La Unión Europea (UE), especialmente España, ha incrementado su consumo de chile mexicano. Esta demanda ha crecido el número de competidores de otros países como Turquía, China o Perú que no tienen empacho en anunciar sus chiles enlatados como mexicanos.
Jonás Murillo, titular de la Cámara Nacional de la Industria de Conservas Alimenticias (Canainca), indicó a la agencia EFE que los productos que entran a Europa no se venden como chiles turcos o peruanos, sino que le ponen sombreros mexicanos a las imágenes de chiles jalapeños como una forma de decir que son mexicanos.
Al no serlo, Murillo califica estos productos como piratas.
Los chiles jalapeños y chipotles (que no son más que chiles cuaresmeños secos) se han vuelto los ingredientes más reconocidos de la gastronomía nacional y por eso serán protegidos en la próxima actualización del tratado de libre comercio entre México y la Unión Europea (TLCUEM).
Esto con el fin de detener la propagación de “chiles pirata” en Europa.
Según datos de la Canainca, cada año unas 40 empresas de producción y empaque de alimentos procesados, exportan productos de chile envasados a la Unión Europea por 170 millones de pesos.
Al respecto, Murillo explicó:
"Con el acuerdo del 2000 no hay reconocimientos mutuos, sí en denominaciones de origen, pero no indicaciones geográficas como tal no tienen reconocimiento ni aquí ni allá. Y entonces el chile hasta ahora no entraba".
Según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), el valor de la producción anual de chile en México rebasa los 22 mil 500 millones de pesos.
Ahora que la gastronomía mexicana es cada vez más importante en Europa, el chile nacional enfrenta un nuevo reto: la creciente distribución de productos extranjeros que se hacen pasar por mexicanos.
La nueva regulación protegerá a los productores nacionales de la oferta proveniente de otros países americanos, asiáticos e incluso europeos.