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Lo primero que habría que hacer al hablar sobre el cierre del rol regular en el Kukulcán es ponerse de pie ante la manada conocida como “perros negros”. Sin ellos no se hubiera dado la despedida. La gran noche de béisbol que dieron los Leones fue por los hombres de mantenimiento de terreno que jugaron un papel fundamental.
Los melenudos vencieron 4-2 a los Olmecas de Tabasco, los barrieron en la serie de tres partidos y hoy amanecieron como líderes de la Zona Sur y con el boleto asegurado para los playoffs del Campeonato Otoño.
Con una serie de tres juegos por disputarse en Cancún ante los Tigres, ahora todo lo que requieren es ir a pelear por la mejor ubicación posible entre los cuatro invitados a la gran fiesta. Pero pase lo que pase en la jaula bengalí, anoche mostraron, o ratificaron, que su pitcheo abridor puede ser lo suficientemente fuerte como para aspirar a cosas tan grandes como en la reciente primavera.
José Samayoa lanzó seis entradas en forma dominante, como hicieron en esta serie César Valdez y Jorge Reyes. Otra vez el relevo puso a temblar a todos, pero apretaron los bomberos a la hora buena. Una carrera admitió Arcenio León y Chad Gaudin embasó al primer bateador de la novena antes de sacar los tres autes finales para el salvamento.
Pero lo de Samayoa hay que resaltarlo porque al sonorense le había costado un poco de trabajo meterse al nivel en que estaba.
Fue otra noche en que los Leones batearon poco, pero con oportunismo. Porque apenas dieron cinco impagables y con eso les bastó.
Luis Juárez remolcó la de la quiniela en el acto inicial y las fieras marcaron tres en la cuarta, dos de caballito y una por hit de Everth Cabrera. Y listo.
Titánica labor
Pero volvamos a lo del inicio de esta historia. No hubiésemos vivido esta noche de cierre de temporada de no ser por esos increíbles hombres bautizados como los “Perros Negros”. A veces apenas les vemos cuando salen al terreno en la quinta entrada a repintar las líneas y a alisar con su manguera la grama de la media luna. Ayer la jornada de fiesta que se abrió con el “Fan Fest”, con numerosa respuesta de los aficionados, se truncó de forma impresionante a causa de la lluvia. Pasadas las cuatro de la tarde se dejó caer un auténtico diluvio sobre el sur-oriente de la ciudad y el Kukulcán quedó convertido en una laguna.
Pocos se aventuraron a pensar que el juego se realizaría. No habría despedida por tal razón porque los Leones no tienen más partidos programados en casa. Pero esos humildes hombres se convirtieron en los héroes sin capa. Cubetas, esponjas, jaladores… con botas y descalzos, hicieron una labor titánica para secar el diamante.
Se programó el arranque para las 8:30 de la noche, dos horas y media después de lo indicado oficialmente. Siempre que dejaran todo en condiciones.
Los Leones necesitaban jugar para amarrar su boleto en casa y para irse cobijados por sus seguidores. Y lo hicieron los “Perros Negros” en una noche en que un máster de esas labores, Manuel González, el popular “Cachalaca”, estaba en el palco VIP.
A las 8.29 comenzó la fiesta y los peloteros de casa se encargaron del resto, con Samayoa como director de orquesta desde la loma. Hay que darle su crédito igual a la afición. Se dice que la “campeonitis” los había alejado del Kukulcán. O que los fuertes gastos por vacaciones o asuntos escolares. Ni con boletos regalados estaban yendo. Pero anoche fueron con una gran entrada.
Así pues, todo fue como una historia con final feliz: aficionados dándose gusto con el “Fan Fest”, los increíbles hombres de mantenimiento y los Leones jugando en su mejor versión. Hoy son líderes, tienen boleto de postemporada sellado y la gente regresó a verles jugar. Quizá se les vuelva a ver el lunes 10 en el arranque de los playoffs. Todo depende de cómo les vaya de mañana al jueves en Cancún.
Lo primero que habría que hacer al hablar sobre el cierre del rol regular en el Kukulcán es ponerse de pie ante la manada conocida como “perros negros”. Sin ellos no se hubiera dado la despedida. La gran noche de béisbol que dieron los Leones fue por los hombres de mantenimiento de terreno que jugaron un papel fundamental.
Los melenudos vencieron 4-2 a los Olmecas de Tabasco, los barrieron en la serie de tres partidos y hoy amanecieron como líderes de la Zona Sur y con el boleto asegurado para los playoffs del Campeonato Otoño.
Con una serie de tres juegos por disputarse en Cancún ante los Tigres, ahora todo lo que requieren es ir a pelear por la mejor ubicación posible entre los cuatro invitados a la gran fiesta. Pero pase lo que pase en la jaula bengalí, anoche mostraron, o ratificaron, que su pitcheo abridor puede ser lo suficientemente fuerte como para aspirar a cosas tan grandes como en la reciente primavera.
José Samayoa lanzó seis entradas en forma dominante, como hicieron en esta serie César Valdez y Jorge Reyes. Otra vez el relevo puso a temblar a todos, pero apretaron los bomberos a la hora buena. Una carrera admitió Arcenio León y Chad Gaudin embasó al primer bateador de la novena antes de sacar los tres autes finales para el salvamento.
Pero lo de Samayoa hay que resaltarlo porque al sonorense le había costado un poco de trabajo meterse al nivel en que estaba.
Fue otra noche en que los Leones batearon poco, pero con oportunismo. Porque apenas dieron cinco impagables y con eso les bastó.
Luis Juárez remolcó la de la quiniela en el acto inicial y las fieras marcaron tres en la cuarta, dos de caballito y una por hit de Everth Cabrera. Y listo.
Titánica labor
Pero volvamos a lo del inicio de esta historia. No hubiésemos vivido esta noche de cierre de temporada de no ser por esos increíbles hombres bautizados como los “Perros Negros”. A veces apenas les vemos cuando salen al terreno en la quinta entrada a repintar las líneas y a alisar con su manguera la grama de la media luna. Ayer la jornada de fiesta que se abrió con el “Fan Fest”, con numerosa respuesta de los aficionados, se truncó de forma impresionante a causa de la lluvia. Pasadas las cuatro de la tarde se dejó caer un auténtico diluvio sobre el sur-oriente de la ciudad y el Kukulcán quedó convertido en una laguna.
Pocos se aventuraron a pensar que el juego se realizaría. No habría despedida por tal razón porque los Leones no tienen más partidos programados en casa. Pero esos humildes hombres se convirtieron en los héroes sin capa. Cubetas, esponjas, jaladores… con botas y descalzos, hicieron una labor titánica para secar el diamante.
Se programó el arranque para las 8:30 de la noche, dos horas y media después de lo indicado oficialmente. Siempre que dejaran todo en condiciones.
Los Leones necesitaban jugar para amarrar su boleto en casa y para irse cobijados por sus seguidores. Y lo hicieron los “Perros Negros” en una noche en que un máster de esas labores, Manuel González, el popular “Cachalaca”, estaba en el palco VIP.
A las 8.29 comenzó la fiesta y los peloteros de casa se encargaron del resto, con Samayoa como director de orquesta desde la loma. Hay que darle su crédito igual a la afición. Se dice que la “campeonitis” los había alejado del Kukulcán. O que los fuertes gastos por vacaciones o asuntos escolares. Ni con boletos regalados estaban yendo. Pero anoche fueron con una gran entrada.
Así pues, todo fue como una historia con final feliz: aficionados dándose gusto con el “Fan Fest”, los increíbles hombres de mantenimiento y los Leones jugando en su mejor versión. Hoy son líderes, tienen boleto de postemporada sellado y la gente regresó a verles jugar. Quizá se les vuelva a ver el lunes 10 en el arranque de los playoffs. Todo depende de cómo les vaya de mañana al jueves en Cancún.
Fuente: Megamedia.