Mientras el matrimonio igualitario está por ser discutido en el Congreso estatal, personas como Juan y Ricardo esperan que los diputados tomen en cuenta los múltiples argumentos jurídicos de organismos nacionales e internacionales y den el sí, para que a su vez, ellos puedan darse el sí este año y finalmente cuenten con los mismos derechos que las personas heterosexuales.
Juan Lara Sulú y Ricardo Brito Argüelles comenzaron a salir hace cuatro años, y si bien al principio no estaban muy interesados en una boda, poco a poco notaron la importancia de tener un “resguardo legal” de lo que han construido juntos. Por supuesto, la preocupación por no poder casarse como las parejas heterosexuales, también apareció.
“Si Ricardo o yo nos enfermáramos y por alguna razón la familia no aceptara la relación, podrían impedir nuestro acceso al hospital porque legalmente no somos nada. Puede afectar cuestiones de herencia, créditos… Todas las cosas que las personas heterosexuales dan por sentado, para nosotros es un reto”, explica.
Debido a que planean casarse en el 2020, ya comenzaron a informarse sobre el proceso para solicitar un amparo ante los juzgados federales. De acuerdo con Lara Sulú, ellos tienen una ventaja: Ricardo es abogado, por lo tanto no tendrán que desembolsar alrededor de 10 mil pesos como otras parejas homosexuales yucatecas para llevar a cabo el trámite.
Sin embargo, considera que es alto el costo para que dos personas del mismo sexo se casen, pues implica realizar muchas diligencias y por supuesto, el precio no se compara a los 500 pesos que gastaría una pareja heterosexual para unirse en matrimonio. “Ellos se pueden casar sin ningún impedimento, nosotros tenemos que hacer un mayor gasto y no es fácil el camino. ¿Y las personas de escasos recursos o que no tienen acceso a un abogado? ¿Cómo le hacen?”, externa.
La Jornada Maya
