(apro).- “Ni en Nueva York me trataron así como aquí, en mi mismo México”, se quejó Ricarda García Merino, artesana textil originaria de la comunidad de San Juan Colorado, quien durante tres horas fue retenida por personal del Servicio de Administración Tributaria (SAT) en la aduana del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), para obligarla a pagar impuestos por las prendas que ella elaboró.
Los funcionarios del SAT exigieron a la indígena mixteca a pagar 3 mil 706 pesos de impuestos por ropa valorada en 950 dólares, según consta en el acuse de recibo. Y amagaron con retener la maleta con sus creaciones si se negaba a cubrir la cuota solicitada.
A través del Departamento de Asuntos Comunitarios, el consulado invitó a la mixteca Ricarda García a participar en la exhibición de artesanías de mujeres oaxaqueñas en Nueva York, pero a su regreso al país fue víctima de discriminación y abuso de poder.
Las actividades se realizaron del 10 al 16 de septiembre de 2021, de acuerdo con la carta firmada por el jefe del Departamento de Asuntos Comunitarios del Consulado General de México en Nueva York, Gerardo Izzo Rivera, y para ello Ricarda García llevó prendas que ella misma elaboró con telar de cintura.
También llevó vestimentas tradicionales que realizan las artesanas de su población, a fin de ayudarlas para que su trabajo fuera conocido, además de obtener un ingreso por la venta de sus prendas.
Entrevistada por el periodista Juan Carlos Zavala, de El Universal, la mujer puntualizó: “Eran exposiciones donde varias expusimos nuestras prendas. Yo estoy agradecida porque en base a eso damos a conocer nuestras prendas y conocemos nuevos clientes; eso es lo que nosotros hacemos.
“Esperamos que no sea la primera ni la última vez. Yo quisiera que hubiera personas que nos inviten y nos tomen en cuenta como artesanas porque nosotras nomás a eso nos dedicamos”, agregó.
Su calvario lo vivió al regresar a México, donde se enfrentó con la discriminación y el abuso de poder de las autoridades del SAT en la aduana del AICM.
“Ya de regreso me dio mucha tristeza y mucho coraje también porque en la aduana, como yo traía varias cositas que nos regalaron, la gente que se consideró de nosotros nos regaló varias ropitas usadas, zapatos usados. Yo por el interés de ayudar a mi familia, traía todo eso en mis maletas”.
Ricarda trató de convencer a los funcionarios del SAT de que las prendas eran suyas, que podía comprobar que ella las elabora, que les podía mostrar su credencial que la acredita como artesana, expedida por el gobierno de Oaxaca, así como la carta invitación que recibió del consulado.
Sin embargo, dijo, “les valió; en la aduana me trataron muy mal, y pues estoy muy sentida por lo que ya ni en Nueva York me trataron así, como aquí. Yo soy mexicana y siempre he participado en las expos. Soy solamente artesana”.
Y pidió al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que pare estos abusos, malos tratos y discriminación de los funcionarios del SAT y de la aduana en la Ciudad de México.
“Yo pido que tome cartas en el asunto. Que ya no vuelva a pasar eso, porque las pobres personas que más necesitan son a las que más chingan y no es justo”, finalizó.