El mandamás de Grupo Alfa está molestó con la 4T. Armando Garza Sada manifestó en las últimas horas opiniones muy duras respecto al negocio entre Iberdrola y CFE anunciado ayer martes, que le confiere a la empresa estatal el control del 48% de la electricidad que se genera en Nuevo León. El magnate ya hace comparaciones con el chvismo venezolano y advierte de riesgos en diversos sectores de la economía.
Garza Sada comenta en privado diversas situaciones propias y de otros integrantes del Grupo de los 10 en Venezuela. Bajo esa retórica, Andrés Manuel López Obrador trazó un camino similar al del chavismo tropical: primero fuerte crítica pública a la empresa privada, luego hostigamiento judicial o regulatorio y finalmente, venta de la empresa a un agente estatal.
Al igual que el dueño de Alfa, otros industriales regios recordaban ayer martes sus conversaciones con el CEO de Iberdrola Ignacio Sánchez Galán hace tan solo dos años: el ejecutivo pasó de hablar de inversiones en México por 70000 millones de dólares a prácticamente dejar su posición en el país.
Un caso similar al del titular de JP Morgan, Jamie Dimon, que al inicio del sexenio en una cena en Nueva York le dijo a los hombres de negocios de Nuevo León que era optimista respecto al rumbo de México pero en febrero del 2021 cerró sus oficinas en CDMX y San Pedro Garza García y le traspasó el negocio a BBVA.
Relatos y escenarios que van cimentando la percepción en el gran capital de que Morena puede tener un cierre de sexenio muy turbulento debido a que los criterios de seguridad jurídica se vuelven difusos.
El dueño de Alfa cree que esta conducta de la 4T va en ascenso en el tramo final del gobierno de López Obrador y se manifiesta en diversos rubros de la economía: la ley minera que pone en foco las concesiones a privados, la creación de una aerolínea de cabotaje operada por Sedena, las regulaciones en favor del Banco del Bienestar, la puesta en duda de las concesiones de los grupos aeroportuarios y, más reciente, una iniciativa que avala nacionalizaciones con un criterio bastante amplio.
Desde ya, como es de esperarse, el trasfondo del malestar también es económico porque tras la venta de las plantas de Iberdrola en Nuevo León se configura un monopolio en el suministro de energía lo cual implica que esta se va encarecer.
La Política Online