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“Yo invito a todos los mexicanos a no subirse a ese Tren, por su vida”, alertó Rodrigo Medellín, investigador del Laboratorio de Ecología y Conservación de Vertebrados Terrestres del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), respecto a las particulares condiciones del Tramo 5 del Tren Maya, que correrá de Cancún a Tulum.
En entrevista con EL UNIVERSAL el biólogo afirmó, contundente, que una vez que entre en operación en ese tramo, el Tren Maya muy probablemente costará vidas humanas, debido a la improvisación del proyecto, su mala construcción, la premura para llevar a cabo las obras y, fundamentalmente, por la inestabilidad del suelo kárstico, poroso y suave, por donde pasará un ferrocarril de pasajeros y de carga.
“Lo hemos dicho desde el inicio de las obras. Esto es: La crónica de una tragedia anunciada. Va a haber muertes de seres humanos en ese tren. Va a haber problemas mucho más profundos que el que el tren tenga demoras de seis u ocho horas (…)
“Cuando pase el tren por ahí, tarde o temprano se van a caer los pilotes, el tren, los pasajeros y todo, con el resultado de que habrá muerte de seres humanos ahí. Entonces, yo invito a todos los mexicanos a que no se suban a ese tren por su vida, por su vida. Si valoran su vida, no toquen ese tren, no es un tren seguro”, expresó, el también Doctor en Filosofía por la Universidad de Florida, Gainesville.
Medellín Legorreta se asumió profundamente sorprendido acerca de la respuesta que han recibido de los ingenieros militares involucrados en la obra, que gozan de amplio prestigio, cuando les han planteado los altísimos riesgos sobre el probable desplome del Tren, específicamente en el Tramo 5 Sur, en donde está la mayor cantidad de cenotes y cavernas dentro del trazo, interconectadas con todo un enorme sistema por donde corren los ríos subterráneos más grandes del mundo.
“Cuando nosotros les decimos –Roberto Rojo, ‘Pepe’ Tiburón (José Urbina) y toda esa gente– que la roca caliza no es una roca que soporte el peso de un tren, que se van a caer los rieles, los trenes y la gente, la respuesta que los ingenieros militares dan es colocar pilotes sobre la roca caliza.
“¿En qué cabeza cabe que el colocar pilotes va a resolver el problema de que la roca caliza se fractura fácilmente y sea una roca muy suave que se disuelve con el agua? Por supuesto que no es la solución y ya lo estamos viendo. Hay muchos pilotes que están mostrando signos de erosión e inestabilidad, que lo que van a causar es que se están cayendo y ahorita todavía no está montado el tren”, detalló.
El resultado será –insistió– que tarde o temprano el tren se desplomará con todo y gente.
Integrante de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar, con una trayectoria mundial especializada en la conservación de murciélagos y el manejo y conservación de fauna silvestre, habló también del impacto ambiental de estas obras.
“Tenemos documentadas más de 20 cuevas afectadas destruidas, perforadas e influidas por el cemento y concreto que se filtra y llega a cubrir los estratos del agua. Yo lo dije desde un principio: Van a destruir el acuífero y están destruyendo el acuífero.
“El presidente y toda la gente del Tren Maya dijeron que no iban a afectar el acuífero, y lo afectaron: el presidente dijo que no iban a talar ‘ni un solo árbol’ y son millones de árboles los destruidos. Duele el corazón cuando ves los grupos de monos que vienen en el dosel de la selva y llegan al tajo del Tren, que tiene un ancho de vía de hasta 90 metros. ¿Para qué quieres un ancho de vía de 90 metros?, porque el presidente está planeando poner mucha más infraestructura ahí”, consideró.
Medellín Legorreta señaló que los monos tienen ahora que exponerse y quedar vulnerables para cruzar la selva, con rutas aún más largas, ante la devastación cometida desde hace dos años en el trazo.
Entrevistado por separado, el guía de turistas, Elías Siebenborn, relató que en una reciente exploración a las cavernas localizadas en el Sistema Aktún T’uyul, fueron atacados por una pareja de monos, a la entrada de una de estas cuevas.
“Llegaron dos monos araña machos, tratando de ahuyentarnos, de una forma inusual. Llegaron re enojados, iracundos; hicieron vocalizaciones que nunca había escuchado en monos araños y he visto cientos de grupos de ellos.
“Nos estaban como cazando. Nos aventaron madera y ramas. Quebraban las ramas, muy agresivos y nos las aventaban. Creemos que es resultado de las obras, que han fragmentado su hábitat. Estaban muy alterados. Fue eso, hace como dos semanas. Son de los impactos ambientales que no se han estudiado y consecuencia de la intervención de su hogar”, dijo Siebenborn, quien lleva dos años documentando los avances del megaproyecto en el Tramo 5 Sur.
Socialmente hablando, Medellín sostuvo que tampoco había necesidad de construir un tren; que “la obra faraónica” de López Obrador no está justificada ante la magnitud de sus impactos ambientales y sociales; que los empleos prometidos durante la operación del ferrocarril, serán mal pagados y los de menor nivel para los habitantes locales, lo que en conjunto implica replicar el modelo de desarrollo tan criticado por la llamada Cuarta Transformación en la Península de Yucatán.
“Yo no soy vocero de las comunidades indígenas, ni nada que se le parezca, pero es una realidad, dicha por ellos mismos, que no quieren el Tren, pero los han orillado a aceptarlo a la fuerza bajo la amenaza de quitarles los apoyos a los jóvenes construyendo el futuro, a los sembrando vida y a los adultos mayores, como represalia si no colaboran.
“No hay nada de diferente entre este gobierno y las peores prácticas del PRI y del PAN en el pasado. Estamos acabando con el futuro de México que, es brillante, sí y solo sí, se desarrolla con sustentabilidad verdadera. La Península de Yucatán tiene todo lo necesario para ofrecer experiencias únicas al turismo. No necesitaba un tren, cuya inversión ha sido absurda. Más del doble del costo original”, manifestó.
EL UNIVERSAL