Envolturas, filtros saborizados para tabaco y hasta
hamburguesas, son algunos métodos que utilizaban los jíbaros -como se conoce a
los vendedores minoristas de droga o dealers en Colombia y Venezuela-
para traficar estupefacientes en centros estudiantiles de todo el país
cafetero. Así lo reveló la Fiscalía General de la Nación tras la captura de 328
personas dedicadas al microtráfico en 17 ciudades.
De acuerdo a Infobae, en los últimos días se llevó a cabo un
operativo conjunto entre la Fiscalía, la Policía y el Ejército en al menos 17
zonas de todo el territorio nacional, para desarticular organizaciones
dedicadas a la distribución de marihuana, éxtasis y cocaína, entre otros
productos ilegales, sobre todo alrededor de instituciones educativas.
Se realizaron 266 diligencias de registro y 18 allanamientos
en los departamentos de Santander, Tolima, Bolívar, Risaralda, Boyacá, Quindío
y Atlántico, que logró impactar a 68 colegios y 9 universidades del país.
Además de las incautaciones, fueron detenidas 328 personas, entre las que
figuran vinculados al ELN y a las disidencias de las FARC.
El método que más llamó la atención de las autoridades fue
detectado en Atlántico, en la costa Caribe de Colombia, donde los
traficantes empacaban cocaína en papeletas que simulaban contener sal y
que eran enviadas a domicilio a la puerta de los clientes como parte de
"combos de hamburguesas" para no levantar sospechas.
"De esta manera era entregada la cocaína con las
hamburguesas y mimetizada la coca en la sal para el consumo", dijo en
rueda de prensa el fiscal general, Néstor Humberto Martínez. Así
comercializaban la droga en Barranquilla y su área metropolitana, con la
complicidad de taxistas y mototaxistas que eran los encargados de distribuir
los pedidos.
Pero el alimento no es el único método usado por los
mafiosos para camuflar la droga. También usaban envolturas de dulces y filtros
saborizantes para tabaco, en los que ocultaban cigarrillos de marihuana. Los
pedidos y entregas eran coordinados vía WhatsApp o por llamadas telefónicas,
especialmente por estudiantes de Bogotá.
Las autoridades describen que de esta forma llegaron
"al corazón de redes de producción, transporte y distribución de la
marihuana que se vende en entornos educativos, droga que salía camuflada en
encomiendas o equipaje desde Cauca, enviada a Boyacá y desde allí era
distribuida a distintos departamentos del país", dijo la Fiscalía.
En el operativo se destaca la desarticulación de una organización
que delinquía durante más de 10 años en una zona del centro de la capital
conocida como "La Pola", rodeada por varias universidades y, por
tanto, de un conjunto de edificaciones de apartamentos construidos
especialmente para arrendarlos a estudiantes.