Noticias de Yucatán
Mazatlán, Sinaloa.- “¡Justicia!, “¡justicia!”, “¡justicia!”, exigen familiares y amigos de Luis Giberto, asesinado la mañana del lunes a bordo de su auto en el cruce de las avenidas Del Delfín y Bicentenario Juárez. Su esposa, Silvia, quien lo acompañaba, se encuentra grave de salud tras alojársele una bala junto a su ojo.
Laura Peraza, muy dolida por la pérdida de su hermano, dice que tiene grabada la imagen de Luis sonriente, alegre, bromista y muy amiguero.
Ha dejado en la orfandad a sus cinco hijos, su esposa, Silvia, internada en un hospital de Culiacán muy delicada de salud, pues la bala se alojó muy cerca de su ojo, sin poder estar en su entierro.
Lamentan que no pueda abrazar a sus hijas en estos momento tan difíciles, pues tiene que luchar por su vida.
Valor a la vida
Se ha perdido el valor a la vida humana, dice Laura con la voz entre cortada, no es posible que asesinen a una persona solo por no ceder el paso mientras maneja un vehículo.
Luis laboraba en un Centro de Atención Múltiple (CAM) como velador por las tardes, y como cada mañana llevaba al trabajo a su esposa, al Cendi II, ubicado en la colonia Francisco Villa, pero ya no pudieron llegar a su destino, al ser baleados.
Laura es una de las hermanas que le sobreviven a Luis, son originarios de El Roble, pueblo querido donde a Luis le gustaba pasar gran parte de su tiempo libre. Lo recuerdan como una persona servicial, saludador y muy querido en el pueblo.
Al igual que toda su familia, Laura, Chuyita, Gloria, Alejandra, Verónica y don Gil, resaltaron los habitantes de la sindicatura que acompañaron hasta el último minuto a la familia Peraza Flores.
Decenas de compañeros de trabajo y amigos de Luis y Silvia, acudieron a El Roble al velorio y entierro.
Supervisores y mentores de educación especial dicen que les duele la situación de la familia.
Lamentan lo que está pasando en Mazatlán, extrañan respirar paz, seguridad y tranquilidad que alguna vez existió.
Pero en lugar de esto hay homicidios e impunidad porque no dan respuesta.
La familia y amigos le hacen un llamado a la autoridad para que investigue el crimen. Exigen resultados, que no sea un caso más que se archiva.
Que den con el o los responsable y les apliquen todo el peso de la ley, coinciden.
“Nada nos va regresar a mi hermano”, dice Laura, pero al menos que ya no representen peligro para las demás personas.
Los dolientes esperan que la maestra Silvia se recupere y pueda abrazar a sus hijos.
El hecho
Un hombre perdió la vida mientras circulaba en su vehículo Matiz color blanco por la avenida Del Delfín en compañía de una mujer, quien resultó herida de gravedad tras recibir un impacto de bala en la cabeza. La víctima fue identificada como Luis Gilberto, de 46 años, mientras que la mujer es Silvia, su esposa.
Se dijo que el hombre viajaba por la rúa mencionada en dirección al sur, y era seguido por un vehículo del cual solo se dijo que era de color azul.
Cuando ambas unidades llegaron al semáforo del cruce con la avenida Bicentenario, el o los ocupantes del coche azul dispararon en repetidas ocasiones en contra del Matiz.
Seguido de esta acción, la unidad blanca continuó avanzando hasta impactarse con un Chevrolet Sonic que se encontraba estacionado también sobre la avenida Del Delfín.
Mazatlán, Sinaloa.- “¡Justicia!, “¡justicia!”, “¡justicia!”, exigen familiares y amigos de Luis Giberto, asesinado la mañana del lunes a bordo de su auto en el cruce de las avenidas Del Delfín y Bicentenario Juárez. Su esposa, Silvia, quien lo acompañaba, se encuentra grave de salud tras alojársele una bala junto a su ojo.
Laura Peraza, muy dolida por la pérdida de su hermano, dice que tiene grabada la imagen de Luis sonriente, alegre, bromista y muy amiguero.
Ha dejado en la orfandad a sus cinco hijos, su esposa, Silvia, internada en un hospital de Culiacán muy delicada de salud, pues la bala se alojó muy cerca de su ojo, sin poder estar en su entierro.
Lamentan que no pueda abrazar a sus hijas en estos momento tan difíciles, pues tiene que luchar por su vida.
Valor a la vida
Se ha perdido el valor a la vida humana, dice Laura con la voz entre cortada, no es posible que asesinen a una persona solo por no ceder el paso mientras maneja un vehículo.
Luis laboraba en un Centro de Atención Múltiple (CAM) como velador por las tardes, y como cada mañana llevaba al trabajo a su esposa, al Cendi II, ubicado en la colonia Francisco Villa, pero ya no pudieron llegar a su destino, al ser baleados.
Laura es una de las hermanas que le sobreviven a Luis, son originarios de El Roble, pueblo querido donde a Luis le gustaba pasar gran parte de su tiempo libre. Lo recuerdan como una persona servicial, saludador y muy querido en el pueblo.
Al igual que toda su familia, Laura, Chuyita, Gloria, Alejandra, Verónica y don Gil, resaltaron los habitantes de la sindicatura que acompañaron hasta el último minuto a la familia Peraza Flores.
Decenas de compañeros de trabajo y amigos de Luis y Silvia, acudieron a El Roble al velorio y entierro.
Supervisores y mentores de educación especial dicen que les duele la situación de la familia.
Lamentan lo que está pasando en Mazatlán, extrañan respirar paz, seguridad y tranquilidad que alguna vez existió.
Pero en lugar de esto hay homicidios e impunidad porque no dan respuesta.
La familia y amigos le hacen un llamado a la autoridad para que investigue el crimen. Exigen resultados, que no sea un caso más que se archiva.
Que den con el o los responsable y les apliquen todo el peso de la ley, coinciden.
“Nada nos va regresar a mi hermano”, dice Laura, pero al menos que ya no representen peligro para las demás personas.
Los dolientes esperan que la maestra Silvia se recupere y pueda abrazar a sus hijos.
El hecho
Un hombre perdió la vida mientras circulaba en su vehículo Matiz color blanco por la avenida Del Delfín en compañía de una mujer, quien resultó herida de gravedad tras recibir un impacto de bala en la cabeza. La víctima fue identificada como Luis Gilberto, de 46 años, mientras que la mujer es Silvia, su esposa.
Se dijo que el hombre viajaba por la rúa mencionada en dirección al sur, y era seguido por un vehículo del cual solo se dijo que era de color azul.
Cuando ambas unidades llegaron al semáforo del cruce con la avenida Bicentenario, el o los ocupantes del coche azul dispararon en repetidas ocasiones en contra del Matiz.
Seguido de esta acción, la unidad blanca continuó avanzando hasta impactarse con un Chevrolet Sonic que se encontraba estacionado también sobre la avenida Del Delfín.
