Noticias de Yucatán
El consumo de cárnicos es un factor indirecto
La Organización Mundial de la Salud (OMS) causó revuelo anteayer al alertar que comer carne procesada como salchichas, embutidos o preparaciones en conserva es carcinógeno para los humanos, mientras que consumir carne roja “probablemente” también lo es.
Al respecto, el oncólogo Román Fuentes Baas (CMA, Centro Clínico Contra el Cáncer) afirma que “no existe una relación directa entre el consumo de carnes rojas y la producción de cáncer”.
Aclara que el consumo de carnes rojas “es parte de una serie de factores relacionados” con el cáncer, como la radiación, el sobrepeso o la predisposición genética, por ello recomienda limitar su ingesta a una vez por semana “por el ácido úrico y porque puede causar trastornos metabólicos”.
El cerdo, indica, tiende a elevar el colesterol y los triglicéridos, entre otros problemas a la salud.
El médico comenta que muchos factores cancerígenos son parte de nuestras vidas y difíciles de evitar.
“Vivimos rodeados de radiación, la computadora la emite, el microondas, el televisor, el sol… todo es parte del medio ambiente, pero si por ejemplo nos exponemos demasiado al sol podemos desarrollar un cáncer”.
“En la reunión internacional de Oncología Clínica en 1995 ya se había dicho que la incidencia del cáncer iba a ser lo que es ahora (una de cada tres personas en promedio tendrá, tiene o tuvo cáncer) a causa de nuestros malos hábitos alimenticios”.
“También en esa reunión se anticipó que el tratamiento del cáncer llegaría a ser incosteable para algunos y que la sociedad recurriría a prácticas como una alimentación orgánica, el yoga o la musicoterapia”.
El consumo de cárnicos es un factor indirecto
La Organización Mundial de la Salud (OMS) causó revuelo anteayer al alertar que comer carne procesada como salchichas, embutidos o preparaciones en conserva es carcinógeno para los humanos, mientras que consumir carne roja “probablemente” también lo es.
Al respecto, el oncólogo Román Fuentes Baas (CMA, Centro Clínico Contra el Cáncer) afirma que “no existe una relación directa entre el consumo de carnes rojas y la producción de cáncer”.
Aclara que el consumo de carnes rojas “es parte de una serie de factores relacionados” con el cáncer, como la radiación, el sobrepeso o la predisposición genética, por ello recomienda limitar su ingesta a una vez por semana “por el ácido úrico y porque puede causar trastornos metabólicos”.
El cerdo, indica, tiende a elevar el colesterol y los triglicéridos, entre otros problemas a la salud.
El médico comenta que muchos factores cancerígenos son parte de nuestras vidas y difíciles de evitar.
“Vivimos rodeados de radiación, la computadora la emite, el microondas, el televisor, el sol… todo es parte del medio ambiente, pero si por ejemplo nos exponemos demasiado al sol podemos desarrollar un cáncer”.
“En la reunión internacional de Oncología Clínica en 1995 ya se había dicho que la incidencia del cáncer iba a ser lo que es ahora (una de cada tres personas en promedio tendrá, tiene o tuvo cáncer) a causa de nuestros malos hábitos alimenticios”.
“También en esa reunión se anticipó que el tratamiento del cáncer llegaría a ser incosteable para algunos y que la sociedad recurriría a prácticas como una alimentación orgánica, el yoga o la musicoterapia”.