Noticias de Yucatán.
La epidemia de COVID-19 en México ha dejado casi 90,000 decesos oficiales colocándose ya como la primera causa de muerte en 2020. A ocho meses de que el virus SARS-CoV-2 llegó al país, tres estados superan la mayor tasa de mortalidad a nivel mundial.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, la Ciudad de México, Tabasco y Sinaloa registran 126.12, 114.76 y 111.86 fallecimientos por cada 100,000 habitantes, mientras que Perú, encabeza la lista internacional, con 106.75.
Las cifras en estas entidades superan las de otros países que en estos momentos están viviendo su rebrote, como es el caso de Bélgica o España, naciones europeas que han tenido que recurrir otra vez a medidas restrictivas y de confinamiento para frenar los contagios en sus países.
Repuntes y descensos
En México la epidemia no ha sido heterogénea. Hay estados como Chiapas, que tienen una tasa de 19.95 decesos por 100,000 habitantes, seis veces menor que la de la CDMX. El estado del sureste es una de las entidades encaminadas a pasar a semáforo verde, de menor riesgo, mientras que otras, van para el semáforo rojo y un nuevo posible confinamiento.
Chihuahua es el primer estado en regresar al color rojo de máximo riesgo, pero Aguascalientes, Querétaro, Durango, Nuevo León y Zacatecas, han registrado un incremento en los contagios, en la velocidad de la transmisión, así como en ocupación hospitalaria —en algunos casos, incluso mayor— a lo que se vivió en la primera etapa.
Chihuahua encabeza las entidades con mayor ocupación hospitalaria de camas generales, con 60.74%; Durango registra la mayor ocupación de camas con ventilador (51.28%), y Nuevo León, la de camas con ventilador en Unidades de Cuidados Intensivos (43.36%).
Más muertes asociadas a COVID
La cifra oficial de decesos plantea que hasta el momento en los ocho meses de pandemia, en promedio, han ocurrido 15 decesos por hora. No obstante, el reporte de estadísticas de mortalidad de la Secretaría de Salud, señala que en 2020 ha habido un exceso de 37% de muertes.
Del 1 de enero al 26 de septiembre, ocurrieron 718,090, es decir, 193,170 decesos más de los esperados, de los cuales 139,153 que podrían estar asociadas a COVID, aunque aún se analiza si está directa o indirectamente relacionado.
De la semana epidemilógica 1 a la 39, que abarca el periodo, se esperaban en el país 529,920 decesos.
Xavier Tello, analista en Políticas de Salud, consideró que el caso de la capital es especial, debido a que como está en la Zona Metropolitana, mucha población vecina va a los hospitales capitalinos a “morir a la CDMX”, pero también comentó que la realidad es que las cifras reales se desconocen, pues hay entidades donde se están subreportando los decesos.
“Se dieron a conocer las cifras del exceso de mortalidad en México y no pinta bien. Es probable que muchos casos no se estén contabilizando adecuadamente; así, estos estados no serían únicos en sus altas cifras sino que muchos otros en México estarían igual”, expuso.
En los primeros meses de pandemia, se reconvirtieron cerca de 1,000 hospitales para atender a pacientes con COVID-19, se instalaron 32,203 camas de hospitalización general y 10,612 con ventiladores, se contrataron 47,000 médicas y médicos generales y especialistas, personal de enfermería y trabajadores de la salud.
Esa es la misma infraestructura con la que se cuenta hasta el momento, para enfrentar la nueva etapa de la epidemia en el país, en donde se conjuga también la influenza y el invierno.
Afectan las enfermedades crónicas
De acuerdo con especialista en salud, la variante en las tasas de mortalidad se debe en parte a que cada país tiene un manejo estadístico diferente de la pandemia, así como a las características de la población, entre otros factores.
“No es una cuestión particular de México, aunado a que la estadística es diferente en cuanto al manejo en un país y otro. ¿Por qué en un estado es mayor que en otro? Puede ser desde la medidas que tome el propio estado hasta por el tipo de población”, señala Sol Alamilla, especialista de Salud de la Universidad La Salle.
La epidemia llegó a México, a un país donde la población estaba muy enferma, con comorbilidades crónico degenerativas. Desde luego eso tiene mayor impacto en la mortalidad que en cualquier otro país. Sol Alamilla, especialista de Salud de la Universidad La Salle.
Cerca del 73% de la población mexicana padece de sobrepeso, mientras en Perú es del 70%. Ambos países tienen las más altas tasas de obesidad entre integrantes de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), cuando en Bélgica el porcentaje no llega al 20%.
Mauricio Rodríguez, integrante de la Comisión de Atención de COVI-19 de la UNAM, señaló que esta situación de repunte era esperada ante la reactivación económica y el incremento en la movilidad, por lo que enfatizó que parte del control de la epidemia es responsabilidad de los ciudadanos.
“Más que esperado, esto era posible, pues en la medida en la que comenzaran a abrirse las actividades, aumenta también el riesgo de que haya transmisión del virus y contagios, eso es lo que estamos viendo, se comenzaron a reabrir algunas actividades y a realizar algunas otras quizá sin el cuidado suficiente, por parte de la sociedad, y estamos viendo este número de contagios en los estados que se está traduciendo en aumento en la ocupación hospitalaria y en la actividad de la epidemia”, dice.
Hay que hacer énfasis que la mitad de la respuesta es responsabilidad de la sociedad, si la gente hace fiestas, la autoridad no tiene nada que ver con eso, es la sociedad la que está generando la situación de riesgo. Mauricio Rodríguez, académico de la UNAM.
Objetivo: reducir la letalidad
Con 874,171 contagios y 87,894 decesos registrados hasta el 25 de octubre, México tiene una letalidad de 10.0%, la más alta a nivel mundial, de acuerdo con datos de la Universidad Johns Hopkins. Si bien en este caso, tanto autoridades de salud como expertos señalan que se debe a factores de cómo se realiza la vigilancia epidemiológica en el país, el presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó una nueva reconversión hospitalaria y en revisar la estrategia.
Previamente, el Ejecutivo había dicho que se intensificarían las visitas domiciliarias para detectar enfermos, y convencerlos de que vayan a los hospitales.
“Esto es que como tenemos menos ocupación de camas, de equipos, sobre todo de personal médico, porque tenemos 70% de disponibilidad de la infraestructura para la atención de la pandemia, pues vamos a concentrar en ciertos hospitales a lo mejor de los equipos y sobre todo del personal para que salvemos vidas, que se reduzca con una mejor atención, mucho mejor atención el número de fallecidos”, dijo el pasado martes 20 de octubre.