviembre, los meses que más se anotan ciclones tropicales son mayo y diciembre, y el listado no es despreciable. Abril tiene dos, incluyendo al Arlene del 2017, y marzo… uno solo, el que hace 110 años azotó con fuerza territorios caribeños.
El único caso conocido
La existencia de este inaudito sistema meteorológico fue reportada por un barco en la mañana del 6 de marzo de 1908, a unos 690 kilómetros al nordeste de Barbuda, una de las pequeñas islas de Barlovento. En ese momento no era más que una tormenta tropical con vientos de 93 km/h.
Muy curiosa fue la trayectoria al sur-suroeste que comenzó a describir, al tiempo que ganaba en intensidad. Con rapidez se convirtió en un huracán de categoría 1, y logró la 2 en la tarde del día 7, pues los vientos máximos sostenidos superaban los 155 km/h. Un valor mínimo de presión atmosférica de 991 hPa fue registrado en Basseterre, la capital de San Cristóbal y Nieves.
El sistema continuó adentrándose en el Caribe oriental, pero disminuyendo su fuerza de manera gradual. La última vez que se supo de la tormenta fue el día 9, en un punto a 210 kilómetros al norte de La Blanquilla, isla perteneciente a la actual República Bolivariana de Venezuela.
En una publicación del Centro de Diagnóstico Climático de la NOAA de 1997 titulada “Una reconstrucción de la frecuencia histórica de los ciclones tropicales en el Atlántico a partir de documentales y otras fuentes históricas”, los meteorólogos cubanos José J. Fernández Partagás y Henry Frank Díaz señalaron que antes de llegar al canal entre San Eustaquio y San Cristóbal, el centro del ciclón había pasado cerca de San Bartolomé, donde provocó algunos daños, entre otros a la Iglesia Anglicana. En San Martín hubo afectaciones considerables en las tiendas de campaña de los campesinos y el cultivo de algodón.
The St. Christopher Advertiser, un periódico de Saint Kitts, publicó el 10 de marzo una lista de aproximadamente 24 embarcaciones que habían sido conducidas a tierra, quedando totalmente destruidas o muy dañadas.
La temporada ciclónica de 1908, considerada como una de las más prematuras en los récords, fue muy activa para Cuba. En septiembre, dos huracanes influyeron sobre la región oriental principalmente. El primero atravesó el archipiélago de Bahamas con gran intensidad, y el segundo cruzó por los territorios de Guantánamo y Holguín.
Lejos del Atlántico
El más intenso ciclón nunca antes visto en el suroeste del océano Índico se formó en un mes de marzo. Lo nombraron Gafilo, ganó la categoría 5 y causó gran devastación en Madagascar. Dejó cientos de fallecidos, casi novecientos heridos, y más de 20 mil casas y mil 400 escuelas fueron destruidas.
Otro huracán poderoso que hizo historia fue Mahina, en 1899. Mató a más de 400 personas tras su paso por Queensland, en Australia. Produjo una marea de tormenta de 48 pies, la más significativa documentada a nivel mundial.
Y el 11 de marzo de 2015 coincidieron cuatro ciclones tropicales: Olwyn, Nathan y Pam en el hemisferio sur, y Bavi, también llamado Betty, en el hemisferio norte. (CubaDebate).
Dice un refrán que “A nadie debe extrañar que en marzo empiece a tronar”. Sí, aumenta la temperatura del aire y aparecen las primeras tempestades de primavera. El mar se calienta lentamente, mas olvidamos el asunto de los huracanes, con todo un trimestre por delante para el inicio oficial de la temporada.
Hay zonas del Caribe y el golfo de México donde la temperatura superficial del mar ya puede alcanzar en esta época los 26-27 grados Celsius, el umbral mínimo necesario para la formación de depresiones y tormentas tropicales. No basta que el agua esté cálida, sino que los vientos en la troposfera media y alta sean débiles para que la energía se concentre y el sistema ciclónico adquiera forma, se desarrolle.
En marzo la circulación atmosférica predominante no facilita aún la aparición de estos fenómenos peligrosos en nuestra región geográfica. Hoy martes, de hecho, las corrientes de aire a 12 kilómetros de altura se están desplazando a velocidades entre 100 y 200 km/h sobre un área enorme del Atlántico norte.
Fuera del periodo junio-noviembre, los meses que más se anotan ciclones tropicales son mayo y diciembre, y el listado no es despreciable. Abril tiene dos, incluyendo al Arlene del 2017, y marzo… uno solo, el que hace 110 años azotó con fuerza territorios caribeños.
El único caso conocido
La existencia de este inaudito sistema meteorológico fue reportada por un barco en la mañana del 6 de marzo de 1908, a unos 690 kilómetros al nordeste de Barbuda, una de las pequeñas islas de Barlovento. En ese momento no era más que una tormenta tropical con vientos de 93 km/h.
Muy curiosa fue la trayectoria al sur-suroeste que comenzó a describir, al tiempo que ganaba en intensidad. Con rapidez se convirtió en un huracán de categoría 1, y logró la 2 en la tarde del día 7, pues los vientos máximos sostenidos superaban los 155 km/h. Un valor mínimo de presión atmosférica de 991 hPa fue registrado en Basseterre, la capital de San Cristóbal y Nieves.
El sistema continuó adentrándose en el Caribe oriental, pero disminuyendo su fuerza de manera gradual. La última vez que se supo de la tormenta fue el día 9, en un punto a 210 kilómetros al norte de La Blanquilla, isla perteneciente a la actual República Bolivariana de Venezuela.
En una publicación del Centro de Diagnóstico Climático de la NOAA de 1997 titulada “Una reconstrucción de la frecuencia histórica de los ciclones tropicales en el Atlántico a partir de documentales y otras fuentes históricas”, los meteorólogos cubanos José J. Fernández Partagás y Henry Frank Díaz señalaron que antes de llegar al canal entre San Eustaquio y San Cristóbal, el centro del ciclón había pasado cerca de San Bartolomé, donde provocó algunos daños, entre otros a la Iglesia Anglicana. En San Martín hubo afectaciones considerables en las tiendas de campaña de los campesinos y el cultivo de algodón.
The St. Christopher Advertiser, un periódico de Saint Kitts, publicó el 10 de marzo una lista de aproximadamente 24 embarcaciones que habían sido conducidas a tierra, quedando totalmente destruidas o muy dañadas.
La temporada ciclónica de 1908, considerada como una de las más prematuras en los récords, fue muy activa para Cuba. En septiembre, dos huracanes influyeron sobre la región oriental principalmente. El primero atravesó el archipiélago de Bahamas con gran intensidad, y el segundo cruzó por los territorios de Guantánamo y Holguín.
Lejos del Atlántico
El más intenso ciclón nunca antes visto en el suroeste del océano Índico se formó en un mes de marzo. Lo nombraron Gafilo, ganó la categoría 5 y causó gran devastación en Madagascar. Dejó cientos de fallecidos, casi novecientos heridos, y más de 20 mil casas y mil 400 escuelas fueron destruidas.
Otro huracán poderoso que hizo historia fue Mahina, en 1899. Mató a más de 400 personas tras su paso por Queensland, en Australia. Produjo una marea de tormenta de 48 pies, la más significativa documentada a nivel mundial.
Y el 11 de marzo de 2015 coincidieron cuatro ciclones tropicales: Olwyn, Nathan y Pam en el hemisferio sur, y Bavi, también llamado Betty, en el hemisferio norte. (CubaDebate).