Aspiración por la más pura e ideal de las independencias: la del pensamiento

15 septiembre 2015
Noticias de Yucatán


Mensaje de María Teresa Mézquita Méndez, oradora huésped 
 Mérida, Yucatán, 15 de septiembre de 2015.  Durante la sesión Solemne del Cabildo meridano para conmemorar los 205 años de la Independencia de México, la oradora huésped, María Teresa Mézquita Méndez, manifestó su deseo de festejar a una Mérida Ciudad Blanca, pero al mismo tiempo plural y llena de vida, donde se procure el frágil equilibrio entre la tradición y la modernidad.
-Queremos seguir celebrando una Mérida blanca de voces diferentes, la queremos blanca en la medida que sea como la luz blanca de la cual proceden todos los colores del espectro -señaló.
Ante el alcalde Mauricio Vila Dosal y el cuerpo edilicio, a quienes acompañaron, entre otros, Roberto Rodríguez Asaf, secretario general de gobierno, en representación del titular del  Ejecutivo del Estado; Antonio Homá, en representación de Celia María Rivas Rodríguez, presidenta de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del Estado, y Marcos Alejandro Celis Quintal, presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Estado de Yucatán, la oradora huésped manifestó su deseo de vivir y festejar a una Mérida en que los ciudadanos “podemos conducir, mejorar, sublimar. En la medida que logremos que no esté anestesiada, que no sea controlada a través de nuestras debilidades personales, como son el consumismo y la frivolidad.”
Además, destacó la importancia de alcanzar la más pura e ideal de todas las independencias: la del pensamiento. “Creceremos de verdad Mérida y los meridanos en la medida que logremos los ciudadanos hacer de esta celebración nuestro propio ritual individual y abracemos a la más pura y real de todas las independencias: la independencia del pensamiento. Es la única que sobrevive cuando todas las demás se han perdido”.
Después de rendir un homenaje a todos los oradores huéspedes que durante más de tres décadas han participado en esta sesión solemne, Teresa Mézquita les dijo “que su palabra y su mensaje merece ser recuperado y releído en el tiempo y la distancia, y analizado en perspectiva y por supuesto que reflexionado.
-Nuestros oradores han también destacado la siempre sesgada presencia de la mujer, cuya cruzada hoy día continúa. (Algunos- algunas, pensamos que las cuotas de género no son una solución, si bien solamente un punto de partida) -añadió.
También recordó la transformación que la ciudad ha registrado en las últimas décadas. En esta Mérida, dijo, hemos visto desaparecer monumentos y espacios de gran dignidad y elevarse grandes hoteles, enormes fraccionamientos, descomunales plazas comerciales y otros símbolos del pretendido desarrollo. Ha crecido nuestro parque vehicular y hemos rebasado los límites de nuestra propia ciudad hasta llegar a veces a salirse de control
Hizo mención de los contrastes entre los gobiernos que han tenido la ciudad y el Estado, al indicar que “Hemos visto desde nuestro mirador, desde estas coordenadas privilegiadas, Gobiernos indignos de nuestra esperanza y gobiernos merecedores de nuestro respeto. Hemos visto cómo nuestro país se desmorona y reconstruye, cómo se levanta de sus cenizas y vuelve luego a hundirse en la pesadumbre… una pesadumbre que a algunos, sobre todo si somos profesores, nos invade cuando esa flor de inteligencia, ese intelecto en formación, ese nido de renovación y esperanza que son los estudiantes, son finalmente voces acalladas, luces apagadas y vidas truncas y desaparecidas.

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