Noticias de Yucatán
Por Alejandro Legorreta
Por Alejandro Legorreta
Con las campañas a la vuelta de la esquina, resulta
importante entender las sumas y restas que harán la diferencia en las
elecciones de 2018. Específicamente, ¿cuántos yucatecos podrán votar el próximo
1 de julio y dónde viven? ¿Cuántos realmente saldrán a votar y cuántos votos se
necesitan para ganar la elección? Responder a estas preguntas nos permitirá
prever con mayor confianza diferentes escenarios sobre los gobiernos que nos
deparan los próximos años.
En Yucatán, el listado nominal es de 1 millón 496 mil 422
personas, que podrán ejercer su derecho a votar para renovar la gubernatura,
106 presidencias municipales, 793 regidurías, 15 diputaciones de mayoría y 10
de representación proporcional en el Congreso del Estado, cinco diputaciones de
mayoría en la Cámara de Diputados, tres senadurías de mayoría en el Senado y la
Presidencia de la República.
Del total de personas elegibles para votar en 2018, el 48% o
660 mil viven en Mérida. Los siguientes 10 municipios más grandes son: Kanasín,
Tizimín, Valladolid, Progreso, Umán, Tekax, Ticul, Motul, Hunucmá y Oxkutzcab,
que juntos suman otros 24 puntos porcentuales al listado nominal. La diferencia
entre el tamaño del listado nominal de Mérida y el del resto de los municipios
es tan abismal, que basta ganar por un amplio margen Mérida y tres o cuatro de
los siguientes 10 municipios para asegurar la gubernatura.
Un dato que debe ser motivo de gran orgullo para las y los
yucatecos es que nuestro estado consistentemente registra la participación
electoral más alta de todo México. En 2012 la participación ascendió a 77% del
listado nominal, mientras que en 2015 fue de poco más del 70%. Basta decir que
en 2012 el promedio nacional de participación fue 64% mientras que en 2015 fue
un escaso 47%, colocando a Yucatán 13 y 23 puntos por encima de la media
nacional, respectivamente. Nuestros niveles de participación son comparables
con los de algunas de las democracias europeas más consolidadas, de acuerdo con
los datos que ofrece IDEA (Institute for Democracy and Electoral Assistance).
Los datos anteriores nos permiten realizar una serie de
cálculos sobre los votos necesarios para ganar la gubernatura en 2018. Primero,
es evidente que el listado nominal está desproporcionadamente concentrado en
Mérida, por lo que ganar la capital es una enorme ventaja para conseguir la
gubernatura. Sin embargo, ganar Mérida no es condición suficiente para ganar la
gubernatura. Los últimos dos gobiernos municipales han sido del PAN y eso no
necesariamente se ha traducido en derrotas para el PRI en las elecciones para
gobernador o puestos legislativos.
Segundo, la participación electoral será alta, por ser año de
elecciones concurrentes de presidente y gobernador. Independientemente del
partido que se beneficie de este hecho, la buena noticia es que las clientelas
políticas no van a ser quienes determinen el rumbo de la elección. Con niveles
de participación tan altos, resulta lógico que la mayoría de los votantes que
acudirán a las urnas no serán “promovidos” de una estructura territorial. Quizá
en una elección muy cerrada las estructuras sí hagan la diferencia, pero de
alguna manera la participación es el mejor antídoto contra el clientelismo y el
acarreo de votantes.
Tercero, la historia del estado apunta a un fuerte
bipartidismo entre el PRI y el PAN, con una izquierda y unos partidos satélite
que no logran posicionarse del todo. Es muy probable que este bipartidismo
continúe el próximo año, aunque Morena seguramente abrirá brecha y reunirá
entre 10 y 15% de la votación.
¿Quién será el ganador? No lo sé, lo que sí sé es que, con
una participación electoral del 77% y un porcentaje de votación del 50%, el
próximo gobernador debe aspirar a ganar al menos 550 mil votos. Una cifra nada
despreciable que requerirá de muchísima destreza para comunicarle al electorado
que es posible vivir en mejores condiciones económicas y con menos corrupción,
¡que podemos estar mejor!
***
En menos de 140 caracteres: A pesar del
descontento generalizado con los partidos, los votos nulos en el elecciones
para gobernador casi nunca pasan del 2%.
Artículo publicado en el Diario de Yucatán, el
28 de noviembre de 2017.