La momia más famosa del mundo no para de hablarnos. Pero no cuenta cualquier cosa, cuenta nuestra historia. La del ser humano, la de los europeos. Un nuevo análisis del ADN de Ötzi, el Hombre de Hielo, que vivió hace 5.300 años y que fue encontrado en 1991 por unos montañeros en el Tirol como consecuencia del deshielo de uno de sus glaciares en retroceso, ha desvelado que su estómago contenía la bacteria Helicobacter pylori, la causante de la úlcera de estómago, muy presente y común en los europeos en la actualidad.
Así lo certifica un nuevo hallazgo publicado por la revista Science que nos revela que posiblemente nuestra especie ya estaba infectada con esta bacteria desde sus orígenes. Tras el análisis de todo el ADN del contenido del estómago de Ötzi, los investigadores encontraron una cepa de Helicobacter que se encuentra principalmente en el sur de Asia Central, no en Europa.
“La secuencia que hemos encontrado en el hombre de los hielos apenas muestra indicios de la presencia de fragmentos de la cepa africana, como sí ocurre en las modernas Helicobacter pylori europeas», ha explicado Yoshan Moodley, uno de los investigadores del Departamento de Zoología de la Universidad de Venda, en Sudáfrica. «Ahora podemos decir que las oleadas de migraciones que llevaron esas Helicobacter pylori africanas a Europa no se habían producido en el momento en el que el hombre de los hielos estaba por ahí», aseguró Moodley.
¿De África? No, de Asia
La bacteria Helicobacter pylori presente en los europeos actuales es una mezcla ocurrida tras la combinación de dos cepas diferentes, una proveniente de Asia y otra de África. Esto supone que en algún momento entraron en contacto ambas poblaciones, ya que las bacterias se transmiten por lo general dentro de la familia, y que la gran migración de África a Europa se produjo tras la muerte del Hombre de Hielo.
"Había olas de migración constantemente, y por tanto se mezclaban las bacterias", ha comentado Albert Zink, director del Instituto de Momias y el Hombre de Hielo de Bozen/Bolzano en Italia, y uno de los autores principales del estudio. "No era sólo una única ola (de humanos) o dos".
De dónde somos, de dónde venimos
Científicos de todo el mundo han recibido este hallazgo con mucha esperanza, ya que nos permitirá conocer nuestra historia de forma más concreta.
Aunque Daniel Falush, de la Universidad de Swansea, no ha participado en la investigación, ha afirmado que aunque de Helicobacter pylori no se pueden realizar seguimientos de los movimientos migratorios a la perfección, los científicos están expectantes con lo que ahora pueden aprender acerca de la historia a través del ADN den nuestros estómagos. "Personalmente estoy encantado", ha confesado Falush, quien ha dirigido algunas de las principales investigaciones del Europeo Helicobacter pylori.
Descubriendo a Ötzi
El Hombre de los Hielos lleva 24 años dándonos pistas sobre nuestra evolución. Su perfecto estado de conservación ha permitido avanzar en el conocimiento del ser humanos de hace miles de años. Aunque las circunstancias de su muerte siguen siendo un misterio, se ha especulado con que murió en torno a los 45 años, de forma violenta, disparado con una flecha que le atravesó el hombro dando de lleno en la arteria principal.
De ojos castaños, comía cabra, era intolerante a la lactosa y tenía caries. Vivía en una comunidad agrícola estrechamente relacionada con los cerdeños actuales.
“Puede mostrarnos como nuestros ancestros fabricaban su ropa, cómo vivían, qué comían… y la clase de enfermedades que padecían”, comenta Frank Maixner del Instituto de Momias y el Hombre de Hielo en Bolzano, Italia. “Es como una máquina del tiempo”.
Así lo certifica un nuevo hallazgo publicado por la revista Science que nos revela que posiblemente nuestra especie ya estaba infectada con esta bacteria desde sus orígenes. Tras el análisis de todo el ADN del contenido del estómago de Ötzi, los investigadores encontraron una cepa de Helicobacter que se encuentra principalmente en el sur de Asia Central, no en Europa.
“La secuencia que hemos encontrado en el hombre de los hielos apenas muestra indicios de la presencia de fragmentos de la cepa africana, como sí ocurre en las modernas Helicobacter pylori europeas», ha explicado Yoshan Moodley, uno de los investigadores del Departamento de Zoología de la Universidad de Venda, en Sudáfrica. «Ahora podemos decir que las oleadas de migraciones que llevaron esas Helicobacter pylori africanas a Europa no se habían producido en el momento en el que el hombre de los hielos estaba por ahí», aseguró Moodley.
¿De África? No, de Asia
La bacteria Helicobacter pylori presente en los europeos actuales es una mezcla ocurrida tras la combinación de dos cepas diferentes, una proveniente de Asia y otra de África. Esto supone que en algún momento entraron en contacto ambas poblaciones, ya que las bacterias se transmiten por lo general dentro de la familia, y que la gran migración de África a Europa se produjo tras la muerte del Hombre de Hielo.
"Había olas de migración constantemente, y por tanto se mezclaban las bacterias", ha comentado Albert Zink, director del Instituto de Momias y el Hombre de Hielo de Bozen/Bolzano en Italia, y uno de los autores principales del estudio. "No era sólo una única ola (de humanos) o dos".
De dónde somos, de dónde venimos
Científicos de todo el mundo han recibido este hallazgo con mucha esperanza, ya que nos permitirá conocer nuestra historia de forma más concreta.
Aunque Daniel Falush, de la Universidad de Swansea, no ha participado en la investigación, ha afirmado que aunque de Helicobacter pylori no se pueden realizar seguimientos de los movimientos migratorios a la perfección, los científicos están expectantes con lo que ahora pueden aprender acerca de la historia a través del ADN den nuestros estómagos. "Personalmente estoy encantado", ha confesado Falush, quien ha dirigido algunas de las principales investigaciones del Europeo Helicobacter pylori.
Descubriendo a Ötzi
El Hombre de los Hielos lleva 24 años dándonos pistas sobre nuestra evolución. Su perfecto estado de conservación ha permitido avanzar en el conocimiento del ser humanos de hace miles de años. Aunque las circunstancias de su muerte siguen siendo un misterio, se ha especulado con que murió en torno a los 45 años, de forma violenta, disparado con una flecha que le atravesó el hombro dando de lleno en la arteria principal.
De ojos castaños, comía cabra, era intolerante a la lactosa y tenía caries. Vivía en una comunidad agrícola estrechamente relacionada con los cerdeños actuales.
“Puede mostrarnos como nuestros ancestros fabricaban su ropa, cómo vivían, qué comían… y la clase de enfermedades que padecían”, comenta Frank Maixner del Instituto de Momias y el Hombre de Hielo en Bolzano, Italia. “Es como una máquina del tiempo”.