Noticias de Yucatán
Una ola de extorsiones se registra en el estado: en dos semanas han habido ocho de estos delitos, incluido uno presuntamente cometido por integrantes de los Zetas.
De los últimos tres delitos de alto impacto, en dos de ellos los presuntos extorsionadores se han entrevistado con sus víctimas e intentado cobrarles por protección a la familia, por lo cual sería una nueva modalidad. El monto en ambos casos era de $100,000 y hubo detenidos.
La víctima más reciente fue el empresario José X. K., quien por temor a que los extorsionadores cumplieran sus amenazas les entregó 50,000 pesos en efectivo.
Según los datos, los extorsionadores, Raúl O. M. y Raúl O. C., contactaron al empresario yucateco y le indicaron que lo tenían vigilado y a cambio de protección le exigieron $100,000, o de lo contrario los matarían a él y a su familia. Dijeron que eran integrantes de los Zetas y lo visitaron en sus oficinas.
Uno de los empleados pactó que se vería con los delincuentes en la puerta de la iglesia de Santa Ana, donde entregaría el dinero. Cuando se hizo el “pago”, agentes de la SSP los detuvieron.
Los detenidos estarán en prisión seis meses, en tanto concluyen las investigaciones. El Juzgado 2o. de Control determinó al sobrino y al tío detenidos seis meses de prisión preventiva y fijó en dos meses la conclusión de las investigaciones de la Fiscalía General del Estado.
En el otro caso, ayer mismo las autoridades frustraron un secuestro virtual: bajo engaños los “plagiarios” le dijeron a M. G. P. A., de 31 años, que fuera a un hotel del Periférico Norte de Mérida o de lo contrario matarían a sus familiares.
La familia recibió una llamada en la que le exigían $50,000 a cambio de la libertad de su pariente. La intervención de la policía evitó el depósito del dinero y luego se localizó a la desaparecida sana y salva. Las labores de inteligencia arrojaron que la llamada fue del número (993) 206-2080 desde el Cereso de Tamaulipas.
En las últimas semanas han habido al menos ocho delitos de este tipo, uno de los más sonados fue el de tres custodios de la SSP asignados al Cereso que intentaron extorsionar a un veterinario.
De los últimos tres delitos de alto impacto, en dos de ellos los presuntos extorsionadores se han entrevistado con sus víctimas e intentado cobrarles por protección a la familia, por lo cual sería una nueva modalidad. El monto en ambos casos era de $100,000 y hubo detenidos.
La víctima más reciente fue el empresario José X. K., quien por temor a que los extorsionadores cumplieran sus amenazas les entregó 50,000 pesos en efectivo.
Según los datos, los extorsionadores, Raúl O. M. y Raúl O. C., contactaron al empresario yucateco y le indicaron que lo tenían vigilado y a cambio de protección le exigieron $100,000, o de lo contrario los matarían a él y a su familia. Dijeron que eran integrantes de los Zetas y lo visitaron en sus oficinas.
Uno de los empleados pactó que se vería con los delincuentes en la puerta de la iglesia de Santa Ana, donde entregaría el dinero. Cuando se hizo el “pago”, agentes de la SSP los detuvieron.
Los detenidos estarán en prisión seis meses, en tanto concluyen las investigaciones. El Juzgado 2o. de Control determinó al sobrino y al tío detenidos seis meses de prisión preventiva y fijó en dos meses la conclusión de las investigaciones de la Fiscalía General del Estado.
En el otro caso, ayer mismo las autoridades frustraron un secuestro virtual: bajo engaños los “plagiarios” le dijeron a M. G. P. A., de 31 años, que fuera a un hotel del Periférico Norte de Mérida o de lo contrario matarían a sus familiares.
La familia recibió una llamada en la que le exigían $50,000 a cambio de la libertad de su pariente. La intervención de la policía evitó el depósito del dinero y luego se localizó a la desaparecida sana y salva. Las labores de inteligencia arrojaron que la llamada fue del número (993) 206-2080 desde el Cereso de Tamaulipas.
En las últimas semanas han habido al menos ocho delitos de este tipo, uno de los más sonados fue el de tres custodios de la SSP asignados al Cereso que intentaron extorsionar a un veterinario.