Nuevos fósiles de un tiburón parecido a una raya, el Protospinax annectans, demuestran que los tiburones ya estaban muy evolucionados en el Jurásico Tardío.
Este es el resultado de un reciente estudio realizado por un grupo internacional de investigación dirigido por el paleobiólogo Patrick L. Jambura, del Departamento de Paleontología de la Universidad de Viena, que acaba de publicarse en la revista Diversity.
Los peces cartilaginosos (tiburones, rayas y peces rata) son un grupo evolutivamente muy antiguo de animales que ya vivían en la Tierra antes de los dinosaurios, hace más de 400 millones de años, y han sobrevivido a las cinco extinciones masivas. Sus restos fósiles se pueden encontrar en grandes cantidades en todo el mundo, aunque normalmente sólo quedan los dientes, mientras que el esqueleto cartilaginoso se descompone junto con el resto del cuerpo y no se fosiliza.
En el archipiélago de Solnhofen, un "Konservat Lagerstätte" de Baviera (Alemania), se han conservado restos óseos e incluso huellas de piel y músculos de vertebrados del Jurásico Tardío (incluidos peces cartilaginosos) gracias a unas condiciones especiales de preservación. El equipo de investigadores aprovechó esta circunstancia para examinar más de cerca el papel, hasta ahora poco claro, de la especie ya extinguida Protospinax annectans en la evolución de los tiburones y las rayas, también con la ayuda de pruebas genéticas modernas.
"Protospinax tenía características que hoy se encuentran tanto en los tiburones como en las rayas", explica en un comunicado Patrick L. Jambura, autor del estudio. Protospinax vivió hace unos 150 millones de años y era un pez cartilaginoso de 1,5 m de longitud, aplanado dorsoventralmente, con aletas pectorales expandidas y una prominente espina dorsal delante de cada aleta dorsal. Aunque se conoce por fósiles bien conservados, la posición filogenética de Protospinax ha desconcertado a los investigadores desde que se describió por primera vez en 1918.
"De particular interés", continuó Jambura, "es si Protospinax representa una transición entre los tiburones y las rayas como un 'eslabón perdido' - una hipótesis que ha ganado considerable atractivo entre los expertos en los últimos 25 años." Otra posibilidad es que Protospinax fuera un tiburón muy primitivo, un antepasado de las rayas y los tiburones, o un antepasado de un determinado grupo de tiburones, los Galeomorphii, entre los que se encuentra el actual gran tiburón blanco; todas ellas son ideas apasionantes cuya plausibilidad han aclarado ahora los científicos.
Incorporando los últimos hallazgos fósiles, Jambura y su equipo internacional reconstruyeron el árbol genealógico de los tiburones y rayas actuales utilizando datos genéticos (ADN mitocondrial) e integraron grupos fósiles -incluido el Protospinax annectans- utilizando datos morfológicos. Los resultados del análisis fueron sorprendentes: Protospinax no era ni un "eslabón perdido", ni una raya, ni un tiburón primitivo, sino un tiburón muy evolucionado.
"Tendemos a pensar en la evolución como un sistema jerárquico, en forma de escalera, en el que los grupos más antiguos están en la base, mientras que los humanos, como especie muy joven en la historia de la Tierra, están en la cima. Sin embargo, en realidad, la evolución nunca se ha detenido ni siquiera para estos representantes primitivos, sino que siguen evolucionando día a día mediante cambios en su ADN, igual que nosotros. Sólo así han podido adaptarse a entornos en constante cambio y sobrevivir hasta nuestros días", afirma Jambura.
(EUROPA PRESS)