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Doña Guadalupe Palacios García, a sus 96 años de edad, pudo ingresar a la escuela y concluir sus estudios de primaria y secundaria. La pobreza de su familia no le permitió, de niña, estar en un salón de clases.
"Dejé mi tierra, pero no fue para pasear, me trajeron aquí a trabajar, ganaba 15 pesos al mes", recuerda.
Doña Lupita, goza de una mente lúcida, se casó en dos ocasiones, procreó seis hijos y tiene ya siete nietos, pero no sabía ni leer ni escribir.
"Hago la lucha lo mejor que puedo, así, gracias a Dios, aprendí a leer en seis meses, pasé mi sexto año".
Hoy se siente una mujer nueva y lee con facilidad.
"Me preguntaron si tenía ganas de estudiar, contesté que sí; mi hijo y su esposa fueron mis padrinos de graduación, la primaria la terminé hace dos años",
Actualmente, acaba de concluir sus estudios del nivel secundaria en seis meses. Sueña con ser maestra de preescolar, pero aún le hace falta cursar el nivel de preparatoria. A su edad empieza a sufrir discapacidad visual y auditiva.
"Ya sé leer, ya sé escribir, pero ahora estoy triste porque ya no veo ni oigo muy bien", comenta Doña Lupita. "Ya voy para los cien, me faltan cuatro años, sin embargo, no me siento vieja, no me siento acabada, lo único que pido es que no me inutilicen".
Uno de sus seis hijos, Enrique Vázquez Palacios, dijo que su madre sólo conocía los números, por haberse dedicado al comercio durante 30 años.
"Ella es una de las fundadoras del mercado 'Cinco de mayo', ahí aprendió los números debido a las ventas que realizaba", comenta Enrique. "Ahí conoció los pesos y los gramos, pero no sabía ni leer ni escribir".
Doña Guadalupe Palacios dejó de vender en el mercado y fueron sus hijos quienes la empezaron a motivar; esperan que concluya la preparatoria.