López Tarso continúa con el montaje de “Aeroplanos”, obra en la que alterna funciones con Sergio Corona y Manuel “Loco” Valdés, bajo la dirección de Salvador Garcini.
En cuanto la puesta en escena en la que dará vida a Picasso, el artista español precursor de la pintura moderna, López Tarso, prevé trabajar al lado de Aracely Arámbula, bajo la producción de Daniel Gómez Casanova.
Ignacio López Tarso es considerado uno de los más grandes actores de México, nació el 15 de enero de 1925 en el Distrito Federal.
Su debut como actor ocurrió en 1953, cuando Álvaro Custodio dirigió “Las mocedades del cid” en el teatro del Instituto Francés de América Latina (IFAL), y le dio la oportunidad de participar.
Su interpretación en dicho montaje impresionó al público y al mismo a Custodio, por la autoridad física que mostró y la manera de plantarse en el escenario. Tenía un modo imponente de actuar que no necesitaba de artificios para llamar la atención.
Un año después inició su carrera en la pantalla grande, con la película “La desconocida“, de Chano Urueta, en la que imprimió un sello actoral característico. Posteriormente participó en “Una mujer más” (1957), “Nazarín” (1958) y “Ellas también son rebeldes” (1959).
Le tocó vivir un momento importante de transición en la industria cinematográfica nacional, pues encarnó a los seres andrajosos que estaban más cerca de la realidad que de la ficción.
Poseedor de una gran fuerza dramática, López Tarso interpretó diversos papeles, desde el indígena mexicano, en “Macario” (1959) hasta el desempleado urbano, en “El hombre de papel” (1963) el pícaro, en “La vida inútil de Pito Pérez” (1969), y el cacique, en “La casta divina” (1977).
Ha trabajado en más de 50 películas bajo las órdenes de cineastas como Luis Buñuel, Ismael Rodríguez, Roberto Gavaldón, Juan Ibáñez, Jorge Fons, Arturo Ripstein y Miguel Sabido, entre otros.
En 1957 debutó en la pantalla chica con “Noches de angustia“, al lado de Silvia Derbez. Posteriormente, participó en “Cuatro en la trampa” (1961), “Amor y orgullo” (1966), “La tormenta” (1967) y “La Constitución” (1970), sólo por nombrar algunas de sus actuaciones memorables en televisión.
La década de los 60 fue difícil para la industria cinematográfica, pues se vio desfavorecida principalmente por el auge de la televisión, además de otras causas, pero muchas de las películas en las que actuó son fundamentales en la historia fílmica de México.
Algunas de ellas son “La sombra del caudillo” (1960), “Rosa blanca” (1961), “Días de Otoño” (1962), “La bandida” (1962), “Cri-Cri, el grillito cantor” (1963), “El gallo de oro” (1964) y “La puerta y la mujer del carnicero” (1968).
En los años 70 formó parte de largometrajes como “La generala” (1971), “El profeta Mimí” (1972), “Rapiña” (1975), “Los albañiles” (1976), “Los hijos de Sánchez” (1978) y “Los amantes fríos” (1978).
En esa época también intervino en telenovelas como “Rosas para Verónica” (1971), “El edificio de enfrente” (1972), “El carruaje” (1972), “El honorable señor Valdez” (1973), “Amor prohibido” (1979) y “El combate” (1980).
Posteriormente, actuó en los melodramas “El periquillo sarniento” (1981), “El derecho de nacer” (1981), “Senda de gloria” (1987), “La trampa” (1988) y “Ángeles blancos” (1989).
Para la década de los 90 actuó en las películas “Codicia mortal” (1991), “Tirano Banderas” (1993), “Santo Luzbel” (1997) y “Reclusorio” (1997), además, formó parte del elenco de las telenovelas “Imperio de cristal” (1995), “Esmeralda” (1997), “Camila” (1998) y “Ángela” (1998).
En 1997, la crítica de cine, Susana López Aranda, escribió el libro “El cine de Ignacio López Tarso“, obra editada por el Patronato de la Muestra del Cine Mexicano de la Universidad de Guadalajara, que fue presentada en la Cineteca Nacional.
El texto equivale a una biografía autorizada por el actor, que contiene una serie de entrevistas en las que cuenta sus andares, no sólo por los sets cinematográficos, sino que recrea toda una época de la industria fílmica del país, con el mito creado por Gabriel Figueroa, que nada tenía que ver con la realidad social y política de México.
La autora del libro es una gran conocedora de la obra de López Tarso, porque además de escribir sobre cine, es hija del actor; la Cineteca Nacional ofreció un ciclo con los filmes en los que participó su padre, en ocasión del lanzamiento del libro.
Los trabajos del actor en el nuevo milenio han sido los melodramas “La casa en la playa” (2000), “Atrévete a olvidarme” (2001), “Navidad sin fin” (2001), “¡Vivan los niños!” (2002), “De pocas, pocas pulgas” (2003) y “La esposa virgen” (2005).
En 2009, López Tarso volvió a la televisión con la retransmisión de la telenovela “Peregrina“, en la que dio vida al personaje de “Don Baltazar ‘Tontón’.” En esta producción compartió créditos con Eduardo Capetillo, Helena Rojo, Jacqueline Andere, Cynthia Klitbo y Carlos Cámara.
En teatro intervino en la exitosa obra “12 hombres en pugna“, en la que actuó al lado de Aarón Hernán, David Ostrosky, José Elías Moreno, Juan Ferrara, Luis Gatica, Marco Uriel, Miguel Pizarro, Miguel Rodarte, Patricio Castillo, Roberto Blandón, Rodrigo Murray y Salvador Pineda.
En 2010, López Tarso trabajó en el melodrama “Mar de amor“, en el que dio vida a “El Mojarras“; además, volvió a montar en noviembre la obra “Macario“, al lado de su hijo Juan Ignacio, y protagonizó junto a Beatriz Aguirre la obra “Elsa y Fred.”
Un año más tarde, el actor hizo una pausa en su trabajo, y en agosto comenzó con sus participaciones en “La que no podía amar“, producción de José Alberto Castro, dando vida a “Fermín“, un pescador que defiende la ecología y su entorno de trabajo de la construcción de hoteles.
El primer actor también participó en 13 episodios de la serie “El encanto del águila“, donde dio vida al general Porfirio Díaz. El programa abarcó el periodo revolucionario de 1910 a 1928 en México.
En febrero de 2013, actuó en la telenovela “Corazón indomable“, en la que encarnó a “Don Ramiro Olivares”, el abuelito de la protagonista, Ana Brenda.
En noviembre del mismo año, el primer actor recibió, en reconocimiento a su trayectoria de excelencia en las artes escénicas, la presea “Ángel de la Esperanza“, que otorga la Fundación Cultura Sin Fronteras, en el Centro Cultural Tijuana, dentro del marco del Festival Internacional Cultura Sin Fronteras 2013, en dicha ciudad.
En enero de 2014, continuó con la temporada de la obra de teatro “El cartero”, junto a Helena Rojo, Sofía Castro y Ernesto D’Alessio.
En junio participó en la telenovela “La malquerida”, en la que dio vida a “Juan Carlos Maldonado”. El melodrama basado en la obra de Jacinto Benavente, versión y libretos de Ximena Suárez, fue producida por José Alberto Castro.
A finales de 2014, el histrión recibió un homenaje por su trayectoria y se le distinguió con el título de Embajador Honorario de Puerto Vallarta.
En 2015, estuvo inmerso en una gira por algunas plazas de la República Mexicana con la obra “Aeroplanos”, que aborda una historia de recuerdos, pero también de preocupaciones, de cuestionamientos, de nuevos planes más allá de la edad.
En el mismo año, en febrero, el actor recibió el reconocimiento como Ciudadano Distinguido de la Ciudad de México, de manos del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa.
El galardón se entregó al actor por ser considerado por el Gobierno del Distrito Federal parte del Patrimonio Cultural de la Ciudad, quién ha promovido la imagen de la capital del país, además de ser uno de sus grandes actores.
Al mes siguiente iniciaron las transmisiones de “Amores con trampa”, producción de Emilio Larrosa, en la que López Tarso como “Porfirio Carmona”, incursionó en la comedia en telenovelas, en la que compartió créditos con Itatí Cantoral, Eduardo Yáñez, Ernesto Laguardia, África Zavala y Luz María Aguilar, entre otros.
En diciembre de 2015, López Tarso recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en la categoría de Bellas Artes, que le fue entregado en Palacio Nacional. El actor cuenta con 66 años de trayectoria, y se le reconoció por ser uno de los más importantes del teatro y del cine mexicanos.