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Los cazadores de tesoros, Dennis y Kem Parada, acusan al FBI de engañarlos para lograr adueñarse de un cargamento de oro perdido en la Guerra Civil.
Acompañados por decenas de agentes, los cazadores observaron el agujero vacío después de todas sus expediciones y supieron enseguida que algo no cuadraba.
Por años padre e hijo exploraron en un territorio de Pensilvania, utilizando detectores de metales, taladros y otras herramientas.
La leyenda del tesoro
La creencia dice que en 1863, en la época de la Batalla de Gettysburg, el ejército de la Unión envió un cargamento de oro desde Wheeling, Virginia Occidental, hacia Filadelfia.
El tren con la carga quiso evitar a los soldados de la Confederación. Durante el trayecto, el oro desapareció. No se sabe si fue robado o se perdió.
Los Parada, excavaron por cinco años una cueva en tierras del estado. Durante dos más hicieron perforaciones en la cueva, antes de acudir al FBI en enero.
Padre e hijo le dijeron a la organización que su detector de metales enloqueció en el sitio del oro.
El FBI contrató a una empresa para que explorara la zona. Se identificó una gran masa metálica con una densidad típica del oro, de acuerdo con los Parada y con Warren Getler, escritor y periodista que trabajó con ellos.
Por eso padre e hijo, acompañados por Getler, llegaron rodeados de grandes expectativas a la excavación el 13 de marzo. Pero nada salió como habían planeado.
Después de finalizar una excavación dispuesta por un tribunal, el FBI fue con los cazadores a un sitio cubierto de nieve y les preguntaron que veían. Los hombres observaron y no había nada que pareciese un metal.
“Fue un papelón”, explicó Dennis Parada en su primera entrevista desde la publicitada excavación del invierno pasado.
“Nos llevaron allí y nos hicieron quedar mal. Como si nos hubiésemos equivocado”, dijo.
Otras versiones
Vecinos de la zona aseguran que por la noche el FBI siguió las excavaciones. También afirman que vieron caravanas de vehículos saliendo del lugar. Todo el caso generó sospechas de que la organización no decía la verdad.
Los cazadores llegaron a los tribunales cuestionando la versión del FBI aseguran que había algo bajo la tierra en Dents Run.
Los Investigadores aseguraron que no se encontró nada y que el trabajo que se hizo estuvo vinculado con un proyecto en curso. El organismo no hizo más comentarios y una portavoz declaró la semana pasada que los documentos del caso están cerrados.
La disputa entre los Parada y el FBI puede sumarse a un nuevo capítulo del misterio que rodea a la leyenda del tesoro perdido. AP