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MÉRIDA (Notimex).- El centro cultural ‘El Olimpo’ sobrevivió gracias a los meridanos que frustraron las intenciones de autoridades de convertirlo en estacionamiento y oficinas gubernamentales. Ahora es referente obligado de las artes plásticas, teatro, música y diálogo cultural.
Artistas emblemáticos como Francisco de Goya y Lucientes, Pablo Picasso, Rembrandt, Renoir, dan cuenta de la importancia que tiene el inmueble para la sociedad meridana que cooperó con recursos para su rescate y conservación.
Enclavado en el corazón de Mérida, “El Olimpo” es también un centro de enseñanza con su planetario “Arcadio Poveda Ricalde”; su videosala y su auditorio donde se realizan encuentros internacionales como los de la Agenda 21 de la Unesco.
Entre las muestras emblemáticas han figurado una de poesía, literatura y pintura en las colecciones de arte ‘Ut Pictura Poesis. Rafael Alberti, Eduardo Naranjo y Federico García Lorca’; ‘Goya y Dalí: Capricho Surrealista’ y ‘Mitológicas. Aguafuertes del siglo del siglo XVI al XIX’.
Otras exposiciones han sido ‘Rembrandt, lo divino y lo humano’; tres lenguajes cromáticos con las obras de Rubén Calderíuz, Enrique Trava y Ralf Walter, los hermanos Pedro y Rafael Coronel, entre otros.
El director municipal de la Cultura, Irving Berlín Villafaña, recordó los 15 años en que miles de personas han disfrutado de las propuestas de artistas internacionales y nacionales, en actividades tan diversas como la música con un concierto de clavecín a cargo de Carl Fudge.
Hace poco más de 15 años, este recinto se inauguraba, al tiempo que los meridanos celebraban como la primera Capital Americana de la Cultura y con ella se convertía en un espacio para la presentación de los coros ‘Hand Bell Group’ de Corea del Sur y de la Universidad de Iowa, Estados Unidos.
Autores como Francisco de Goya y Lucientes, Pablo Picasso, Rembrandt, Renoir y otros renombrados exponentes de las artes plásticas y en la actualidad la muestra El Cuerpo del Museo Soumaya, son ejemplo de la su importancia.
Hoy en día, explicó Berlín Villafaña, es sede las temporadas Olimpo Cultura, donde cientos de artistas presentan obras de estreno apoyados con los Fondos Municipales para las artes escénicas, la música y las artes plásticas.
Pero la sede de ‘El Olimpo’, ubicado en el costado norte del Palacio Municipal de Mérida -edificado en el siglo XVIII-, fue en algún tiempo una de las edificaciones coloniales que se construyeron con los despojos de la antigua ciudad de Th´o.
Refirió que la sede actual de ‘El Olimpo’ fue una casa propiedad de Francisco Avila de dos plantas: la baja tendría siete puertas que conducían a una crujía, un corredor y el patio central.
“En 1792 la fachada tenía en sus dos niveles portales compuestos por 13 arcos sostenidos por columnas de piedra de estilo toscano, y estaba rematada por un campanario compuesto por un pequeño arco conopial’, indicó.
Fotografías de la época muestran que ese predio era mucho más grande que el Palacio Municipal, el cual tiene 10 arcos en cada piso, todos del mismo estilo. ‘El Olimpo’ ocupaba dos mil 227 metros cuadrados, con una superficie de cuatro mil 473 metros cuadrados.
“A finales del siglo XIX surgió el nombre de El Olimpo, el cual correspondía a un restaurante que funcionó en ese amplio edificio. En 1900 todo el predio tenía fines comerciales, ya no era casa-habitación’, comentó.
Sus espacios inferiores fueron ocupados por establecimientos de distintos giros, y en los portales había puestos semifijos y comerciantes ambulantes. En la planta alta funcionaba el Centro Español de Mérida, así como dos salas de billar.
En ese entonces el propietario del Olimpo era el ex gobernador Manuel Cirerol Canto. Durante ese tiempo el predio sufrió otra modificación. En la planta alta cerraron los espacios entre las columnas que daban a la calle y las que miraban al patio central.
Otro cambio importante vino 19 años después. El predio fue cortado en su esquina para formar un chaflán. Esta misma medida se aplicó en otros inmuebles ubicados en esquinas, su fin era mejorar la visibilidad de los conductores de calesas y automóviles.
Esa construcción fue demolida durante el gobierno del alcalde Efraín Ceballos Gutiérrez (1974-1975) cuando el gobernador era Carlos Loret de Mola Mediz.
Los primeros golpes de mazo se dieron en la madrugada del 29 de octubre de 1974, cuando esa construcción estaba en manos de tres personas que compartían la propiedad, una de ellas fue José Habib Francis.
Las autoridades municipales adujeron un riesgo inminente dado el deterioro del edificio, mientras que los propietarios señalaron presiones para que el terreno se usara como estacionamiento.
Las primeras gestiones para recuperar ‘El Olimpo’ se dieron en junio de 1991, como parte del programa de obra pública, con una duración de ocho meses y recursos del erario municipal. El edificio sería una ampliación del Palacio Municipal, serviría para oficinas públicas.
Tres meses después, en visita al palacio municipal, el presidente Carlos Salinas ofreció colaborar en el proyecto y asistir a los eventos conmemorativos por el 450 aniversario de Mérida.
Empero, fue en los primeros meses de 1996 cuando el historiador yucateco Silvio Zavala Vallado, anunció una cruzada a favor de conservar el patrimonio arquitectónico de Mérida, en particular lo referente a construir el nuevo Olimpo.
El nuevo edificio no sería para oficinas, sino que albergaría al ‘Centro Cultural Municipal’. Tendría auditorio, sala de juntas, biblioteca computadorizada con Internet y un planetario.
El 6 de enero, después de la sesión del Cabildo con motivo del 455 aniversario de la fundación de Mérida, se colocó la primera piedra del edificio, en la cual se leía la inscripción ‘Centro Cultural de Mérida Olimpo’.
En esas ceremonias participó el historiador Silvia Zavala Vallado, quien en la víspera había dicho que la construcción del nuevo Olimpo redituará a Mérida la imagen de un pueblo activo, que está preocupado por preservar la belleza que también le ha distinguido.
Además, expuso que la Plaza de la Independencia es una de las más bellas del país y que, con el nuevo edificio, tendría mayor realce.
En su discurso ante el Cabildo, señaló que la construcción del nuevo Olimpo era un adelanto cultural más de Yucatán y que la obra se debía al espíritu cívico de los yucatecos, el cual “desafía a la crisis económica que frecuentemente es invocada para detener los empeños culturales”.
Decenas de personas que asistieron a ese acto entregaron los primeros donativos, en efectivo y en especie, para la construcción, como bloques.
Amas de casa, niños, estudiantes y obreros de colonias de esta ciudad y de las comisarías fueron los primeros contribuyentes espontáneos.
En esa ceremonia también participaron el arzobispo emérito Manuel Castro Ruiz y representantes de agrupaciones empresariales y de las fuerzas armadas, así como personas relacionadas con la cultura y el arte locales.
Ante ellos, el compositor Armando Manzanero externó su orgullo por ese importante acto y consideró que las autoridades escogieron bien al invitarlo para poner la primera piedra “porque mi abuelo fue albañil… y mi padre trovador en este lugar y mi madre bailaba jarana”.
El 6 de enero de 1999, al cumplirse 457 años de la fundación de la ciudad, se inauguró el Centro Cultural de Mérida El Olimpo, en el cual ya se habían invertido 9.5 millones de pesos y todavía faltaba terminar su equipamiento.
Ante las autoridades civiles, eclesiásticas y militares presentes, Silvio Zavala dijo que ese inmueble estaba llamado a propiciar las actividades culturales y artísticas propias del municipio y su proyección al exterior, así como a seguir recibiendo el patrimonio cultural y artístico de Yucatán.
Arriba junto a la Biblioteca Virtual hay tres salas para exposiciones, de las cuales una lleva el nombre del escritor y poeta Fernando Espejo Méndez, además de un jardín y un espejo de agua alrededor del domo del Planetario.
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