La maldición contra el ecosistema, atribuida principalmente a la mano del hombre, cobró otra vida de la fauna marina en Yucatán.
En esta ocasión le tocó el turno a un ejemplar de cocodrilo moreleti, habitante de los manglares en las costas yucatecas.
El saurio fue atropellado en la carretera San FelipeRío Lagartos, donde fue encontrado en medio de un charco de sangre.
El ejemplar medía 2.60 metros de largo y pesaba 90 kilos.
Tras el hallazgo se dio parte a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, que envió a un biólogo a recoger el cadáver y llevarlo para su estudio y análisis.
La muerte de este animal marinoterrestre se sumó a las de una tortuga blanca y un delfín nariz de botella hallados en Chicxulub y Chuburná Puerto, respectivamente.
Y hay una extensa lista que incluye nueve delfines, una ballena de aleta, un cachalote y dos tortugas marinas.
En esta ocasión le tocó el turno a un ejemplar de cocodrilo moreleti, habitante de los manglares en las costas yucatecas.
El saurio fue atropellado en la carretera San FelipeRío Lagartos, donde fue encontrado en medio de un charco de sangre.
El ejemplar medía 2.60 metros de largo y pesaba 90 kilos.
Tras el hallazgo se dio parte a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, que envió a un biólogo a recoger el cadáver y llevarlo para su estudio y análisis.
La muerte de este animal marinoterrestre se sumó a las de una tortuga blanca y un delfín nariz de botella hallados en Chicxulub y Chuburná Puerto, respectivamente.
Y hay una extensa lista que incluye nueve delfines, una ballena de aleta, un cachalote y dos tortugas marinas.