El WhatsApp y la prisa dejan a un lesionado de gravedad

20 octubre 2015
Noticias de Yucatán



Una mujer que conducía su automóvil y al mismo tiempo usaba su WhatsApp causó un accidente ayer en la mañana en Altabrisa, cuando arrolló una bicicleta dejando a su conductor grave, tendido boca arriba en la guarnición del camellón, con el rostro lleno de sangre y fracturas.

La bicicleta terminó con el cuadro doblado y el panorámico del auto, con un hueco por el fuerte golpe.

“¡Ya lo mataste, ya lo mataste!”, le gritaron a la conductora algunos testigos.

La mujer, de 23 años de edad, llevaba a su hijo a la escuela; sufrió una crisis nerviosa. “No lo vi, por eso no frené”, explicó a la policía.

Los testigos le recriminaron que iba usando su teléfono celular, por lo que la guiadora dijo que checaba “unos whastapps”, porque se le hizo tarde para llevar a su hijo a la escuela.

El accidente fue a las 8:10 a. m. en la calle 7 con 24 del fraccionamiento Altabrisa, frente al Hospital Regional de Alta Especialidad. La bicicleta rodada 24, manejada por Reynaldo Pat Eb, de 58 años, transitaba de Sur a Norte sobre la avenida 7.

Al llegar a la calle 24B la bicicleta fue golpeada por el Focus placas UUL-191-B, del estado de Quintana Roo, manejado por María Fernanda Cortés Ricalde.

La joven se dirigía a dejar a su hijo en el colegio, pero ya se le había hecho tarde porque la entrada era a las 8.

Por eso, mientras conducía, la mujer mandaba mensajes a una de las mamás de la escuela para preguntarle si estaba a tiempo de dejar a su hijo. La distracción ocasionó que no viera la bicicleta. “No lo vi, nada más escuché el golpe”, dijo a los oficiales.

Ricardo Tuz Góngora, quien fungió como testigo en el peritaje, dijo a la policía: “Pensamos lo peor”.

Paramédicos de la ambulancia Y 10 de la SSP le detuvieron al lesionado el sangrado en el rostro por una cortada de 15 centímetros; le inmovilizaron la pierna izquierda, que tenía fracturada, y el cuello, ya que tenía lesiones en las vértebras.

Luego lo trasladaron a un hospital particular, mientras la guiadora quedó en calidad de detenida. A unos metros quedaron tirados salbutes, empanadas y panuchos que el ciclista llevaba para el desayuno de su familia.

Familiares llegaron y rompieron en llanto al ver a su pariente.


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