Noticias de Yucatán
Cuando menos 23 niños del quinto grado de la escuela primaria “Carlos Novelo Fernández” se intoxicaron, uno de ellos incluso vomitó, luego de inhalar los residuos del producto que usó el personal de Salud para fumigar el viernes pasado ese plantel.
El director, Victor Gómez Aguilar, explicó que el viernes por la tarde personal de la Jurisdicción Sanitaria Número 2 fumigó todas las áreas del plantel, que incluyó aulas, oficinas y patios.
El objetivo fue exterminar al mosco transmisor del ckinkungunya y el dengue, para proteger a los alumnos. El domingo, personal de intendencia limpió de forma normal y no notó ni sintió nada extraordinario.
Ayer, en la primera hora no pasó nada, pero luego del receso los alumnos empezaron a decir que les ardían los ojos y que les estaban saliendo erupciones en la piel, “como ronchitas que les daban mucha comezón”.
A uno de los niños empezó a dolerle la cabeza y vomitó, por lo que se fue llamando a los padres de familia para que acudieran por sus hijos, por los problemas de salud que estaban presentando.
El director dice que no se explica qué pasó ya que los fumigadores indicaron que cuatro horas después de la fumigación el olor desaparece, pero pidieron que se limpiaran todos los asientos y las mesas con una tela húmeda para retirar los residuos, en caso de que los hubiera, lo cual se hizo.
Los niños del primer grado también empezaron a sentir el ardor en los ojos, por lo que fueron sacados a la terraza para que tomaran clases bajo un árbol, mientras que los que quedaron del quinto grado fueron a otra área y tomaron clases en el suelo.
Gómez Escobedo consideró que quizá en las paredes o en los sistemas de aire quedaron impregnados los tóxicos de la fumigación, por lo que al encenderlos expusieron a los niños al químico.
También consideró la posibilidad de que los niños fueran alérgicos al químico, ya que los otros grupos no tuvieron quejas de nada y la fumigación fue general.
Sin embargo, algunos alumnos aprovechando lo que estaba pasando empezaron a decir que les dolía la cabeza y se rascaban las piernas y los brazos, pero en realidad no tenían nada, sólo querían que se les retirara.
Al enterarse de la situación, algunas madres de familia acudieron por sus hijos; otras fueron llamadas, de tal modo que los 23 fueron llevados a su casa y se les pidió a los padres que vigilen a sus hijos y de ser necesario los lleven con un médico.
En varias ocasiones se intentó hablar con el jefe de la Jurisdicción de Salud, Rudy Coronado Bastarrachea, para que diera una explicación de lo que pasó, pero no contestó. Megamedia.
