Riley Gaines es una nadadora graduada en la Universidad de Kentucky, quien ante un Subcomité de la Cámara de Representantes en Virginia testificó para expresar su descontento por competir ante la nadadora transgénero Lia Thomas, a la par de respaldar un proyecto del estado llamado ‘Equidad en los Deportes Femeninos’.
Gaines expuso su testimonio con la intención de confrontar a los organizadores de los deportes universitarios de Estados Unidos (National Collegiate Athletic Association, NCAA), y a la propia Thomas, bajo el argumento de que la participación de la nadadora transgénero rompe las reglas del deporte, pues previamente compitió con hombres y no destacó.
“El 17 de marzo del año pasado mis compañeras y yo, y otras nadadoras de otras universidades, fuimos obligadas a competir contra un hombre biológico llamado Lia Thomas, […] quien compitió como hombre durante tres años en la Universidad de Pennsylvania.
“Vimos desde fuera de la piscina cómo Thomas ganaba el título de 500m libres derrotando a las atletas femeninas más impresionantes y consolidadas del país, incluyendo a mujeres que tenían récords nacionales y olímpicos, y considerando que el año anterior Thomas como máximo estaba en el ranking de los mejores 400 del país en categoría masculina.
“Thomas y yo competimos en los 200 estilo libre y terminamos empatadas, incluso en centésimas de segundo. Como sólo había un trofeo, la NCAA me dijo que no me llevaría ningún trofeo porque se lo iban a dar a Thomas. Me dijeron que yo sólo tendría uno para las fotos, las políticas de la NCAA lo que han hecho es excluir a las deportistas femeninas.
“Me quedé sorprendida, me sentí traicionada y humillada, reducida a una sesión de fotos. Mis sentimientos no importaron, lo que le importó a la NCAA eran los sentimientos de un hombre biológico.
“A pesar de que la NCAA afirma que actuó en nombre de la inclusión, sus políticas terminaron por excluir a atletas femeninas”.
Por otra parte, Riley Gaines relató la incomodidad de compartir vestuario con Thomas, de quien recordó que cuando participó con hombres nunca logró situarse entre los 100 mejores.
“Esto no es todo, además de haber sido forzadas a renunciar a nuestros premios, títulos y oportunidades, la NCAA nos obligó a compartir el vestuario con Thomas, un hombre de 22 años que mide 1.90 y aún mantenía sus genitales masculinos. Permítanme ser clara: no se nos advirtió esto ni se nos preguntó por nuestra aprobación.
“Puedo confirmar la extrema incomodidad dentro del vestuario cuando te dabas la vuelta y veías a un hombre mirándote cómo te desvestías mientras él se desnudaba”, declaró Gaines sin contener el llanto.
Gaines, quien mientras estudiaba su carrera en la Universidad de Kentucky, fue campeona múltiple de NCAA y una de las nadadoras más rápidas de todos los tiempos en estilo mariposa, agregó que hay muchas más historias como la que relató.
“Lamentablemente nuestra experiencia no es única, el número de atletas femeninas a quienes se les han negado oportunidades, que han sido traumatizadas o heridas por políticas que animan a promover la inclusión, crece a ritmo alarmante en este país.
“Es simplemente inaceptable y la integridad de los deportes femeninos se ha perdido”, puntualizó.