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Especialistas de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) detectaron, por vez primera en la historia epidemiológica del Estado, los causantes de la micobacteriosis, enfermedad transmitida a seres humanos por gérmenes oportunistas, la cual provoca cuadros similares a la tuberculosis.
El investigador de la máxima casa de estudios, Alberto Vargas González, destacó la importancia de la identificación de estos microorganismos, por lo que se explica el motivo por el cual en muchas ocasiones no logran desarrollar completamente la tuberculosis, a pesar de tener los síntomas.
Aclaró que el mal propagado por micobacterias ambientales, es decir, gérmenes que están dispersos en el entorno natural, cuyos infectados pertenecen a diversas zonas de la entidad.
“En algunas personas provocan diversas patologías, con un parecido a la tuberculosis o a la lepra, pero en el caso de Yucatán, los efectos son similares a la primera enfermedad”, abundó.
Aclaró que como parte de un estudio sobre la presencia y distribución de bacterias atípicas en las zonas ganadera, agrícola, maicera, costera, metropolitana, henequenera y la selva caducifolia de la entidad se logró este hallazgo médico fortuito.
“La importancia del hallazgo radica en que no existen registros previos en Yucatán de estos microorganismos que afectan de esta manera a los seres humanos”, acotó el responsable del Laboratorio de Microbiología del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” de la Uady.
Afirmó que “es una primacía mundial porque hay algunas bacterias ambientales que afectan al humano, en la piel u otras partes del cuerpo, pero que presenten cuadros similares a tuberculosis pulmonar, no ha sido reportado”.
Estableció que se recibieron muestras de pacientes que presentaron alrededor de un 40 por ciento de resistencia a antibióticos de primera generación para el tratamiento de la tuberculosis.
“Comenzamos a ver que realmente no todas las bacterias que estaban enfermando a las personas, de las cuales tres de cada cinco casos eran Mycobacterium tuberculosis”, subrayó.
Indicó que por ende, los antibióticos de primera elección no afectan a estas bacterias, por lo que las personas no se aliviaban.
“No es que fueran drogorresistentes, sino que los antibióticos usados no eran específicos para estas micobacterias”, apuntó.
Recordó que a partir de este hallazgo, los especialistas desarrollaron la línea de investigación en este tipo bacterias ambientales, con el propósito de conocer de dónde provienen y cómo se transmiten a la población, detectado dos tipos.
“Con base en los expedientes clínicos, se encontró que había gente que era asidua a cenotes, aguadas, baños de piscina, tratamientos de mesoterapia, etcétera. Esos eran los puntos donde las personas se infectaban, por lo que decidimos empezar a estudiar el agua, ver qué micobacterias atípicas se podían aislar y por qué las personas que acudían al Hideyo Noguchi manifestaban esos síntomas”, indicó. Yucatán Ahora