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El consumo de bebidas azucaradas en Yucatán está entre los más altos del mundo. La Secretaría de Salud estima que cada año en el Estado se consumen en promedio 163 litros de dichas bebidas, lo que equivale a 446 mililitros por día, es decir, un poco más de una lata de bebida. Aunque algunos yucatecos pueden incluso consumir hasta litro y medio al día.
El aporte aproximado de kilocalorías (Kcal) de 445 ml. de refresco es de 187, que cubre casi el 10 por ciento del aporte de energía en una dieta estándar de 2000 kcal. Su consumo puede representar casi nueve cucharaditas de azúcar y se considera como factor de riesgo para el desarrollo del sobrepeso y la obesidad, los que predisponen a padecer diabetes melllitus tipo 2 e hipertensión arterial, enfermedades metabólicas que presentan altos índices en Yucatán.
Héctor Infanzón, nutriólogo e integrante del grupo académico “Hablemos Claro” de la Universidad Iberoamericana, afirmó que el consumir refrescos embotellados en exceso aumenta en un 60 por ciento el padecer obesidad y un 30 por ciento el ser diagnosticado con diabetes mellitus tipo 2.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), no se recomienda consumir por día más de 50 gramos de azúcar, es decir, 10 cucharaditas cafeteras.
“Consumir una bebida azucarada de 355 ml., gaseosa o no gaseosa, significa consumir alrededor de siete cucharaditas de azúcar. Las aguas frescas también pueden proporcionar más azúcar que la que nos recomienda la OMS”, aseveró el educador en diabetes por la Universidad La Salle México.
Refrescos light
Dijo que si bien, las bebidas light –o bajas en calorías– y los sustitutos de azúcar, se han posicionado como una opción viable para el consumidor debido a que se obtiene el mismo sabor con menor cantidad de azúcar, existe un gran desconocimiento sobre estas bebidas bajas en calorías debido a que algunos consumidores las ven como “fórmulas mágicas” para perder peso.
“Debemos entender que las bebidas light o sin calorías no hacen magia: si en el cine pedimos palomitas grandes con extra mantequilla, nachos con queso, un helado y un refresco sin azúcar, lo light no hace que ‘desaparezcan’ las calorías de los otros alimentos. La clave está en el control de porciones”, explicó Héctor Infanzón. Sipse
El nutriólogo aclaró que las bebidas bajas en calorías no hacen que se pierda peso por sí solas y tampoco previenen la obesidad ni la diabetes tipo 2.
“Estas bebidas lo que si pueden hacer, es formar parte de un plan de alimentación saludable que incluya porciones adecuadas de todos los grupos de alimentos y actividad física para las personas que buscan un estilo de vida saludable”, apuntó.
Agregó que consumir sustitutos de azúcar sin calorías, puede ser una herramienta útil en un programa de pérdida de peso, siempre y cuando esté supervisado por un especialista en nutrición.
“Invitamos a los consumidores a informarse sobre temas alimenticios en fuentes con respaldo científico y a consultar a un experto en nutrición regularmente. En “Hablemos claro”, estamos orgullosos de poder ofrecer información con fundamento científico que desmitifique creencias relacionadas con la alimentación; buscamos que las personas tengan las herramientas necesarias que les permitan tomar decisiones más informadas en su día a día, por ello los invitamos a visitarnos en: www.hablemosclaro.org”, concluyó.
