Noticias de Yucatán
Antes de que regresara a su país, el secretario general de la Red de Instituciones Nacionales para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos del Continente Americano, Rolando Villena Villegas, hizo un balance sobre esta pregorrativa en esta región del Continente y cree que en la pirámide de calificación de 1 al 10, “estaría tronada”.
“En América estamos en un cinco o un poquito más, pero estamos reprobados en el respeto a los derechos humanos”, enfatizó en una entrevista en el marco de la 12a. Conferencia Internacional de las Instituciones Nacionales de Protección y Promoción de los Derechos Humanos, que concluyó anteayer en Mérida.
“Hay un rezago tremendo de los derechos humanos y esta concultación son en los derechos económicos, políticos y civiles”, explicó Villena Villegas. “Ninguna ciudad de la región podría decir, como en las grandes capitales, que es segura; son muy semejantes en los niveles que vive México”.
El ombudsman boliviano dijo que los países sudamericanos enfrentan graves problemas de trata de personas, principalmente menores de edad, que son víctimas sexuales; elevada corrupción en el sistema judicial, hay procesados en las cárceles que ya rebasaron los términos de la ley para recibir una sentencia o su libertad, violencia contra los jóvenes que exigen una mejor calidad de vida y hay detenciones de muchachos por su simple apariencia, lo que es gravísimo porque eso demuestra que la presunción de inocencia no se cumple.
Señaló que los países sudamericanos están en una etapa de asumir grandes retos, reconoce que hay grandes avances y la mayoría de los países son estados garantes, pero esto no quiere decir que se estén cumpliendo las normas sobre los derechos fundamentales del ser humano.
“En parte hay grandes procesos de cambio que estamos experimentando, pero uno de los temas que más preocupa en la región sudamericana, y del cual no está exento Mesoamérica es la violencia que sufren las mujeres y las niñas”, destacó. “Este escenario es muy sensible en mi país (Bolivia) que es el más inseguro para las niñas. Hay índices elevadísimos de violencia sexual que nos ha llevado a situaciones inadmisibles. No se puede seguir aceptando este tipo de acciones porque está desestructurando de manera desgarradora a nuestras familias, el tejido social está hecho trizas por esa situación”.
El doctor Villena afirmó que ante este panorama, él y otros colegas de su país han asumido la defensoría de las víctimas para que alcancen la justicia y que los derechos no sólo queden en buenos deseos.
“Quiero decir claramente que la justicia en lo conceptual sí es muy buena, pero en la práctica sólo queda en un buen deseo”, enfatizó. “Desafortunadamente los niveles de corrupción en la justicia ha llegado a niveles alarmantes porque en realidad la justicia en la región se ha caracterizado, no tanto por su prestigio ni por la academia avanzada que tiene, sino porque ha sido contaminada. Esto está llevando a situaciones francamente intolerables porque está concibiendo a la justicia no como un derecho, sino como un botín”.
“Estamos viendo que no se penaliza el delito, sino que se penaliza al pobre”, reiteró. “Las cárceles están repletas de gente que todavía está esperando una sentencia y se han pasado los límites de las normas para que tenga acceso a la justicia”.
—De tal manera el panorama en derechos humanos es incierto, pero también hay un potencial extraordinario que está surgiendo de las mujeres, particularmente de las indígenas que juegan un rol protagónico, y de los jóvenes que vemos en los movimientos, no obstante la violencia que enfrentan”.
Señaló que para contrarrestar los movimientos juveniles, la autoridad los estigmatiza porque no tienen experiencia y los califica de sospechosos nada más por sus apariencias. Eso es un gravísimo problema precisamente contra la presunción de inocencia, que quedó rezagada, lo que se hace es todo lo contrario debido a que se presume la culpabilidad antes de que la víctima sea al menos escuchada.
“Estos rasgos característicos en la región están generando que la gente se sienta más cada vez más frustrada en términos de lograr verdaderos niveles de acceso a la justicia y a un verdadero juicio”, expuso.
Dijo que hay países como Perú y su natal Bolivia donde el tema de los pueblos indígenas es muy fuerte y muy impactante y hay una grave contradicción, pues los países andinos y sudamericanos están apostando a un desarrollo a ultranza a costa de violentar los derechos humanos, y es un escenario que va en contra de las aspiraciones y los objetivos del Milenio hasta 2030.
“Hacemos votos para que no sólo sean buenos deseos”, recalcó. “Yo diría que la preocupación como indicador no es tanto que no queden atrás los países: el grave problema cuando vemos nuestra historia con este pueblo latinoamericano que camina y soporta injusticias, vemos dos flancos y los más débiles están en los flancos. El problema es que la gente sólo llegará en dos o cuatro años, ya no dará más, y estamos hablando de millones de pobres sin acceso a la justicia, invisibilidad hacia las mujeres y los niños, una acentuada migración, tráfico de personas y trata sexual”.
Con ironía, el ombudsman latinoamericano dijo que está tan minada la situación que todos hablamos de la trata, pero nadie es tratante; se habla de la corrupción, pero nadie es corrupto.
Cárceles llenas de personas que no reciben sentencia
El considera que América Latina está reprobada en respeto a las garantías individuales.
El ombudsman boliviano Rolando Villena Villegas, representante de los derechos humanos en el continente americano, afirma que la justicia en la región se ha caracterizado no tanto por su prestigio ni por la academia avanzada que tiene, sino porque ha sido contaminada por la corrupción.
En su opinión, ninguna ciudad de este continente podría decir que garantiza la justicia y, en muchos casos, se penaliza a las personas que menos recursos tienen.
Al abordar el problema que se vive en las cárceles de América, el especialista afirma que están llenas de personas que no tienen acceso a la justicia y llevan mucho tiempo esperando que les dicten una sentencia.
“Un problema que crece, en especial en Sudamérica, es que no se respeta la presunción de inocencia, en especial de muchachos detenidos por su apariencia”, lamenta. “Otro lastre es la invisibilidad hacia las mujeres y los niños, una acentuada migración, el tráfico de personas y la trata sexual”.
Antes de que regresara a su país, el secretario general de la Red de Instituciones Nacionales para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos del Continente Americano, Rolando Villena Villegas, hizo un balance sobre esta pregorrativa en esta región del Continente y cree que en la pirámide de calificación de 1 al 10, “estaría tronada”.
“En América estamos en un cinco o un poquito más, pero estamos reprobados en el respeto a los derechos humanos”, enfatizó en una entrevista en el marco de la 12a. Conferencia Internacional de las Instituciones Nacionales de Protección y Promoción de los Derechos Humanos, que concluyó anteayer en Mérida.
“Hay un rezago tremendo de los derechos humanos y esta concultación son en los derechos económicos, políticos y civiles”, explicó Villena Villegas. “Ninguna ciudad de la región podría decir, como en las grandes capitales, que es segura; son muy semejantes en los niveles que vive México”.
El ombudsman boliviano dijo que los países sudamericanos enfrentan graves problemas de trata de personas, principalmente menores de edad, que son víctimas sexuales; elevada corrupción en el sistema judicial, hay procesados en las cárceles que ya rebasaron los términos de la ley para recibir una sentencia o su libertad, violencia contra los jóvenes que exigen una mejor calidad de vida y hay detenciones de muchachos por su simple apariencia, lo que es gravísimo porque eso demuestra que la presunción de inocencia no se cumple.
Señaló que los países sudamericanos están en una etapa de asumir grandes retos, reconoce que hay grandes avances y la mayoría de los países son estados garantes, pero esto no quiere decir que se estén cumpliendo las normas sobre los derechos fundamentales del ser humano.
“En parte hay grandes procesos de cambio que estamos experimentando, pero uno de los temas que más preocupa en la región sudamericana, y del cual no está exento Mesoamérica es la violencia que sufren las mujeres y las niñas”, destacó. “Este escenario es muy sensible en mi país (Bolivia) que es el más inseguro para las niñas. Hay índices elevadísimos de violencia sexual que nos ha llevado a situaciones inadmisibles. No se puede seguir aceptando este tipo de acciones porque está desestructurando de manera desgarradora a nuestras familias, el tejido social está hecho trizas por esa situación”.
El doctor Villena afirmó que ante este panorama, él y otros colegas de su país han asumido la defensoría de las víctimas para que alcancen la justicia y que los derechos no sólo queden en buenos deseos.
“Quiero decir claramente que la justicia en lo conceptual sí es muy buena, pero en la práctica sólo queda en un buen deseo”, enfatizó. “Desafortunadamente los niveles de corrupción en la justicia ha llegado a niveles alarmantes porque en realidad la justicia en la región se ha caracterizado, no tanto por su prestigio ni por la academia avanzada que tiene, sino porque ha sido contaminada. Esto está llevando a situaciones francamente intolerables porque está concibiendo a la justicia no como un derecho, sino como un botín”.
“Estamos viendo que no se penaliza el delito, sino que se penaliza al pobre”, reiteró. “Las cárceles están repletas de gente que todavía está esperando una sentencia y se han pasado los límites de las normas para que tenga acceso a la justicia”.
—De tal manera el panorama en derechos humanos es incierto, pero también hay un potencial extraordinario que está surgiendo de las mujeres, particularmente de las indígenas que juegan un rol protagónico, y de los jóvenes que vemos en los movimientos, no obstante la violencia que enfrentan”.
Señaló que para contrarrestar los movimientos juveniles, la autoridad los estigmatiza porque no tienen experiencia y los califica de sospechosos nada más por sus apariencias. Eso es un gravísimo problema precisamente contra la presunción de inocencia, que quedó rezagada, lo que se hace es todo lo contrario debido a que se presume la culpabilidad antes de que la víctima sea al menos escuchada.
“Estos rasgos característicos en la región están generando que la gente se sienta más cada vez más frustrada en términos de lograr verdaderos niveles de acceso a la justicia y a un verdadero juicio”, expuso.
Dijo que hay países como Perú y su natal Bolivia donde el tema de los pueblos indígenas es muy fuerte y muy impactante y hay una grave contradicción, pues los países andinos y sudamericanos están apostando a un desarrollo a ultranza a costa de violentar los derechos humanos, y es un escenario que va en contra de las aspiraciones y los objetivos del Milenio hasta 2030.
“Hacemos votos para que no sólo sean buenos deseos”, recalcó. “Yo diría que la preocupación como indicador no es tanto que no queden atrás los países: el grave problema cuando vemos nuestra historia con este pueblo latinoamericano que camina y soporta injusticias, vemos dos flancos y los más débiles están en los flancos. El problema es que la gente sólo llegará en dos o cuatro años, ya no dará más, y estamos hablando de millones de pobres sin acceso a la justicia, invisibilidad hacia las mujeres y los niños, una acentuada migración, tráfico de personas y trata sexual”.
Con ironía, el ombudsman latinoamericano dijo que está tan minada la situación que todos hablamos de la trata, pero nadie es tratante; se habla de la corrupción, pero nadie es corrupto.
Cárceles llenas de personas que no reciben sentencia
El considera que América Latina está reprobada en respeto a las garantías individuales.
El ombudsman boliviano Rolando Villena Villegas, representante de los derechos humanos en el continente americano, afirma que la justicia en la región se ha caracterizado no tanto por su prestigio ni por la academia avanzada que tiene, sino porque ha sido contaminada por la corrupción.
En su opinión, ninguna ciudad de este continente podría decir que garantiza la justicia y, en muchos casos, se penaliza a las personas que menos recursos tienen.
Al abordar el problema que se vive en las cárceles de América, el especialista afirma que están llenas de personas que no tienen acceso a la justicia y llevan mucho tiempo esperando que les dicten una sentencia.
“Un problema que crece, en especial en Sudamérica, es que no se respeta la presunción de inocencia, en especial de muchachos detenidos por su apariencia”, lamenta. “Otro lastre es la invisibilidad hacia las mujeres y los niños, una acentuada migración, el tráfico de personas y la trata sexual”.